BRASIL: Préstamos del FMI son bomba de tiempo contra el Amazonas

Activistas brasileños que se encuentran en Washington esta semana indicaron a funcionarios del gobierno y de organismos financieros que los condicionamientos de la ayuda internacional a su país implican un grave riesgo social y ambiental.

Los préstamos de emergencia otorgados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), para sostener los tambaleantes mercados financieros de Brasil y sus reservas en divisas extranjeras, tienen como contrapartida medidas de austeridad que devastarán especialmente la region amazónica, señalaron los brasileños.

"Los impactos del paquete de préstamos del FMI en el Amazonas recaerán sobre la selva y la gente de la región", afirmó Claudionor Barbosa da Silva, titular del Grupo de Trabajo Amazónico (GTA), una red de más de 350 organizaciones no gubernamentales.

El recorte de gastos acordado por el gobierno brasileño y el FMI incluye una posible reducción de 90 por ciento en los programas de conservación del Amazonas, y una disminución de dos tercios en la protección de los bosques húmedos y en las tareas de demarcación de tierras de pueblos indígenas, advirtió.

"Las medidas de austeridad también obligarán a la gente que quede desempleada en las ciudades a talar ilegalmente los bosques y apelar a la minería en pequeña escala para sobrevivir", agregó Euclides Pereyra, de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas del Amazonas Brasileño, que representa a 50 grupos nativos.

Brasil no es el único país se arriesga a consecuencias tan terribles en el intento de superar una crisis económica. Rusia está considerando talar sus añosos bosques siberianos, que antes se consideraban demasiado lejanos para que su explotación fuera rentable.

Indonesia, respondiendo a la presión del FMI para que aumente sus ingresos, levantó la prohibición de exportar madera y redujo los impuestos de exportación de 200 al 30 por ciento. Según se informó, ese país también planea extender sus cultivos intensivos con fines comerciales de 2,4 a 3,9 millones de hectáreas.

Brasil, Indonesia y Rusia albergan 47 por ciento de los bosques antiguos que quedan en el mundo, según el Instituto de Recursos Mundiales con sede en Washington.

El retroceso de las políticas abientalistas brasileñas se verifica en un momento en que la región amazónica tiene una desesperada necesidad de conservación, dijeron los activistas. Unas 52 millones de hectáreas de la selva amazónica (12,5 por ciento del total) fueron destruidas enntre 1978 y 1996.

Con 2.700 especies de aves y más de 2.000 diferentes tipos de peces, el Amazonas es una de las áreas de mayor diversidad biológica en el mundo y tambien una de las más amenazadas, señaló Steve Schwartzman, principal científico del Fondo de Defensa Ambiental, que actúa como anfitrión de los visitantes brasileños.

Establecimientos ganaderos, minas de oro y plantaciones de soja están reemplazando rápidamente la densa selva tropical a un ritmo promedio de 6.500 hectáreas por día, u ocho canchas de fútbol por minuto, apuntó Schwartzman, en cuya opinión "la crisis ecológica y social en el Amazonas nunca ha sido peor".

Los brasileños no sólo protestaron por los recortes en los programas ambientales, sino que sostuvieron también que esos programas deben ser revisados.

Señalaron en particular el caso de un proyecto de conservación del Amazonas cuyo presupuesto, de 250 millones de dólares, es financiado por el Grupo de los Siete, que reúne a los países más industrializados, y administrado por el gobierno brasileño y el Banco Mundial.

Algunos de los esfuerzos conservacionistas respaldados por ese proyecto resultaron exitosos, admitieron los activistas, pero su implementación se ha debilitado desde 1995 y mucho dinero proporcionado por los donantes todavía debe ser gastado.

Por esa razón, el proyecto está fracasando en sus principales objetivos: reducir el índice de deforestación y consolidar la capacidad del sector público para poner en marcha y reforzar auténticas políticas ambientales.

"La deforestación en el Amazonas no sólo aumentó, sino que en 1995 alcanzó el mayor índice registrado hasta ahora", asegurararon los brasileños en un documento presentado al Banco Mundial.

Los funcionarios del banco, de quienes no fue posible obtener comentarios inmediatos de esas críticas, habían afirmado antes que los esfuerzos de conservación se vieron afectados por la reiteración de sequías, exacerbadas a su vez por el fenómeno climático de El Niño, así como por una lenta implementacion .

También culparon de la situación a problemas técnicos y a enfrentamientos políticos entre las agencias encargadas de llevar a cabo el trabajo.

Funcionarios del banco encargados de cuestiones ambientales habían expresado su preocupación acerca del impacto de la crisis financiera sobre los programas conservacionistas en Brasil y otras partes del mundo, pero no fueron tenidos en cuenta.

La agencia ha comprometido sumas sin precedentes en apoyo del paquete de préstamos de emergencia del FMI, cuyos principales objetivos, destinados a calmar el pánico de los inversores extranjeros, son la estabilización macroeconómica, la mejora del sistema financiero y la reestructuración corporativa.

Los primeros éxitos del proyecto piloto de conservación del Amazonas deben ser revividos, arguyó Jose Juarez Leitao dos Santos, presidente del Consejo Nacional de Extractores de Goma.

En particular, reclamó que 10 por ciento del bosque húmedo brasileño sea transformado, antes del año 2002 en "reservas extractivas" como las 20 que fueron establecidas en la última década, abarcando tres millones de hectáreas.

En las reservas, la administración de la tierra se otorga a las comunidades locales, que cosechan productos forestales de una manera que no es nociva para el ambiente. Su creación fue planteada por primera vez por Chico Mendes, el cauchero, organizador de sindicatos y ambientalista asesinado en 1988.

La creación de reservas extractivas podría poner fin al conflicto entre los ganaderos, que quieren talar la selva para disponer de zonas de pastoreo, y los caucheros, que dependen de la extracción de goma de los árboles para su subsistencia.

Según Leitao dos Santos, si 10 por ciento del bosque húmedo se convierte en reservas, los caucheros podrán defender unos 50 millones de hectáreas, al tiempo que se aseguran los derechos a la tierra y se mejoran las condiciones de vida de decenas de miles de familias pobres.

"El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso se ha comprometido a crear nuevas reservas extractivas para nuestra gente y financiar el precio sostén de la goma salvaje del Amazonas", aseguró.

"Estamos aquí para alentar al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo a que ayuden a Cardoso a cumplir con ese compromiso", añadió. (FIN/IPS/tra-en/dk-aa/kb/ego/mp/en dv if/99)

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