/BOLETIN-DD.HH/ AFRICA: Discriminación de mujeres sigue pese a tímida evolución

Cuatro años después de la Conferencia de Naciones Unidas de 1995 en China, las mujeres africanas siguen siendo severamente discriminadas en la vida política, social y económica del continente, pese a la evolución registrada en países como Sudáfrica o Uganda.

La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing en 1995, estimuló aún más a las mujeres de este continente a asociarse y a seguir luchando por los derechos.

Ahora que pasaron cinco años desde la Conferencia, las africanas constataron que el área en la que más deben trabajar en el futuro es la de la toma de decisiones.

En las elecciones realizadas para el retorno de la democracia a Nigeria, por ejemplo, las mujeres apenas estuvieron presentes.

Sólo una de ellas, Koforowola Akerele-Bucknor, resultó electa el 27 de febrero, y no más de seis fueron elegidas una semana antes para integrar la Asamblea Nacional.

"No conseguimos ninguna gobernadora y hay pocas mujeres en el parlamento", indicó Akerele-Bucknor, recién electa vicegobernadora del Estado de Lagos. "Seguiremos intentándolo y no tengo dudas de que en la próxima ronda estaremos mucho mejor representadas", sostuvo.

Nkoyo Toyo, directora de Acción de Género para Desarrollo, una organización no gubernamental nigeriana, insistió en que "problemas estructurales impiden la participación de las mujeres en la política".

"Aunque tengan mucho dinero, el sistema no permite a las mujeres participar en política", cuestionó Toyo.

En Nigeria, las mujeres representan 1,9 por ciento de las secretarias permanentes y uno por ciento del funcionariado del gobierno, mientras sólo una es ministra, señala un informe sobre la implementación de la plataforma de Beijing, realizado por la Organización de Ambiente y Desarrollo de las Mujeres.

A pesar de todo, el presupuesto asignado en el país a los programas de mujeres aumentó a partir de la Conferencia de Beijing.

En 1997 fue seis por ciento más alto que en 1996, pero su incidencia en el presupuesto global del Estado es prácticamente nula.

En Benín, sólo hay seis parlamentarias en 84 escaños, y apenas uno de los 18 ministerios está a cargo de una mujer, al tiempo que 38 de los 114.jueces son de sexo femenino.

La situación en Camerún es bastante peor, ya que el presupuesto para los programas de mujeres se redujo desde la Conferencia de 1995. El gobierno no destinó ninguna porción del presupuesto a implementar la plataforma, indica el informe.

Antes de 1995, de los 180 legisladores camerunenses 23 eran mujeres. En 1995 sólo quedaban 10.

Del mismo modo, sólo una quinta parte (1.200 sobre un total de 6.000) autoridades locales son mujeres.

Por el contrario, creció de uno a tres el número de ministras en realción al período previo a la Conferencia Internaciona lde la Mujer.

Sudáfrica es el único país del continente que parece interesado en las cuestiones de género, y es uno de los que cuenta con más mujeres en el parlamento (25 por ciento).

Pero las activistas sudafricanas se quejan porque la proporción aún está por debajo del 30 por ciento que se necesita para poner en práctica las políticas de género.

"Nuestra sociedad está basada en prejuicios de género y ese es nuestro mayor desafío. Me siento muy orgullosa de Sudáfrica, porque en los últimos años obtuvimos beneficios muy estimulantes", declaró la portavoz del parlamento, Frene Ginwala.

De todos modos, también en Sudáfrica existe la discriminación. Las mujeres casadas son consideradas por la ley consuetudinaria como menores y no pueden hacer ningún contrato legal sin el consentimiento de su marido.

Las mujeres "siguen sujetas al poder de sus maridos, que en definitiva supera a cualquier derecho contractual que tengan", señala un informe realizado recientemente por la Comisión Sudafricana por la Igualdad entre Géneros.

En Kenia, la condición femenina apenas mejoró desde que la Asamblea Nacional adoptó la Plataforma de Acción de la Conferencia de Beijing, en 1996.

Las mujeres tienen escasa representación en el parlamento, a pesar de que representan 52 por ciento de la población del país, de 30 millones, al tiempo que hay sólo siete legisladoras (sobre un total de 210) y ninguna de las 30 carteras ministeriales del gobierno de Daniel Arap Moi es ocupada por una mujer.

"Todas las mujeres políticas de Kenia podrían ocuparse de las cuestiones llamadas 'serias', pero la plataforma política no les da esa oportunidad", señaló Wanjiku Kabira, del Comité Político de Mujeres de Kenia.

Las violaciones y los casos de esposas golpeadas, que los medios de comunicación difundieron a raíz de la muerte de cinco mujeres en manos de sus maridos desde diciembre del año pasado, son preocupaciones prioritarias para kenianas.

