Los presidentes de Colombia y Venezuela se reunirán este jueves en la frotera común, con el peso de tres activistas estadounidenses asesinados, una ofensiva guerrillera y ataques dentro de Venezuela, que ponen sombras al proceso de paz.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, quien recibirá a "mi amigo" Andrés Pastrana en la limitrofe población de Ureña, dijo este miércoles que durante el encuentro "ratificaremos nuestra política hacia la paz" de Colombia, en un proceso en que Caracas ejerce un papel de facilitador.
Los tres indigenistas fueron muertos el viernes en territorio venezolano, a 30 metros del divisorio río Arauca, después que el 25 de febrero fueron secuestrados por un grupo de las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Este mismo miércoles, una patrulla militar venezolana fue atacada por un grupo armado, presumiblemente el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, cerca del lugar en que fueron hallados los cuerpos acribillados de los tres estadounidenses, en el oriental estado de Apure.
También en las cercanías, un grupo de civiles fue secuestrado la noche antes, pero logró ser liberado por otra patrulla, con el saldo de una mujer herida, en lo que autoridades militares indicaron como un intento de una columna guerrillera de tomar los tres vehículos en que se desplazaban los ciudadanos hostigados.
El hecho fue conectado por algunos comentaristas en Caracas con el triple crimen de los estadounidenses, dado que la mujer herida es esposa del forense que les practicó la autopsia.
Ese violento marco, al que se suma la ofensiva lanzada en diferentes puntos por las FARC en Colombia este miércoles, antecede al primer encuentro formal entre los dos presidentes, desde que Chávez asumió el poder el 2 de febrero.
Pero Chávez insistió que todas estas provocaciones no desmarcan a su gobierno de la decisión de "no insmicuirse en el conflicto interno de Colombia" y "contribuir, de acuerdo con las partes en conflicto, a contribuir con la paz en Colombia".
Chávez afirmó que tras 50 años de guerra interna en el vecino país, "ya es hora de la paz en Colombia".
El nuevo gobierno venezolano ha asumido un activo papel de facilitador en el debilitado proceso de paz colombiano. Caracas acogió en febrero dos contactos preliminares entre el ELN y el gobierno de Bogotá y se mantiene dispuesto a asumir otros papeles, que convengan las partes en conflicto.
Chávez también participó en La Habana, en enero, en un encuentro de Pastrana con el presidente cubano Fidel Castro, destinado a analizar como consolidar el proceso de paz.
En la práctica, el de Ureña será el cuarto encuetro entre Chávez y Pastrana. Antes se reunieron en diciembre y enero, cuando Chávez era presidente electo, y durante los actos de su toma de posesión, en que Pastrana fue uno de los invitados.
Chávez advirtió durante una rueda de prensa que la guerrilla, igual que cualquier delincuente o fuerza regular "que atente contra nuestra soberania", será enfrentada "en forma rotunda, fuerte y categórica" por las fuerzas armadas venezolanas.
El presidente dijo que la reunión de Ureña "no tendrá agenda establecida y será muy privada, aunque la agenda es obvía".
Chávez insistió en que "queremos que haya paz" y que no se desviará "por la vía guerrerista, como nos piden algunos", lo que incluría "el irnos a perseguir a quienes nos ataque" al otro lado de la frontera de 2.219 kilómetros, en que actúa la guerrilla, el bandolerismo y el narcotráfico.
"Pero si incursionan en nuestro territorio, esa es otra cosa", indicó Chávez, un teniente coronel retirado, que volvió a utilizar su uniforme militar cuando el 13 de febrero visitó los dos Teatros de Operaciones de la frontera, que mantienen bajo autoridad militar la convulsa área.
El presidente reiteró que su gobierno se mantiene "neutral" en el conflicto interno colombiano, que dura medio siglo. Pero puntualizó que esa actitud no significa de ningún modo "un reconocimiento de (estatus) beligerancia para la guerrilla".
Chávez dijo que la condición de parte beligerante se la ha dado, de hecho, el gobierno de Colombia, con hechos como la visita de Pastrana al comandante supremo de las FARC, Manuel Marulanda, antes de asumir la presidencia en agosto.
También se hizo un reconocimiento implícito de la guerrilla como parte beligerante, a su juicio, cuando Pastrana aceptó desmilitarizar un área y dejarla bajo el control de las FARC, como una condición para abrir el diálogo de paz, en enero.
De acuerdo al derecho internacional, dijo Chávez, esos gestos significan que "el gobierno de Colombia el que le ha dado beligerancia a la guerrilla colombiana y le ha reconocido estatus político al conflicto interno".
"Nosotros estamos actuando en función de una realidad", puntualizó, para subrayar que "podemos decidir romper nuestra neutralidad, si una de las partes nos agrede", aseguró. (Fin/IPS/eg/ip la/99