Centenares de plantaciones, fincas ganaderas, parcelas urbanas y viviendas abandonadas fueron invadidas en Venezuela desde que el presidente Hugo Chávez asumió el poder el 2 de febrero, constataron gobernadores regionales.
Aunque concuerdan por incrementarse su número en las últimas semanas, las invasiones siguen a iniciativas de grupos muy locales y no son reivindicadas por una fuerza opositora, por lo que es temprano para señalar el surgimiento de un movimiento de "sin tierra" como el brasileño.
Chávez, en rueda de prensa este miércoles, evocó a Brasil "donde miles, centenares de miles de personas ocupan tierras en campos y ciudades", para de seguidas urgir "a que cesen las ocupaciones y sean devueltos los bienes ocupados" en Venezuela.
"Pero a esa gente hay que oírla. Yo recorreré el país para eso en los próximos dos días. ?Por qué tienen que haber miles y miles de hectáreas de tierras que no son trabajadas mientras a la orilla de los caminos hay familias que buscan siquiera una hectárea?", se preguntó el mandatario.
Y de seguidas reafirmó: "Mientras yo sea presidente, las fuerzas armadas no van a usar sus fusiles para reprimir a campesinos o estudiantes que manifiesten. No voy a tirarle piedras al pueblo que aquí me trajo, prefiero que el pueblo me tire piedras a mí".
Una clave de la multiplicación de las invasiones es la decisión de Chávez para que la Guardia Nacional, un cuerpo militar con funciones de policía y la única fuerza presente o temida en muchas áreas rurales, cese de intervenir en conflictos de orden público, al menos sin orden directa de su gobierno.
Otras son la lucha política regional -los gobernadores acusan a los partidos rivales de instigar a los invasores- y el sentido de la oportunidad de la gente, al ocupar la presidencia un líder que reclama constantemente cambios en favor del 80 por ciento de sus compatriotas en la pobreza.
Casi todas las invasiones son de pequeñas porciones de fundos, ganaderos, agrícolas y mixtos. También se han ocupado terrenos públicos en ciudades y pueblos para construir viviendas muy precarias.
Varios de los estados más afectados son gobernados por seguidores de Chávez.
En el estado de Monagas (oriente), el gobernador Luis Martínez (del partido opositor Acción Democrática) dio cuenta de 1.694 ocupaciones.
El ministro del Interior, Luis Miquilena, advirtió contra la tendencia a magnificar el problema, pero advirtió que las invasiones "no serán toleradas y los invasores serán desalojados con el apoyo de la ley y de la policía".
"Llamamos a los venezolanos a no atentar contra la propiedad privada. El Gobierno tiene bastantes tierras (unos 12 millones de hectáreas) y llamaremos a esos campesinos a integrar granjas de pequeños grupos o cooperativas", dijo Miquilena.
El director del Instituto Agrario Nacional, Ismael Colmenares, dijo que "Venezuela es más un país de tierras sin hombres que de hombres sin tierras. El Instituto tiene más de tres millones de hectáreas de buenas tierras de labor que debe colocar".
Según Colmenares "el problema no es de tenencia de la tierra, sino de gestión. Los invasores no hacen daño a terrófagos, esto parece más una lucha de pueblo contra pueblo", a la vez que considera que el problema "ha existido siempre con la democracia (desde 1958) y quizá sus datos ahora se exageran".
El estado de Guárico (centro) ha registrado invasiones de fundos pero también de áreas aledañas a zonas agroindustriales. Los ocupantes protagonizaron refriegas con la policía y en el caserío El Negro murió abaleado un manifestante.
Eduardo Manuitt, del partido Patria Para Todos (PPT) que apoya a Chávez, dijo que sus policías allanaron "una fábrica de boinas rojas". Esa prenda, distintivo del chavismo, es usada por los invasores que invocan el respaldo del presidente.
Según José Betancourt, presidente de la federación de ganaderos, hasta 1.000 fundos han sufrido invasiones en las últimas semanas "por gente que sigue a seudolíderes políticos, provocando daños en la capacidad producir carne y leche".
En Anzoátegui (oriente) fueron ocupados edificios residenciales en construcción y unas 300 familias invadieron, fueron desalojadas y volvieron a invadir, terrenos del cono de aproximación al principal aeropuerto.
El gobernador Alexis Rosas (PPT), dijo que "en Anzoátegui hay unos 4.000 invasores, que siguen instrucciones de Acción Democrática para sabotear al gobierno regional", y dijo que pediría a Chávez el uso de la Guardia Nacional en su contra.
Pero Lewis Pérez, secretario general de Acción Democrática, envió este miércoles una carta a Chávez pidiéndole que actúe de inmediato contra todos los invasores de propiedades y que disponga castigos para los culpables.
En el estado de Portuguesa (centro-oeste) fueron tomadas 10 fincas. En el petrolero de Zulia (oeste) se ocupó un desarrollo urbano de 3.500 parcelas. Y en Miranda (al este de Caracas) se registraron invasiones en ocho de sus 21 municipios.
Incluso en la capital, un edificio de residencias que perteneció a un banco intervenido en 1995 ya fue tomado por dos decenas de familias que exigen les sean vendidas las viviendas, en términos muy preferenciales.
"El presidente Chávez, con su discurso agitador e incendiario, es el responsable de la ola de invasiones", acusó el diputado Henry Scott, opositor socialcristiano.
Vicente Brito, vicepresidente de Fedecámaras, el principal organismo de los empresarios, manifestó su alarma porque "las invasiones ya alcanzan 15 de los 23 estados del país, y esa falta de seguridad alejará a las inversiones".
Las invasiones de terrenos "son comunes en época electoral y de cambio de gobierno", según recordó el jurista Román Duque, pero esta vez hay una diferencia no sólo de número, sino de la actitud del gobierno frente a ellas.
Chávez reiteró este miércoles que "no quiero invasiones y quien invada debe asumir su responsabilidad", pero insistió en que "todos tienen derecho a un pedazo de tierra donde vivir" y en que "los gobernadores deben dar la cara y hacer valer su liderazgo, porque las fuerzas armadas no están para reprimir". (FIN/IPS/jz-eg/la/99