Una de las cinco asesinadas fue decapitada mientras dormía por su marido. "Se trata de asuntos graves, pero las mujeres no tienen la posibilidad política de discutir y negociar", declaró Kabira.

La incidencia de la violencia contra las mujeres es de 42 por ciento, según un estudio de las Naciones Unidas. Según las leyes de Kenia, golpear a las mujeres no es un delito, por lo que los agresores, en general, no reciben castigo.

Kenia es uno de los países que mostró reservas acerca de los derechos de las mujeres a la posesión de la tierra y en general a la propiedad, contrariando lo estipulado por la Convención para la Eliminación de Todo Tipo de Discriminación contra las Mujeres.

El gobierno del presidente Moi aún no empezó a implementar la Plataforma de Beijing, algo que había prometido antes de las elecciones de 1997.

"Las mujeres fueron marginadas de la mayoría de las actividades de desarrollo debido, en buena medida, a que ignoran sus derechos constitucionales", indicó Zipporah Kittony, que dirige Mandeleo Ya Wanawake (Mujeres en Desarrollo, en lengua Kishwahili), una organización no gubernamental.

Las mujeres hicieron grandes avances en Uganda, donde rigen leyes que aseguran igualdad entre los géneros. El parlamento aprobó el año pasado el derecho de las mujeres a ser dueñas de tierras y propiedades, y el de las casadas a acceder a bienes gananciales.

Ninguno de los dos esposos puede disponer de ninguna propiedad sin el consentimiento del otro, a diferencia de lo que sucedía antes, cuando las propiedades familiares pertenecían sólo al hombre de la familia.

Los niños también adquirieron derechos especiales sobre la propiedad familiar en caso de que uno o ambos progenitores mueran sin dejar testamento.

Uganda implementó un nuevo sistema descentralizado de gobierno y nuevas disposiciones en las instituciones educativas y políticas. Al menos un tercio de los 10 representantes de cada uno de los 45 distritos deben ser mujeres, mientras del total de 152 legisladores, 52 son mujeres.

Las mujeres de países destruidos por la guerra como Somalia no creen tener nada para festejar desde la Conferencia de Beijing o en reconocimiento al Día Internacional de la Mujer. Acusan en cambio a la comunidad internacional de no frenar el incremento de conflictos en Africa.

Las refugiadas de Somalia, Ruanda, Burundi y Sudán hicieron manifestaciones públicas en Nairobi para mantener vivo el recuerdo de todos los civiles, sobre todo mujeres y niños, que murieron y aún mueren en las guerras de sus respectivos países.

"El mayor obstáculo que enfrenta hoy una africana es la comunidad internacional", sostuvo Fatma Jibril, una somalí que trabaja en la asociación Horn Relief de Nairobi desde que empezó la guerra civil en su país, en 1991.

"(La comunidad internacional) gasta dinero en los señores de la guerra, pero no ayuda a las mujeres", señaló. Somalia quedó dividida en feudos, cada uno de los cuales está protegido por un señor de la guerra.

Jibril sostuvo que las familias son la única institución que funciona bien en Somalia "porque las dirigen las mujeres".

Las mujeres de Zimbabwe opinan que su situación legal mejoró desde 1995. Desde 1997, las viudas tienen derecho a heredar de sus parientes, algo que era imposible bajo la ley consuetudinaria.

Pero "aún queda un buen trecho por recorrer", sostuvo Lydia Zigomo-Nyatsanza, directora de la Asociación de Abogadas de Zimbabwe.

"Todavía se practica la discriminación contra las mujeres, ya que el poder público no está en sus manos, y se puede descalificar a alguien para acceder a dicho poder en base al género al que pertenece", agregó. Sólo cinco del total de 25 ministros son mujeres.

"El gobierno de Zimbabwe se comprometió en Beijing a cambiar estas cosas. Aún tenemos problemas, ya que la ley no se ocupa de lo que sucede dentro de los hogares y en las familias extendidas", indicó Zigomo-Nyatsanza.

Las casadas no pueden, por ejemplo, ser tutoras de los hijos mientras sus maridos estén vivos. "Son discriminadas porque no tienen el derecho de ser tutoras, lo que es más importante que el derecho a la custodia que les corresponde", declaró Zigomo- Nyatsanza.

El gobierno de Zimbabwe nunca adoptó medidas formales para evitar la discriminación contra las mujeres a fin de que éstas puedan hacer su camino en forma un poco más rápida, sostuvo.

"Llegamos justo al punto en que hay que decidir si luchamos o nos hundimos", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/lm/ro/gm/ja/pm/ceb-dg/pr- ip-hd99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe