El humo del tabaco convertido en anuncio publicitario en favor del desarrollo del Tercer Mundo mereció hoy una rotunda condena de la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD) de España.
La condena se produce después de varios intercambios de comunicados entre la Coordinadora y la estatal compañía Tabacalera, productora entre otros de los cigarrillos Fortuna y monopolizadora de la producción nacional en el sector.
El conflicto comenzó cuando Tabacalera comenzó hace 15 días a instalar grandes carteles y a publicar anuncios con el mensaje "For 0,7 por ciento", en el que mezcló la primera sílaba de la palabra Fortuna, sílaba que en inglés significa, por lo general, la razón de un acto o lo que se desea.
En el aviso, For aparece con letras clásicas y 0,7 por ciento dibujado con señales de humo, y se completa, en los periódicos, radio y televisión, con la frase "Ahora con Fortuna das el 0,7 a una ONGD".
La Coordinadora lamenta la campaña, advierte que es ilícito vincular una acción solidaria "con el consumo de un producto dañino para la salud y que, según la Organización Mundial de la Salud, causa cada año la muerte de un millón de personas en el Tercer Mundo".
Advierte por ello a los anunciantes y a los medios de comunicación que la publicidad referida al Tercer Mundo debe ser coherente con los objetivos de solidaridad.
Invoca en su apoyo el Código Etico adoptado por ONGD de todos los países de la Unión Europea en 1989 y el suyo, que data de marzo de 1998.
La Coordinadora señala además que Tabacalera ni siquiera dice a quiénes o para qué destinará el dinero resultante de aplicar el 0,7 por ciento a sus ventas, que significaría un monto de dos millones de dólares por año.
La empresa anunció por su lado que cinco personalidades integrarían un comité encargado de decidir el destino de los fondos, basados en un concurso público.
Uno de los mencionados para integrarlo, el director en España del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Joaquín Ruiz-Giménez, rechazó la designación por considerar que la propaganda del tabaco es incompatible con los objetivos de esa agencia.
Un portavoz de Tabacalera, en conversación con IPS, calificó de "elegante" el rechazo de Ruiz-Giménez y dijo entender su actitud.
Añadió que su compañía pretende ser absolutamente transparente y que si todavía no sabe cuáles son las ONG que recibirán su contribución es porque la empresa desea hacerlo mediante concurso público.
En apoyo de su posición cita dos encuestas, realizadas por profesionales de reconocido prestigio, Juan Díez Nicolás y Miguel 5ngel Navas.
En la encuesta de Díez Nicolás, sobre una muestra de 1.222 individuos, a 47 por ciento de los entrevistados les pareció muy bien que se dedique una parte de los beneficios del tabaco para ayudas sociales, mientras sólo cuatro por ciento se manifestó en contra de la idea.
La otra encuesta registró resultados todavía más satisfactorios para Tabacalera: al 68 por ciento les pareció muy bien, al 24,5 por ciento bien, y apenas al 0,6 por ciento bastante mal y a 0,4 por ciento muy mal.
El portavoz de la empresa dijo a IPS que "más de veinte ONG" se dirigieron a ella para solicitar ser beneficiarios de la campaña, pero se negó a identificar a ninguna. "No queremos fomentar la división", dijo.
La Coordinadora recordó que tiene un código de conducta y que si alguno de sus miembros lo infringe será sancionado con penas que pueden ir desde una advertencia hasta la separación.
Para Juan José Francisco Polledo, director general de Salud Pública, la industria del tabaco "ha ido muy lejos" en sus "intentos descarados" para aliarse con sectores de la cultura, el deporte o la solidaridad.
El funcionario recordó que 90 por ciento de los fumadores empiezan a serlo antes de cumplir los 20 años y que a ellos se dirige la campaña hablando de solidaridad, lo que calificó de inadmisible.
Pero, a contiuación, confesó que carece de capacidad de acción para oponerse, pues "mientras sea legal no hay forma de retirarla".
La campaña de Tabacalera reconoce antecedentes en dos hechos que marcarán el futuro.
Por un lado, a partir del 2006 en la Unión Europea estará totalmente prohibida la publicidad del tabaco.
Por otro, las estadísticas señalan que las ventas están descendiendo a un ritmo de uno por ciento anual por acción de las campañas antitabaquistas. (FIN/IPS/td/dg/he-if/99)