Movimientos indígenas y ecologistas de Chile reclamarán este sábado el abandono del proyecto de una central hidroeléctrica cuya construcción supone el desplazamiento de población nativa y riesgos ambientales.
Diez familias de indígenas mapuches que habitan en la zona en que se levantará la represa sufrieron ataques a balazos para que abandonen el lugar, denunciaron los convocantes.
El proyecto, a cargo de la empresa Endesa, perteneciente al grupo hispano-chileno Enersis, se llevará a cabo en la región del Alto Bío Bío, a 600 kilómetros de Santiago.
La central inundará las tierras ancentrales del pueblo pehuenche, de la etnia mapuche, y destruirá un ecosistema fluvial cordillerano de características únicas en el mundo, indicaron los ambientalistas.
Alejandro Navarro, diputado del cogobernante Partido Socialista y miembro de la Bancada Verde (ecologista) del Congreso, pidió esta semana una investigación para establecer quiénes son los responsables de disparos efectuados contra los indígenas.
Las diez familias que sufrieron los ataques se negaron a recibir las indemnizaciones ofrecidas por Endesa para que abandonen sus viviendas y denunciaron que las que sí las aceptaron fueron engañadas.
Cristián Opazo, vicepresidente del Grupo de Acción por el Bío Bío, denunció a su vez que un chofer al servicio de su movimiento fue atacado y que un grupo de desconocidos dañó este lunes la línea telefónica del Centro Pehuenche, donde los indígenas se reúnen y realizan sus artesanías para venderlas en Ralco.
Por otra parte, mapuches de la zona de Temuco, más al sur del país, informaron que su árbol sagrado, el canelo, está siendo explotado por una empresa forestal que envía su madera a Japón. (FIN/IPS/as/dg/en/99