Africa está experimentando un importante progreso económico, a pesar de las numerosas guerras que se libran en este continente, señaló la Corporación Internacional de Finanzas (IFC).
"Nos frustran las situaciones en los países en guerra. Hoy sería imposible realizar un proyecto en Angola, e incluso en la República Democrática de Congo (RDC)", dijo Peter Woicke, vicepresidente ejecutivo de la IFC, institución multilateral asociada al Banco Mundial.
"Hay un cambio definitivo en las percepciones negativas sobre Africa, pero la euforia se vio disminuida por lo que ocurre en RDC, Angola y probablemente en Zimbabwe", declaró Woicke, de visita en Africa.
Sobre el tan mentado "renacimiento africano" pende la creciente amenaza de las guerras en este continente fragmentado que sólo representa seis por ciento del producto interno bruto (PIB) de los países en desarrollo.
La guerra civil que se desató hace seis meses en RDC, en la que participan seis países africanos, es una de las más de media docena de guerras que se libran en Africa.
"La intensificación de los conflictos amenaza no sólo con socavar la imagen del 'renacimiento africano', sino con absorber los recursos y energías de las gestiones hacia el progreso político y económico", señaló el Centro de Información de Políticas de Africa (APIC), con sede en Washington.
Esta situación "afectó incluso a la mayoría de los países que no están en guerra", destacó APIC, en su Perspectiva 1999.
Antes de la guerra de RDC, la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral era considerada la más estable y prometedora de Africa subsahariana. Ahora eso cambió.
"Nuestras economías no pueden responder a las necesidades internas, y donde hay pobreza, habrá conflicto. Cuanto menores sean los recursos, mayores serán las posibilidades de conflictos", sostuvo el analista político Mwesiga Baregu.
En 1998 también se desencadenó un conflicto fronterizo entre Eritrea y Etiopía, y recrudeció la guerra civil en Sierra Leona. En el mismo período se experimentó una guerra en Guinea Bissau y Sudán, así como el conflicto y la intervención extranjera en Lesotho.
A pesar de los múltiples desafíos que enfrenta el continente, la IFC aún ve oportunidades en Africa y procura que la región alcance su potencial ayudando al sector privado.
El crecimiento del PIB de Africa subsahariana alcanzó 3,7 por ciento en 1998, casi un punto porcentual por debajo de lo previsto, pero el más alto de todas las demás regiones del mundo.
Más de la mitad de los países africanos tuvieron un crecimiento económico de tres por ciento o más, lo suficiente para permitir pequeños incrementos del ingreso por habitante.
"El mundo está reconociendo que no se pueden dejar a algunas regiones atrás, donde 2.000 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza", dijo Woicke, quien visita Africa por primera vez desde que asumió su cargo en enero.
La situación se agrava porque la ayuda internacional sigue en descenso. Ya en 1997, la ayuda para el desarrollo que los países industrializados destinaron a Africa había descendido a 0,22 por ciento del PIB, la menor cifra de la historia.
La inversión privada extranjera sigue siendo mínima y sólo representa 10 por ciento del dinero que ingresa a los países en desarrollo.
La IFC es la mayor contribuyente de inversiones privadas en Africa subsahariana. Durante 1998, las inversiones del organismo ascendieron 22 por ciento a 916 millones de dólares en 23 países.
La ayuda de la IFC incluye la financiación de compañías privatizadas, el desarrollo de mercados financieros nacionales y el fomento de la inversión en la infraestructura privada y en pequeñas y medianas empresas.
"En comparación con la crisis de los años 80 y de principios de los 90, Africa tuvo un importante progreso económico, y el papel del sector privado va en aumento", señaló la IFC.
"Ahora que se reanudó el crecimiento en la región y el aumento de la inversión, el paisaje económico cambió mucho", declaró Woicke, quien se encuentra en Sudáfrica y luego visitará Costa de Marfil, Kenia, Mozambique y Tanzania.
La visita de Woicke tiene el fin de conseguir el apoyo para una inversión de la IFC por 7,5 millones de dólares en Ecobank Transnational Incorporated (ETI), con el fin de impulsar al sector bancario de Africa occidental.
ETI es el primer grupo bancario de la región y opera en Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Ghana, Malí, Nigeria y Togo. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/aq/dv-if/99