/BOLETIN-INTEGRACION/ CAFE: Exportaciones de Brasil aún son voluminosas

Brasil exportó cerca de 1,4 millones de sacos de 60 kilos de café en grano en enero, un volumen sin precedentes para el primer mes del año.

Los ingresos alcanzaron 175 millones de dólares, el mejor resultado en los últimos diez años, según la Asociación Brasileña de Exportadores de Café (Abecafé), que estimó la venta en 1.425.000 sacos a un precio promedio de 123 dólares por saco.

En enero del año pasado el precio había sido de 203,25 dólares, 65 por ciento superior, pero el volumen exportado se limitó a 790.001 sacos, porque el país disponía de poco café exportable a causa de tres años de escasa cosecha por las heladas en 1994.

En este mes habrá nuevo aumento a 1,7 millones de sacos exportados, pronosticó la Abecafé. La cantidad no será mayor porque febrero, además de tener solo 28 días, incluye el carnaval, que interrumpe muchas actividades en el país por al menos cuatro días.

Una parte de los dos millones de sacos cuyo embarque se previó para este mes quedará pendiente para marzo, según exportadores.

El café brasileño fue favorecido por la buena cosecha de 35 millones de sacos el año pasado, el huracán Mitch en América Central, el reciente terremoto en Colombia y, a partir de ahora, por la gran depreciación del real.

Las dificultades de los competidores evitaron que la gran oferta brasileña redujera mucho los precios internacionales, que registraron el año pasado un máximo de 212,63 dólares por saco en febrero y un mínimo de 113,94 dólares en octubre, según la Federación Brasileña de Exportadores (FEBEC).

Los precios registran una ligera recuperación desde noviembre, que debe interrumpirse ahora por la devaluación cambiaria en Brasil. Los importadores tratarán de obtener descuentos en sus compras del producto brasileño.

Los exportadores son los mayores beneficiados por la devaluación, al comprar café en reales y venderlo en dólares. Pero además de los importadores, también los caficultores disputan parte de esa ganancia.

Estos elevaron sus precios y retienen la producción, vendiendo solo lo indispensable para cubrir sus necesidades inmediatas. Esperan un alza de precios en los próximos meses, al confirmarse la baja oferta de Colombia a causa del terremoto y una menguada cosecha brasileña de 23 millones de sacos para este año.

Otra amenaza es que el gobierno reclame también su parte en la ganancia adicional imponiendo un tributo sobre exportaciones, como forma de contener el alza de los precios internos de productos agrícolas exportables, como café y soja.

La propuesta de gravar las ventas externas provocó protestas de todas las organizaciones de agricultores. La Abecafé y la FEBEC se unieron en el rechazo a la medida. Em cambio, reclamaron una mayor liberación de las existencias en manos del gobierno, que estiman en nueve millones de sacos.

El gobierno viene vendiendo parte del café que tiene almacenado hace muchos años, pero en cantidades insuficientes, según los exportadores y las industrias de torrefacción y café soluble, para asegurar una reconquista de los mercados perdidos por Brasil en los últimos años.

Las autoridades económicas negaron la inminencia del tributo sobre exportaciones, pero admitieron la reanudación del impuesto sobre circulación de mercancias, cobrado de forma variada por los gobiernos provinciales en las actividades comerciales.

Los productos exportados quedaron exentos de tal impuesto en los tres últimos años, atendiendo a reclamos de las empresas exportadoras dañadas por la sobrevaluación del real.

Pero los gobiernos provinciales quieren recuperar los ingresos perdidos, pues afrontan duras dificultades financieras y el ajuste fiscal acordado por el poder central con el Fondo Monetario Internacional, que les exige un gran esfuerzo para equilibrar sus cuentas. (FIN/IPS/mo/mj/if/98

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