Las numerosas comunidades indígenas de Brasil se oponen a que el gobierno celebre en el 2000 el quinto centenario del "descubrimiento" de este país por exploradores europeos.
Todos los días, grandes relojes digitales junto a las carreteras de las ciudades recuerdan a los viajeros los días que faltan para celebrar la llegada del explorador portugués Pedro Alvares Cabral, el 23 de abril de 1500.
Los indígenas afirman que su situación sólo se agravó desde que Cabral "descubrió" a Brasil, y califican de insensibles los planes del gobierno para celebrarlo.
"No hay absolutamente nada para celebrar", dijo a Panos Jerónimo Pereira da Silva, miembro de la tribu makuxi, situada en la selva amazónica.
Pereira da Silva es integrante de la organización Comisión Indígena 500 Años, que pretende que el gobierno cancele un gran festival que organizará en el 2000 para conmemorar el acontecimiento.
Grupos indígenas de todo Brasil criticaron los planes e indicaron que millones de sus antecesores fueron asesinados desde el día en que Cabral desembarcó en tierras brasileñas.
En una reciente protesta, la tribu nordestina de los pataxo amenazó con invadir la zona de Coroa Vermelha, en Santa Cruz de Cabralia, donde desembarcó Cabral y reclamó las tierras para el reino de Portugal.
El gobierno no parece estar dispuesto a dar marcha atrás. Brasilia declaró oficialmente a Coroa Vermelha como territorio indígena y, junto con Portugal, pretende construir allí un "museo del descubrimiento y la colonización".
Los indígenas también rechazan la idea y dicen que expulsarán a cientos de comerciantes de la zona si no se descarta el plan.
"Para nosotros, esta celebración simboliza la violación continua de nuestros derechos. Legitima la impunidad de todas las matanzas, masacres y otros crímenes cometidos desde el descubrimiento", señaló una carta de protesta de la Comisión.
Una copia de la carta fue enviada a la FUNAI, la fundación gubernamental encargada de los asuntos indígenas.
Cuando Cabral llegó por primera vez a lo que hoy es Brasil, informó que había más de cinco millones de indígenas pertenecientes a 970 tribus dispersas por todo el territorio.
Pero los posteriores conflictos por la tierra entre los indígenas y los colonizadores europeos, que continúan hasta la actualidad, redujeron la población nativa a 325.000 integrantes, pertenecientes a sólo 215 tribus.
La Constitución de 1988 garantiza a los indígenas el derecho a la tierra tradicionalmente habitada por sus ancestros. Por ley, estos territorios deben ser protegidos y demarcados zonas indígenas.
Pero el proceso ha sido lento y los conflictos territoriales son frecuentes. Buscadores de oro, campesinos, leñadores, cazadores y pescadores se encuentran entre los colonizadores que explotan los ricos recursos naturales de esas tierras.
Según la Constitución, las tierras indígenas disputadas deberían haber sido demarcadas para 1993, y los terratenientes que no son indígenas recibido una indemnización financiera.
Pero de las 556 zonas indígenas del país, 201 aún no fueron demarcadas, y de ellas 176 se encuentran en la selva amazónica.
"La demarcación sólo se encuentra en el papel porque no hay dinero para indemnizar a los terratenientes. Aún hay muchos ocupantes en estas zonas. No es un proceso fácil demarcar las tierras indígenas", dijo Walter Blos, director de la FUNAI en Boa Vista, ciudad selvática en el norteño estado de Roraima.
Los estados de Roraima y Amazonia tienen la mayor cantidad de habitantes indígenas.
Blos explicó que desde 1988 hubo 32 conflictos territoriales entre indígenas y blancos en sólo un territorio indígena, el de Sao Marcos, próximo a la frontera venezolana.
Las disputas tuvieron lugar aunque la FUNAI gastó 1,7 millones de dólares para indemnizar a los 70 granjeros que se habían asentado en la zona, señaló.
El gobierno debe gastar 5,7 millones de dólares para detener los conflictos en Roraima, dijo Blos.
"Eso resolverá todos los problemas. Los indígenas quieren que se respete su dignidad. No tienen otra opción sino recuperar sus tierras perdidas, pero los invasores no se darán por vencidos sin indemnización", agregó.
En todo el país hubo innumerables conflictos relacionados con los indígenas en los últimos años. En 1992, un dirigente de los yanomamis fue asesinado por buscadores de oro en Roraima, junto a la frontera con Venezuela. En 1993, los buscadores invadieron tierras yanomamis y mataron a 16 indígenas.
En Brasilia, el grupo indígena CAPOIAB anunció que organizará una marcha de protesta en Santa Cruz do Cabralia con 2.000 indígenas para recordar el quinto centenario de la llegada de Cabral a este país.
Además del "genocidio sistemático" que padecieron los indígenas, CAPOIAB señaló que también padecen enfermedades y carecen de enseñanza escolar.
Los indígenas aseguran que más de la mitad de las comunidades indígenas dependen de la ayuda alimentaria del gobierno a través de un programa comenzado hace dos años. Cuando comenzó la iniciativa, sólo 37.350 indígenas recurrían al gobierno para recibir alimentos. Ahora, la cifra aumentó a 173.626.
Pero la distribución de alimentos gubernamentales es demasiado cara en los estados de Amazonia y Roraima, donde las aldeas se encuentran en lugares aislados. Allí, los indígenas se ganan la vida mediante la caza, la pesca y la venta de artesanía a los turistas que visitan los parques nacionales cercanos.
Mientras, el gobierno insiste en que continuará con sus planes para celebrar el aniversario. Al menos cinco sitios en Internet fueron diseñados para promover el acontecimiento, y una comisión especial se creó para recibir nuevas ideas.
La comisión aprobó hasta el momento 150 proyectos, incluso exposiciones artísticas, lanzamientos de libros, espectáculos de cine y video, y travesías en barco por Santa Cruz de Cabralia. (FIN/PANOS/tra-en/cb/dds/aq/pr-hd/99)
(*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres