El resultado de las elecciones de esta semana en Granada y Barbados sugirió a algunos analistas que una nueva generación de dirigentes políticos irrumpe en el Caribe anglófono.
"A las puertas del nuevo siglo, todos estamos escrutando el futuro con ojos soñadores e intuitivamente nos preguntamos quiénes son las personas apropiadas para gobernarnos", dijo Neville Duncan, profesor de ciencias políticas en la Universidad de las Indias Occidentales.
"Cuando miramos alrededor, creemos que es mejor tener gobiernos fuertes", afirmó.
Según Duncan y otros analistas, los caribeños parecen opinar que los dirigentes políticos que los llevaron a independizarse de Gran Bretaña en los años 60 y 70 deben ceder el paso a una nueva generación de líderes.
Las elecciones del lunes en Granada y del miércoles en Barbados dieron mayor poder a gobernantes que buscaban un nuevo mandato y pusieron a los partidos de oposición frente a la difícil tarea de recuperarse para presentar una alternativa seria a sus adversarios, señalaron los observadores.
El gobernante Nuevo Partido Nacional (NNP) de Granada, comandado por Keith Mitchell, triunfó en los 15 distritos electorales de la isla. Mientras, el Partido Laborista de Barbados (BLP), del primer ministro Owen Arthur, conquistó 28 de las 30 bancas parlamentarias.
Pero mientras los vencedores celebran el resultado de los comicios, hay quienes expresan preocupacion por la falta de una oposicion fuerte y las implicaciones que ese hecho tendrá para la democracia.
"No creo que una barrida electoral resulte necesariamente saludable para el pais", advirtió en Barbados el analista político Raymond Anthony.
"Los gobiernos necesitan oposición. Es importante, porque eleva el nivel de los debates en el parlamento", opinó Derek Ramsamooj, cuya empresa, el Sindicato de Desarrollo del Caribe, estuvo a cargo de las encuestas previas a las elecciones.
A la vista del caso de Grenada, donde no habrá opositores en el parlamento, y de Barbados, donde sólo dos legisladores serán ajenos al oficialismo, hay quienes abogan para que los partidos de oposición hagan sentir su presencia en otros ámbitos.
"Esto significa que deberemos tener un parlamento en las calles, el único foro que le queda al pueblo. No me sorprenderia si se organizan protestas como las que hubo en otros países (del Caribe), pues el gobierno parece demasiado arrogante", dijo en Barbados el ex senador opositor Godfrey Ventour.
Duncan señaló que en los dos países, al parecer, las lealtades partidarias fueron dejadas de lado y pesaron más las consideraciones sobre el estado de la economía y la personalidad de los líderes.
Barbados es el país más prospero del Caribe anglófono. El dólar local se cotiza a 0,50 dólares estadounidenses y es la moneda más estable de la region. El desempleo bajó de 25 por ciento en 1994, cuando el BLP llegó al gobierno, a 12 por ciento.
Además, las reservas internacionales de Barbados ascienden a 170 millones de dólares estadounidenses y el turismo florece. Los ingresos de ese sector alcanzaron en 1998 el monto récord de 800 millones de dolares.
En Grenada, el desempleo cayó de 25 por ciento en 1995, cuando el NNP logró su primer mandato, a 14 por ciento. La economía creció seis por ciento el año pasado y las proyecciones indican que aumentará siete por ciento este año.
Duncan cree que los votantes también tuvieron en cuenta el reemplazo de viejos políticos por otros, más jóvenes y carismáticos. Arthur, el jefe del gobierno de Barbados, tiene 49 años, y el granadino Mitchell, 50.
La derrota del Partido Demócrata Laborista (DLP) en Barbados arrastró al ex primer ministro Erskine Sandiford y a los ex ministros Branford Taitt y Joseph Tudor, asi como al portavoz del partido, Clyde Mascoll, todos casi sexagenarios y septuagenarios y con varias décadas de actividad política.
Dos veteranos dirigentes del triunfante BPL, Henry Forde y Harold St. John, conservaron sus bancas, pero representantes del partido creen que dejarán vacante su puesto a mediano plazo para dar paso a políticos más jóvenes.
"Creo que el electorado siente que ya es hora de que esa gente se retire. Definitivamente, esta surgiendo una nueva generacion en la politica caribena", dijo Duncan.
En cuanto a los partidos opositores, "deben reconstruirse y renovarse", observó George Belle, de la Universidad de las Indias Occidentales.
Las elecciones en Granada y Barbados siguieron a los comicios de Santa Lucía, realizados a fines de 1997 y que dieron 17 de los 18 escaños parlamentarios a los jóvenes seguidores del abogado Kenneth Anthony, elegido nuevo primer ministro. (FIN/IPS/tra- en/bw/cb/ego/ff/ip/99)