Argentina otorgó hoy asilo político al general retirado Lino Oviedo, protagonista de la crisis institucional paraguaya, que había ingresado en este país en la noche de domingo y cuya extradición había pedido la justicia de Paraguay.
Un comunicado oficial firmado por tres ministros, en ausencia del presidente Carlos Menem, informó que la resolución oficial es conceder el "asilo político territorial" en Argentina a Oviedo, que lo había pedido tras huir el domingo de Paraguay.
El documento lleva la firma del ministro del Interior, Carlos Corach, del canciller Guido di Tella, y del ministro de Economía Roque Fernández, y se basa en el Tratado de Derecho Penal Internacional de Montevideo y otras normas.
Oviedo abandonó Paraguay junto con su esposa y tres hijos poco antes de que Raúl Cubas, su aliado político, renunciara a la presidencia. El militar llegó en vuelo privado y con pasaporte falso a la localidad de San Fernando, 30 kilómetros al norte de Buenos Aires.
El juez federal Conrado Bergesio ordenó la detención de Oviedo por ingreso irregular en el país, mientras éste pedía asilo político y el procurador general de Paraguay, Jorge Vasconcelos, presentaba una solicitud de extradición.
Menem está de visita oficial en Italia y pocas horas antes de la decisión de su gobierno había dicho que se tomaría el tiempo necesario para resolver si concedía el asilo político.
Desde Roma, el secretario general de la presidencia, Alberto Kohan, había dicho que Oviedo podría ser beneficiado con el asilo, debido a que históricamente Paraguay fue refugio político de dirigentes del gobernante Partido Justicialista de Argentina.
"No veo ningún inconveniente para que reciba el asilo", declaró Kohan, quien se reconoció amigo de Oviedo, al igual que Menem. "Trabajó mucho por su país y aunque tuvo actitudes equivocadas merece una oportunidad", comentó.
El abogado defensor de Oviedo en Argentina, Pedro Bianchi, señaló que la resolución del gobierno fue mejor de lo que él mismo esperaba. "Oviedo se siente un perseguido político", expresó.
Oviedo, ex jefe del ejército de Paraguay, fue condenado a 10 años de cárcel por un tribunal militar extraordinario que lo encontró culpable de una tentativa de golpe de Estado en abril de 1996 contra el entonces presidente Juan Carlos Wasmosy.
Pero Cubas, sucesor de Wasmosy, lo puso en libertad al conmutar su condena a la cárcel por una sanción de tres meses de arresto.
La crisis estalló cuando Cubas desconoció la orden de la Corte Suprema de Justicia de devolver a Oviedo a la cárcel. A instancias del vicepresidente Luis María Argaña, la Cámara de Diputados incorporó a su agenda una propuesta de juicio político al presidente.
El asesinato el martes último de Argaña, líder del sector del gobernante Partido Colorado opuesto a Cubas y Oviedo, determinó a la Cámara de Diputados a adelantar el debate sobre el juicio político y a acusar de inmediato al presidente ante el Senado.
Los seguidores y familiares de Argaña acusaron a Oviedo del asesinato, mientras el Congreso denunciaba la responsabilidad moral de Cubas y del ex jefe del ejército en el crimen.
El acosado Cubas renunció el domingo, cuando el Senado se aprestaba a destituirlo. El viernes había ordenado la reclusión de Oviedo en el regimiento Guardia Presidencial, de Asunción, de donde el militar retirado salió hacia el exilio.
Cubas fue reemplazado por el presidente del Congreso, Luis González Macchi, quien se comprometió a ordenar el regreso de Oviedo a la cárcel en su primer acto de gobierno. (FIN/IPS/mv/ff/ip/99