Los presidentes de América Central solicitarán a Estados Unidos la ampliación de los beneficios comerciales, facilidades migratorias, alivio de la deuda externa y nuevos recursos para reconstruir los países de la región tras los daños provocados por el huracán Mitch en octubre.
Los mandatarios definieron una agenda de siete puntos en una sesión de trabajo en Tegucigalpa que concluyó en la noche del jueves, para proponerlos al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, quien visitará la América Central del 9 al 11 de marzo para conocer en el lugar de los daños del desastre natural.
El presidente de Honduras, Carlos Flores, dijo que los los aspectos mencionados son indispensables para la región, particularmente para su país, donde el huracán destruyó el 80 por ciento de su aparato productivo y dejó 5.000 muertos, 10.000 heridos y 1,5 millones de damnificados.
El mandatario de Nicaragua, Arnoldo Alemán, nuevo presidente de turno del sistema de integración centroamericana, sostuvo que también se dialogará con Clinton sobre la protección del ambiente y los delitos que agobian a la región.
Durante el encuentro en Tegucigalpa, los presidentes revisaron los trabajos preparatorios impulsados por los cancilleres con miras a la segunda reunión del Grupo Consultivo, auspiciado por el Banco Mundial y el Banco Interamericano, que se realizará en mayo en Estocolmo.
En esa instancia se espera obtener 6.000 millones de dólares para la reconstrucción de América Central.
Los presidentes centroamericanos se mostraron satisfechos por el lanzamiento de una iniciativa por parte de cuatro senadores estadounidenses, demócratas y republicanos, para un paquete de ayuda financiera y humanitaria para la región.
Los senadores discutirán la próxima semana el "Acta para Ayuda a América Central y el Caribe", que incluye la ampliación de los beneficios comerciales contemplados en la Iniciativa para la Cuenca del Caribe, equivalentes a los otorgados a México en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
También se tratará el otorgamiento de 557 millones de dólares en ayuda humanitaria adicional a los 230 millones asignados tras la emergencia, 150 millones canalizados a través del Departamento de Defensa para la remoción de minas y la condonación de 16 millones de dólares de deuda a Honduras.
En el Senado de Estados Unidos existe preocupación por los severos daños causados por el huracán, que podrían provocar un flujo masivo de centroamericanos hacia ese país y la caída, así como un proceso de inestabilidad social en la región por la falta de alimentos y empleo.
En Honduras se triplicaron desde enero las solicitudes de pasaportes y visas para viajar a los países de América del Norte.
El presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, subrayó que la prioridad en los proyectos para la reconstrucción serán las inversiones en el sector social, especialmente en salud y educación, para que los pueblos centroamericanos alcancen un bienestar mayor que el existente antes del desastre natural.
Los mandatarios coincidieron en que es casi imposible el pago de los 12 millones de dólares de deuda externa de la región, en particular para Honduras y Nicaragua, los países más afectados.
Según una estimación del Banco Centroamericano de Integración Económica, el huracán provocó daños a la región por 10.000 millones de dólares y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) maneja una cifra superior a los 6.000 millones. (FIN/IPS/tm/ag/dv/99