Un grupo de investigadores de Estados Unidos en temas de población realizó un llamamiento para que la comunidad internacional proteja a las mujeres que, en el mundo entero, recurren al aborto para interrumpir embarazos indeseados.
De acuerdo al informe hecho público el jueves por el Instituto Alan Guttmacher (AGI) de Nueva York, en todo el mundo, 35 de cada 1.000 mujeres se hicieron abortos.
El número de abortos no varía demasiado en relación al estado civil y al nivel de ingresos de las mujeres en los diferentes países, explica el documento que, en 57 páginas, analiza todos los elementos conocidos sobre el aborto.
Aproximadamente 39 de cada 1.000 mujeres en los países industrializados, y 34 de cada 1.000 mujeres en los países pobres, optan por interrumpir sus embarazos, indicó el informe titulado "Responsabilidad compartida: Mujeres, Sociedad y Aborto en el mundo".
"Todos los países y comunidades deben encontrar la forma de manejar lo que ahora es una realidad conocida", indicó Jeannie Rosoff, presidenta de AGI.
"Cada país, y la comunidad internacional en conjunto puede, ahora que dispone de la información, buscar el mejor modo de reducir la cantidad de embarazos indeseados que llevan al aborto, y analizar cómo evitar las muertes causadas por abortos ilegales en muchos naciones pobres", señala el informe.
Las gestaciones no planificadas representan un porcentaje cercano a 38 por ciento de cada 210 millones de embarazos anuales. De acuerdo al estudio, 22 por ciento de las gestaciones no planificadas son interrumpidas por abortos.
La investigación realizada por AGI fue difundida con antelación al encuentro de seguimiento que se realizará en Amsterdam con motivo del quinto aniversario de la Conferencia Internacional de El Cairo sobre Población y Desarrollo.
La Conferencia de 1994 posibilitó una discusión, hasta entonces inédita, sobre la moralidad del aborto. El debate cotejó las posturas del Vaticano y otros estados religiosos, con las posiciones de las naciones industrializadas y en desarrollo que adoptaron políticas de planificación familiar.
La controversia contó con la participación de organizaciones no gubernamentales defensoras de ambas posturas, y fue la primera vez que, a nivel mundial, el tema fue considerado de acuerdo a su relevancia.
Las posturas frente al aborto tuvieron también un fuerte impacto sobre la política de Estados Unidos y la diplomacia internacional.
En el Congreso estadounidense, el derechista Partido Republicano demoró durante dos años la aprobación de una partida de 1.000 millones de dólares que Estados Unidos debía a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El aporte económico fue condicionado a que el presidente Bill Clinton rectificara su voluntad de dar apoyo monetario a los grupos extranjeros que defienden el aborto.
La negativa de Clinton condujo a que Estados Unidos no pagara su deuda con la ONU, motivo por el cual ese país estuvo a punto de perder su derecho a voto en la Asamblea General del organismo.
El conflicto entre Clinton y el Congreso obligó a Washington a reducir los fondos que en general dedica a los temas de población, a pesar de haber sido siempre el mayor donante para programas de planificación familiar.
Casi la mitad de los 28 millones de embarazos anuales del mundo industrial no son planificados y 36 por ciento terminan en aborto. En el mundo en desarrollo, de los 182 millones de embarazos anuales se calcula que 36 por ciento no son planeados y 20 por ciento son interrumpidos.
"Es evidente que las mujeres de todo el mundo van hasta las últimas consecuencias para eliminar embarazos no planificados", señaló Rosoff.
"Respetar esa decisión es, no sólo una responsabilidad, sino un deber. Debemos hacer lo posible para garantizar que los abortos se hagan en condiciones de seguridad y para que las mujeres cuenten con los medios adecuados para prevenir el embarazo, en primer lugar", observó.
Anualmente, cerca de 46 millones de mujeres abortan. Veinte millones de esos abortos son ilegales en los países en que fueron practicados.
Alrededor de 35 por ciento de las mujeres viven en países donde el aborto es ilegal o sólo se permite para salvar la vida de la madre o protejer su salud, indicó el estudio.
Millones de mujeres se ven obligadas a abortar mediante métodos ilegales o peligrosos para su salud. De las 600.000 muertes relacionadas con el embarazo que se calcula se producen anualmente, casi 80 por ciento se deben a abortos mal realizados.
La mortalidad por abortos es cientos de veces mayor en los países en desarrollo donde la práctica es ilegal, que en las naciones industrializadas. Africa tiene el mayor número de muertes por aborto, unas 680 mujeres cada 100.000. En los países industrializados, la relación es de 0,2 a 1,2 cada 100.000.
Las mujeres abortan para evitar embarazos indeseados debido a razones que difieren según las culturas y la etapa de la vida en que se encuentren, según el informe.
En la mayoría de los países industrializados, por ejemplo, las relaciones sexuales prematrimoniales son comunes pero el embarazo antes del casamiento suele ser algo inaceptable o indeseado.
En muchos países pobres, en cambio, los embarazos indeseados suelen ser producto de la violencia contra las mujeres, sobre todo cuando carecen de educación, son jóvenes, pobres y de estratos sociales bajos.
En los casos de guerras civiles, como en Bosnia-Herzegovina y en Ruanda, las mujeres fueron violadas por soldados.
Cada vez más mujeres desean tener una familia pequeña y que el lapso entre los nacimientos sea mayor, revelaron estudios hechos en Africa, Oriente Medio, Asia y América Latina.
La cantidad de abortos varía mucho según el país y el continente, observó el informe. En Africa, donde resulta difícil acceder al aborto, sólo 12 por ciento de los embarazos se interrumpen antes de tiempo. En Europa oriental, en cambio, casi 60 por ciento de los embarazos son abortados.
En América Latina y el Caribe, Europa Occidental y América del Norte, abortan cerca de 22 por ciento de las mujeres, en el este de Asia, 30 por ciento y en el sur de Asia 17 por ciento.
Las naciones que no tienen métodos anticonceptivos deberían dar prioridad a su adopción, y las que ya cuentan con tales recursos pero no funcionan bien, deben perfeccionarlos para reducir el número de abortos peligrosos.
Los métodos anticonceptivos son los más eficaces para reducir el número de abortos, pero "no eliminarán la necesidad de interrumpir embarazoss" porque "todos los métodos disponibles conllevan algún riesgo de fracaso", subrayó el informe. (FIN/IPS/tra-en/jl/kb/ceb/aq/pr/99