La empresa Brasil Alcohol S.A., que se encargará de retener excedentes para sostener los precios del sector, anunció hoy la instalación de 118 destilerías y centrales azucareras en el centro y sur del país.
El grupo decidió constituir la nueva empresa para "esterilizar" el exceso de oferta de alcohol, que provocó un grave deterioro de los precios en el mercado interno.
Un total de 1.250 millones de litros de alcohol será retenido por las 118 destilerías, que responden por 78 por ciento de la producción en el centro-sur del país y por 70 por ciento del consumo nacional.
En Brasil, el alcohol sustituye a la gasolina en 3,8 millones de automóviles, cerca de 20 por ciento de la flota nacional. Además, la gasolina consumida en el país lleva una mezcla de 24 por ciento de alcohol anhidro, que reemplaza aditivos como el plomo, más dañinos para el ambiente.
La meta consiste en que el precio por litro obtenido por los productores de alcohol se eleve de 0,27 a 0,36 reales (0,12 y 0,16 dólares en la cotización de este miércoles). De una pérdida de 0,03 reales se pasa a una utilidad de 0,06 reales, según Joao Carlos de Figueiredo Ferraz, vicepresidente de la nueva empresa.
Los consumidores no se verán afectados, porque el precio en las gasolineras permanecerá sin cambios, aseguró el empresario, en tanto los distribuidores perderán parte de sus utilidades.
El objetivo inmediato de Brasil Alcohol S.A. no es elevar el precio en el mercado minorista, sino "mejorar las condiciones para una comercialización más sana por parte de los productores", afirmó Claudio Manesco, vocero de la Unión de la Agroindustria Cañera.
En los dos últimos años la producción superó al consumo, acumulando excedentes que no permitían a las destilerías obtener precios justos de los distribuidores de combustibles. Con la nueva empresa administrando el exceso de oferta, se espera corregir el desequilibrio en el mercado.
Además, la empresa permitirá reducir la producción de azúcar en un millón de toneladas, generando condiciones para la recuperación de los precios internacionales, acotó Manesco.
Es que el azúcar y el alcohol son derivados de la misma materia prima, la caña, que puede destinarse a uno u otro producto, según las ventajas del mercado. Las empresas del sector, en general, poseen destilerías y centrales azucareras en un único complejo industrial.
Con exceso de alcohol y la consecuente caída de precios, se destinó más caña a la producción de azúcar. La gran oferta brasileña, ahora abaratada por la fuerte devaluación del real desde el 13 de enero, hizo caer los precios internacionales al nivel más bajo desde la década pasada.
Las destilerías asociadas entregarán 15 por ciento de su producción a Brasil Alcohol S.A., que la mantendrá en sus depósitos con un lacre para asegurar que no será vendida.
Además, firman documentos que las obligan a pagar indemnización equivalente al triple del valor del alcohol vendido, en caso de incumplimiento de la retención.
De esa forma se retira del mercado los excedentes actuales, sin recurrir al gobierno o a la estatal petrolera Petrobrás, que en el pasado cumplían esa misión, subsidiando a las destilerías.
Brasil Alcohol S.A. intentará exportar el alcohol retenido, cuya venta en el mercado interno sólo será permitida en caso de escasez de oferta, situación que se descartada en los próximos tres años, según Manesco. (FIN/IPS/mo/ag/if/99
