EEUU: Industria y ecologistas se enfrentan por gases invernadero

Senadores de Estados Unidos ultiman detalles de un proyecto de ley que crearía incentivos para que el sector industrial reduzca voluntariamente los gases invernadero.

La legislación titulada "Crédito para la Acción Precoz", surge en momentos en que el Congreso continúa oponiéndose al Protocolo de Kyoto de reducción de las emisiones de gases contaminantes.

El proyecto prevé la implementación de un sistema de permisos intercambiables para la emisión de dióxido de carbono (el principal gas de efecto invernadero) antes de asumir las obligaciones creadas por el tratado.

El Protocolo de Kyoto, aprobado por 168 naciones que se reunieron en esa ciudad japonesa, obliga a Estados Unidos y a otros 37 países industriales a reducir las emisiones de gases invernadero en un promedio de al menos cinco por ciento respecto a los niveles de 1990 para el año 2012.

Tal medida, no obstante, representa una amenaza para varias industrias estadounidenses que poseen fuertes intereses económicos para mantener un alto consumo de petróleo, gas y carbón.

La administración del presidente Bill Clinton firmó el tratado en noviembre pero, dada la mayoría republicana del Congreso, es poco probable que sea ratificado hasta después de las elecciones del año 2000.

El proyecto de ley, que fuera presentado sin éxito el año pasado, también permitiría a cientos de compañías acumular créditos para llevar a cabo proyectos de control de emisiones en forma voluntaria.

El senador demócrata Joseph Lieberman y los republicanos John Chafee y Connie Mack planean reintroducir la legislación a fines de este mes.

La iniciativa goza del apoyo de varias industrias de petróleo y carbón que se oponen a los plazos y a los límites vinculantes impuestos a las emisiones.

Algunas organizaciones ambientales sostienen que el proyecto adolece de carencias que permitirían a las compañías continuar emitiendo los gases responsables del calentamiento de la Tierra.

La legislación propuesta no requiere que las reducciones de emisiones se concentren en el sector interno y tampoco prevé que un tercero verifique las reducciones que una compañía declare con respecto a emisones previas, afirman.

"Este proyecto posee terribles fallas, pese a que debemos reconocer que el concepto de una acción precoz es importante", expresó Gary Cook, analista de políticas de l organización ecologista Greenpeace.

"El documento otorgaría créditos a las compañías que realizaron recortes insignificantes en vez de haber implementado recortes verdaderos en la contaminación producida por los gases invernadero", señaló.

La mayoría de los científicos creen que estos gases -que se generan como resultado de la combustión del aceite, petróleo, carbón y otras sustancias químicas compuestas principalmente por carbono- han ido calentando gradualmente la atmósfera de la tierra y alteraron el clima.

Si continúa la tendencia al recalentamiento, las temperaturas planetarias promedio podrían aumentar entre uno y 3,5 grados para el año 2050, advirtió un panel internacional de expertos.

El Senado se hizo eco de las preocupaciones del sector industrial y afirmó que sólo ratificará el protocolo de Kyoto si determinados países en desarrollo se comprometen a limitar, o reducir, sus emisiones en el futuro.

Grupos industriales y algunos senadores, entretanto, presionan para premiar a las compañías que realicen reducciones voluntarias a sus emisiones, en vez de imponer plazos y límites a la producción de los gases invernadero.

"Las compañías invirtieron en nuevas tecnologías y merecen el reconocimiento por todo lo que hicieron", expresó Frank Maisano, portavoz de la Coalición de Clima Mundial, un grupo respaldado por la industria que se opone fuertemente al Protocolo de Kyoto.

Agregó que la teoría del recalentamiento planetario continúa siendo incierta. "No debería confundirse (el interés que las compañías tienen en obtener créditos oficiales por acciones voluntarias) con el apoyo al protocolo de Kyoto", destacó.

La mayoría de los grupos ambientales apoyan el intento de los legisladores por "hacer algo" acerca del recalentamiento planetario, y pocos, como el Fondo para la Defensa del Ambiente, apoyan fuertemente el proyecto de ley tal cual fue redactado.

Otros sostienen que debe ser reformulado para dar lugar a reducciones "reales" de la emisión de gases invernadero.

"Las mismas compañías que bloquearon el progreso en el tema de cambio climático contribuyeron a redactar esta ley que podría otorgarles valiosos créditos por emisiones sin necesidad de realizar cambios fundamentales a sus operaciones", dijo John Passacantando, director ejecutivo del grupo Acción por el Ozono, de Washington.

El Crédito para la Acción Precoz alienta a las compañías a que inviertan en proyectos tendentes a reducir las emisiones en otros países, donde a menudo resulta imposible efectuar un proceso de verificación y supervisión, expresó Cook, de Greenpeace.

Tales proyectos podrían incluir la plantación de árboles, que consumirían el dióxido de carbono sobrante.

No obstante, según Cook todavía existe considerable incertidumbre científica sobre cómo cuantificar la capacidad de absorción de los árboles.

De acuerdo al proyecto de ley, por ejemplo, una compañía de servicios estadounidense podría obtener créditos por plantar árboles en Bolivia en vez de reducir las emisiones de sus propias instalaciones en Estados Unidos, acusó Acción para el Ozono.

"Si se plantan árboles se creará un recurso que absorberá parte del exceso de dióxido de carbono producido por las plantas de energía y los automóviles, pero de hecho ello no reducirá la cantidad de gas que emiten esas fuentes", advirtió el grupo.

La Unión Europea es también partidaria de que se realicen recortes a nivel interno en Estados Unidos, país que produce casi 25 por ciento del total de gases invernadero y que continúa incrementando sus emisiones.

De acuerdo con un informe del gobierno publicado en noviembre, las emisiones de ese tipo crecieron 1,4 por ciento en 1997 y actualmente se encuentran 10 por ciento por encima de los niveles de 1990.

El proyecto de ley también otorgaría créditos a las compañías por las reducciones efectuadas, pero no prevé verificaciones por terceros del nivel real de reducción de emisiones efectuado por las compañías, recalcó Acción para el Ozono.

"El Crédito para una Acción Precoz serviría para recompensar a los grandes contaminantes por continuar con sus actividades como si nada", expresó Cook.

El proyecto de ley fue propuesto por primera vez el año pasado y recibió críticas de activistas ambientales. En ese entonces los defensores de la inicitaiva en el Senado prometieron volver a redactar la legislación.

Pero Acción para el Ozono argumentó que no se realizaron cambios sustanciales a la propuesta.

Sin embargo, Howard Ris, director ejecutivo de la Unión de Científicos Preocupados, expresó que aunque partes del proyecto de ley deberían ser reformuladas, su aprobación demostraría que el Senado reconoce que el recalentamiento planetario es un problema a tratar.

"Creo que este es un proceso en dos etapas. Si el Senado aprueba el proyecto, sentará un precedente que podría ser positivo para el futuro", concluyó Ris. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/mvf- dg/en/99

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