Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron instadas a que entreguen a los responsables del asesinato de tres indigenistas estadounidenses, cuya autoría reconocieron.
El caso añade un doble factor internacional, por tratarse de ciudadanos estadounidense muertos en territorio venezolano, al ya complejo proceso de solución negociada al conflicto interno colombiano en que se empeña el gobierno del presidente conservador Andrés Pastrana, con el apoyo de Estados Unidos.
El asesinato de dos mujeres y un hombre (Ingrid Washinawatok, Larry Lage'ena'e Gay y Terenci Freitas), el viernes en territorio venezolano fronterizo con el colombiano departamento de Arauca, fue reconocido el miércoles por el Estado Mayor del Bloque Oriental de las FARC como un error para el que anunció justicia interna.
Los estadounidenses -secuestrados el 25 de febrero- habían llegado a Colombia para apoyar la lucha de los indígenas U'Wa contra la petrolera Oxy, que reivindica el derecho a explotaciones de crudo en jurisdicción de su resguardo indígena mediante contratos de asociación con el Estado.
Cinco días después del asesinato, la organización guerrillera reveló que el autor fue el comandante Gildardo, del Décimo Frente, quien será juzgado y sancionado -incluso con el fusilamiento- .
La verdadera responsabilidad de Gildardo fue puesta en duda por el ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, y el comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, quienes creen que las FARC lo utilizan como "chivo expiatorio".
La razón de esa actitud, según las fuerzas castrenses, es proteger al verdadero responsable, el comandante Grannobles del Frente 45 de las FARC, cuya verdadera identidad es Germám Briceño, hermano del segundo al mando de la organización, Jorge Briceño, conocido como Mono Jojoy.
"El reconocimiento del delito que cometieron las FARC es un paso positivo para el proceso de paz en Colombia, pero no se pueden decir las verdades a medias", dijo Tapia.
El comandante ya había entregado a la Fiscalía una grabación magnetofónica donde Grannobles estaría impartiendo la orden de trasladar a los secuestrados a territorio venezolano.
Las mismas pruebas fueron dadas al embajador de Estados Unidos en Bogotá, Curtis Kaman, que a su vez las remitió al Departamento de Estado en Washington.
Tras el reconocimiento de la guerrilla, la embajada estadounidense se abstuvo de hacer comentarios.
Otras fuentes estiman que el triple crimen internacional es más que un error de circunstancias, como plantea el comunicado la guerrilla.
"Lo que hay detrás es un error político que evidencia fisuras internas sobre la negociación de paz, cuyo reconocimiento debilitaría la posición de las FARC frente al gobierno, asunto en el que hasta ahora se han presentado homogéneas y a la ofensiva", comentó a IPS un observador político.
En ese sentido el presidente del Senado, Fabio Valencia Cosio, dijo que "este episodio demuestra la urgencia de despejar dudas acerca de la unidad de mando de las FARC".
El senador del legalizado ex movimiento guerrillero 19 de Abril Gustavo Petro dijo que las FARC "no entienden las diferencias de los indígenas, porque les falta condición democrática".
El indígena de la etnia Paéz y senador Jesús Piñacue señaló que "siempre sospecho" que las FARC "tenían las manos metidas en este crimen. No es el único caso cometido por los distintos grupos armados de izquierda y de derecha".
Roberto Cobaría, del Cabildo Mayor de los U'Wa, pidió a las FARC y a todos los sectores militares que respeten su autonomía territorial y su cultura ancestral.
Las organizaciones no gubernamentales estadounidenses son necesarias, porqueéel no habla inglés y necesita apoyo y traductores para sus negociaciones con la Oxy, dijo.
En el caso se cruza otro problema de gran sensibilidad en las autoridades y la opinión colombiana: la petición de extradición que cursaría Estados Unidos a Colombia para que remita a los autores del crimen bajo la acusación de terrorismo internacional.
En su comunicado las FARC dicen que "no es (su) política desaparecer colombianos o gente de otras nacionalidades".
"A ningún Estado entregaremos a nuestros combatientes", agregaron sin enbargo, respondiendo a las primeras manifestaciones del gobierno y el Congreso de Estados Unidos para que se capture y extradite a los culpables.
Si Gildardo fuera ajusticiado por su organización, se materializaría en el caso de la guerrilla una vieja consigna de los jefes del narcotráfico contra la extradición: "preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos".
Antes de conocerse la cancelación del encuentro previsto entre Pastrana y el presidente venzolano Hugo Chávez, el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, José Vicente Rangel, recordó que en el caso de los indigenistas estadounidenses se involucraba una violación de territorio venezolano.
El diario El Espectador de Bogotá cita fuentes del Departamento de Estado que se inclinarían por el juzgamiento en Colombia de los culpbales del triple asesinato.
"El reconocimiento de las FARCes una buena señal. Ahora esperamos que los entreguen a las autoridades, es decir gubernamentales", señalaron.
El ex canciller de Colombia Augusto Ramírez Ocampo, miembro de la Comisión Nacional de Conciliación, expresó que "ojalá pueda comprometerse a las FARC a actuar dentro de las normas del derecho internacional humanitario", en consonancia con la posición de los defensores del estancado proceso de paz.
El fiscal Alfonso Gómez ha sido enfático en que es la justicia colombiana la que debe castigar a los culpables del delito y pidió a la guerrilla entregarlos "para que no se incurra en un nuevo delito igualmente repudiable".
Un comunicado expedido por el Alto Comisionado de Paz, Víctor Ricardo, sentó su posición en el mismo sentido.
"La responsabilidad individual de los autores del crimen debe ser juzgada conforme a la ley y con las garantías propias del Estado social de derecho", afirmó.
El gobierno "confía también en que la insurgencia exprese de manera clara su real voluntad de paz. Solamente actuando con la verdad se logrará crear condiciones necesarias para una paz real", añadió.
Es previsible que el crimen de los estadounidenses y sus desarrollos afecten la gira internacional que inicia el fin de semana el presidente Pastrana por España, Italia y el Vaticano, que como el conjunto de la comunidad internacional lo han apoyado hasta ahora en su plan de paz. (FIN/IPS/mig/dg/ip-hd/99)
