Organizaciones no gubernamentales (ONG) de todo el mundo exigen que las compañías petroleras extranjeras suspendan sus actividades en Nigeria debido a las denuncias de violaciones a los derechos humanos en ese país.
Más de 200 ONG, incluso la defensora de los derechos humanos Human Rights Watch y la ecologista Sierra Club, ambas con sede en Estados Unidos, exhortaron a transnacionales como Shell, Chevron y Mobil a suspender su labor hasta que Abuja retire sus soldados de la región petrolera del Delta, en el sudeste de Nigeria.
"La mejor manera de que la industria petrolera contribuya a la paz en Nigeria es suspendiendo inmediatamente sus operaciones y buscando un diálogo significativo que trate las preocupaciones de los ijaw y otras minorías del Delta", dijo Danny Kennedy, director de Proyecto Subterráneo, con sede en California.
Además de protestar en estaciones de servicio en Estados Unidos, Proyecto Subterráneo y otros grupos esperan aumentar la presión sobre las compañías colocando esta semana un aviso en The Guardian, un periódico nigeriano.
Las fuerzas armadas de Nigeria mantuvieron varios enfrentamientos con integrantes de la minoría étnica ijaw, quienes afirman que las compañías contaminan sus tierras y que la región del Delta continúa sumergida en la pobreza mientras las ganancias del petróleo van a las arcas del gobierno.
En octubre, miembros de la comunidad ijaw detuvieron el flujo de un tercio de los dos millones de barriles que Nigeria exporta diariamente, ocupando plataformas petroleras y estaciones de bombeo. Las fuerzas armadas reaccionaron declarando un estado de emergencia en el área y enviando tropas el 30 de diciembre.
Desde entonces, según afirmaron las ONG en Washington, entre 26 y 240 manifestantes fueron asesinados por fuerzas del gobierno.
Los opositores sostienen que las compañías petroleras estadounidenses estuvieron involucradas en la represión al proporcionar helicópteros y otros equipos a las fuerzas armadas.
De acuerdo a información manejada por los grupos de derechos humanos, el estado de emergencia fue cancelado pero las tropas se mantienen en el área.
"Todo lo que queremos es el diálogo. Lo que ellos quieren es la fuerza", dijo Oronto Douglas, un abogado que actúa como portavoz del Consejo Juvenil Ijaw. "Pedimos a las compañías que se retiren de las áreas ijaw inmediatamente", agregó.
En apoyo a los manifestantes, casi 200 organizaciones de Estados Unidos, Canadá, México y Europa, solicitaron que Shell, Chevron, Mobil Oil, Texaco, Elf y Agip suspendan sus operaciones hasta que "las unidades militares y paramilitares sean retiradas, todos los activistas liberados de prisión y la situación se resuelva pacíficamente".
"Creemos que más de 40 años de contaminación ambiental devastadora y el doble discurso de las compañías petroleras son las principales causas de tensión", afirmaba una carta enviada por las ONG a las compañías el 4 de enero.
"Ninguna empresa petrolera responsable puede operar detrás del terror de soldados armados", agregaba.
El portavoz de Chevron, Fred Gorell, dijo a IPS que la compañía, con sede en San Francisco, cree que Nigeria está avanzando positivamente hacia la democracia y que progresa en la distribución de la riqueza.
Al ser consultado sobre el uso de equipos de Chevron en los actos de represión del gobierno, Gorell dijo que las fuerzas armadas tienen acceso a equipos de la compañía porque el gobierno posee 60 por ciento de un proyecto petrolero conjunto, y la compañía sólo es dueña de 40 por ciento.
"El hecho es que como Chevron y las demás compañías son socios minoritarios del gobierno, éste puede utilizar los helicópteros de las empresas petroleras para la aplicación de la ley", afirmó.
En mayo, luego de que los manifestantes ocuparan una de las plataformas petroleras, las fuerzas de seguridad abrieron fuego desde un helicóptero que supuestamente pertenecía a Chevron. Dos activistas murieron y varios resultaron heridos.
Shell también se encuentra bajo vigilancia de los grupos de derechos humanos y ecologistas desde que el activista por los derechos humanos Ken Saro-Wiwa y otros ocho miembros de la minoría ogoni, otra comunidad del Delta, fueran ejecutados por el gobierno debido a su campaña contra la compañía.
Aunque la empresa angloholandesa dijo que había solicitado clemencia para los condenados a último momento, los grupos denunciaron que ayuda a mantener a la dictadura mediante miles de millones de dólares en regalías petroleras.
Más de 2.000 ogoni murieron en enfrentamientos con las fuerzas armadas desde el comienzo de la campaña contra el gigante petrolero. Otros miles se vieron forzados a huir del país.
"Los ijaw, como los ogoni, reclaman su derecho al aire puro, a tierras y agua limpias, y a ejercer su prerrogativa de reunirse y protestar pacíficamente", dijeron las ONG en su carta a las transnacionales.
"Las operaciones petroleras, respaldadas por el aparato de seguridad del Estado, negaron a las comunidades del Delta estos derechos", agregaron.
Las organizaciones no gubernamentales de todo el mundo vigilan de cerca el área y afirman que los gobiernos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no prestan atención a la represión del gobierno sobre los manifestantes.
"La ONU es ágil para enviar funcionarios de alto nivel a Yugoslavia, pero mantiene un silencio casi absoluto sobre la situación paralela en Nigeria", afirmó Daphne Wysham, investigadora del Instituto de Estudios Políticos de Washington.
"A pesar de los denuncias que involucran a las compañías petroleras transnacionales en la masacre, casi no hubo respuesta", añadió Wysham.(FIN/IPS/tra-en/dk/kb/at/nc/aq/hd/99