El fin de los subsidios crediticios de las exportaciones al Mercosur fue la única concesión obtenida por el presidente de Argentina, Carlos Menem, de su par de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en la reunión que mantuvieron en Sao José dos Campos, cerca de Sao Paulo.
El Programa de Financiación de las Exportaciones (Proex) no se aplicará a las ventas a los socios, según el comunicado conjunto de los presidentes divulgado el jueves luego del encuentro. Pero tal medida se aplicará solo a los productos de consumo y no contempla los bienes de capital, precisó Cardoso.
El Proex ofrece crédito a intereses muy inferiores a los del mercado brasileño, buscando anular la desventaja del elevado costo financiero que afecta la competitividad del producto nacional.
Eso es cuestionado como subsidio en la Organización Mundial de Comercio por la empresa canadiense Bombardier, que disputa el mercado internacional de aviones medianos con la Empresa Brasileña de Aeronáutica.
Su exclusión en las ventas al Mercosur es una compensación reclamada por Argentina para atenuar los efectos de la depreciación del real que hizo más competitivos los productos brasileños.
Es suficiente, "del punto de vista brasileño", para corregir los desequilibrios provocados por la caída del real, sostuvo Cardoso, quien aseguró que Brasil tiene todo el interés en mantener el flujo comercial con Argentina.
Cardoso prometió también que su gobierno examinará "aspectos legales" del impacto comercial de la modificación del cambio en su país, lo que puede conducir a la reducción de beneficios fiscales a los exportadores.
No hubo mención a otras compensaciones pedidas por Argentina, Paraguay y Uruguay, como el restablecimiento del Impuesto de Circulación de Mercancías, que dejó de ser aplicado sobre las exportaciones hace tres años.
Ese tributo comercial es cobrado por los gobiernos estaduales, que luchan por recuperar las pérdidas provocadas por la exención de las exportaciones. Esas presiones internas coinciden con el interés de los demás socios del Mercosur.
Pero el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Celso Lafer, condenó lo que, en su opinión, constituye "un retroceso". Brasil no puede seguir "exportando impuestos", sentenció.
Otros temas, como la restricción brasileña a la financiación de importaciones y la licencia previa que afecta principalmente a los lácteos argentinos, no fueron discutidos en la reunión o no se llegó a acuerdos al respecto.
Pero se acordó crear una comisión binacional de autoridades comerciales para analizar el flujo del intercambio entre Argentina y Brasil, ya que ambos presidentes reconocieron que es muy temprano para evaluar los efectos de la depreciación del real en las economías del Mercosur.
Cardoso repitió la vieja promesa de promover "la convergencia de políticas macroeconómicas", ahora profundamente golpeadas por la alteración cambiaria en Brasil. El Mercosur "es más necesario que nunca", afirmó.
Menem también defendió el fortalecimiento del bloque como forma de afrontar las turbulencias mundiales. Pero destacó la necesidad de extender la integración al área de servicios, además del comercio de bienes físicos.
El encuentro no deber despejar la tensión entre los dos socios mayores del Mercosur, alimentada principalmente por las presiones de industriales argentinos, temerosos de una invasión de su mercado nacional por productos brasileños.
La caída cambiaria iniciada el 13 de enero alcanzó este viernes 57 por ciento, nivel que puede amenazar el proceso de integración por el desequilibrio comercial. Cardoso reconoció que la depreciación del real es excesiva y dijo confiar que se reducirá en un futuro próximo.
El clima estaba pesado también en términos meteorológicos. El tiempo lluvioso no permitió el transporte de los presidentes por helicóptero e impidió que Cardoso recibiera a Menem en Campos do Jordao, ciudad turística de montaña a 180 kilómetros de Sao Paulo.
Por eso los dos presidentes y sus ministros del area económica y comercial se reunieron en el Centro Técnico Aeroespacial de Sao José dos Campos, centro tecnológico a cien kilómetros de Sao Paulo.
Las expectativas se concentran ahora en la cumbre extraordinaria del Mercosur en Río de Janeiro el día 21. Los cuatro presidentes aprovecharn la apertura del Foro Empresarial Mercosur-Unión Europea para reunirse y discutir respuestas conjuntas a los efectos de la crisis brasileña.
El Foro, cuya primera reunión oficial se celebrará del 21 al 23, contará con la presencia de cien dirigentes de grandes empresas para buscar el acercamiento entre los dos bloques, facilitando el comercio, las inversiones y los servicios. (FIN/IPS/mo/mj/ip if/99