La gestión del gobierno de Ecuador, que hoy cumple seis meses en el poder, es apoyada sólo por 30 por ciento de los ciudadanos, según diversos sondeos.
Impuestos impopulares, alza de precios de productos básicos, inversiones millonarias para salvar de la quiebra a bancos privados figuran entre las causas de que el presidente Jamil Mahuad perdiera 40 puntos en los sondeos de popularidad desde octubre.
En ese mes, tras la firma de los acuerdos de paz con Perú, Mahuad era respaldado por 70 por ciento de los ecuatorianos.
La suscripción del convenio de paz con Lima, que puso fin a un conflicto limítrofe generador de tres guerras en poco más de cicuenta años, es vista actualmente como la única acción positiva del gobierno, de acuerdo a las encuestas.
Según el analista Gonzalo Rosero, los ecuatorianos perciben hoy al presidente como rehén del Partido Social Cristiano (PSC), la primera fuerza parlamentaria.
Los votos del PSC son indispensables para la aprobación del presupuesto para 1999 sin tener que llegar al extremo de buscar una alianza con partidos opositores.
Los socialcristianos rechazan algunos puntos de una reforma tributaria considerada esencial por Mahuad, que incluye la aprobación de nuevos impuestos.
Desde que el presidente asumió su cargo, en agosto pasado, se registraron variables que perjudicaron su gestión, como la caída por debajo de los nueve dólares por barril del precio internacional del petróleo, principal producto de exportación de Ecuador.
Posteriormente, el fenómeno climático de El Niño provocó desastres naturales de gran magnitud, destruyendo infraestructuras productivas y de transporte en las zonas del litoral.
La restricción de los créditos internacionales que afectó al país en 1998 se tradujo en una creciente inflación, que superó 43 por ciento a fines de año, y en una reducción de los ingresos de los ciudadanos.
Cerca de 60 por ciento de la población ecuatoriana es considerada pobre.
No obstante, el gobierno destina muy pocos recursos para asistir a las familias de bajos recursos (como un bono de 20 dólares mensuales entregado a las jefas de familia en esa condición), pero gasta sumas multimillonarias en el rescate de bancos en quiebra.
El Estado destinó por ejemplo mil millones de dólares en asistir al Filibanco, que estaba al borde del colapso.
El impuesto de uno por ciento a la circulación de capitales ideado por el PSC y establecido por Mahuad el mes pasado generó rechazo en los sectores informales, que anteriormente no tributaban.
Por otra parte, la instauración de este gravamen impidió un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Mahuad ha debido enfrentar dos huelgas nacionales en rechazo de su política económica en sus seis meses de mandato, la última de ellas el día 5.
El sentimiento de inseguridad de la población ante la creciente violencia también ha aumentado, precipitando la instauración del estado de emergencia y variadas restricciones a la actividad pública en la rica provincia de Guayas.
De acuerdo al analista Marcelo Merlo, entre los principales retos que debe enfrentar Mahuad en los cuatro años que le restan de gobierno destacan la reversión de la escalada inflacionaria, la estabilización del tipo de cambio y la disminución de las tasas de interés, que hoy oscilan entre 55 y 60 por ciento.
La reforma de la seguridad social y la modernización de los sectores telefónico, petrolero y eléctrico, todavía en manos del Estado, también deben formar parte de la agenda del presidente, opinó Merlo. (FIN/IPS/gm/dg/ip/99