La visita a China de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, este lunes y martes, contribuyó muy poco a aliviar la tensión entre ambos países por temas relativos a los derechos humanos y el comercio.
Los observadores chinos señalan que la visita oficial que efectuará a Washington en abril el primer ministro Zhu Rongji no se dará en las mejores condiciones.
Desde la exitosa estadía del presidente de Estados Unidos Bill Clinton en Beijing en junio de 1998 las relaciones entre China y Estados Unidos se fueron enfriando.
Este lunes Albright increpó al canciller de China, Tang Xiajuan, por las violaciones a los derechos humanos que se estarían produciendo en el país asiático. Citó en ese sentido el arresto de varios disidentes.
La reunión que mantuvo luego la enviada del presidente Clinton con el jefe de Estado chino Jiang Zemin fue meramente formal.
El canciller Tang se declaró contrario a "politizar la cuestión de los derechos humanos" y sostuvo que éstos no constituyen un motivo para "intervenir caprichosamente" en los asuntos de otros países.
Los gobernantes chinos tienen la sensación de que Albright quiso darles "un sermón".
La secretaria de Estado admitió que éste no es "ni el mejor ni el peor momento" en las relaciones bilaterales.
China había recolectado elogios el año pasado en Estados Unidos por la liberación de importantes disidentes, la firma del pacto sobre derechos civiles y políticos, y por no devaluar su moneda.
Pero Albright llegó a China pocos días después de la divulgación del informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos, que denuncia la situación de China.
Además, Washington suspendió recientemente un acuerdo de telecomunicaciones suscrito con China, al tiempo que denunció el aumento del número de misiles instalados en el gigante asiático.
La portavoz del Ministerio del Exterior chino, Zhang Qiyue, dijo que el gobierno de Estados Unidos debería dejar de usar el pretexto de los derechos humanos para inmiscuirse en los asuntos internos de otros países y en cambio respetar las leyes internacionales.
"El gobierno de China siempre respetó los derechos humanos y las libertades básicas que promueve la Carta de las Naciones Unidas, así como también los instrumentos relevantes para proteger los derechos humanos internacionales", declaró.
El diario oficial China Daily publicó este martes una larga nota sobre la situación de los derechos humanos en Estados Unidos, en un intento de persuadir a la opinión pública y quizá a los propios Estados Unidos, de que debería limpiar su propia imagen antes de señalar con el dedo a Beijing.
El gobierno de China sostuvo que en los últimos 50 años, sobre todo en los últimos 20, que fueron de reforma y apertura, logró mejorar la calidad de vida de sus habitantes y, por lo tanto, también los derechos humanos.
La población de China disfruta de sus "derechos políticos, económicos, sociales y culturales", según el gobierno de ese país.
Beijing observa que tiene una visión diferente de la de Estados Unidos sobre varios temas, en virtud de diferencias culturales, pero que ambos países pueden tratarse en términos igualitarios.
Un importante periodista chino que estuvo más de cinco años preso fue liberado hace dos semanas, pero le adjudicaron dos años más de prisión en la víspera de la llegada de Albright.
"El gobierno de China es muy inteligente para jugar su juego. Echa arena a los ojos del gobierno de Estados Unidos liberando a algunos disidentes, pero al mismo tiempo arresta a otros", indicó Lu Yi, un activista humanitario.
"Cuando el gobierno ordena la liberación de algún disidente, a éste no le permiten quedarse en el país y es deportado a Estados Unidos, donde ya no puede seguir luchando por la causa que defendía en China", agreg.
El clima actual está muy lejos de ser favorable para que se produzca la primera visita de un gobernante de China a Estados Unidos en los últimos 15 años.
De todos modos, Albright dijo a Zhu que espera que su visita refuerce el acuerdo entre los presidentes Jiang Zemin y Bill Clinton para construir una "sociedad estratégica constructiva" entre ambos países.
El gobierno chino indicó que espera poder anunciar el acuerdo sobre la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) durante la visita de Zhu.
Albright subrayó que el ingreso de China a la OMC no dependerá de sus progresos en el área de los derechos humanos.
La representante comercial de Estados Unidos, Charlene Barshefsky, estuvo recientemente en China para discutir el asunto, y el secretario comercial, William Daley, viajará este mes a Beijing para presionar por un mayor ingreso de los productos estadounidenses en este país.
Estados Unidos intenta disminuir su déficit comercial con China, que alcanzó los 57.000 millones de dólares el año pasado, pero Beijing es cauteloso a la hora de agregar dificultades a la industria nacional, lo cual también complica las relaciones.
La tensión entre los dos países benefició hasta ahora a China, puesto que Washington no puede tomar medidas para castigar a Beijing, señalan analistas.
"Estados Unidos necesita a China más de lo que Chin necesita a Estados Unidos", indicó un diplomático. (FIN/IPS/tra-en/ap-hd-ip/pa-js/js/ceb-dg/ip-if/99