Argentina hizo una entusiasta invitación a Chile para que se convierta este año en miembro pleno del Mercosur, pero el gobierno de Eduardo Frei prefiere actuar con cautela y no dar ese paso antes del 2000.
El canciller chileno José Miguel Insulza dijo que el ingreso pleno de Chile al Mercosur (Mercado Común del Sur) es inevitable, pero no se concretará este año.
"No podemos quedarnos como observadores cuando se forja en torno de nuestras fronteras una alianza política de la potencia que va asumiendo el Mercosur, y menos cuando (el bloque) comienza a buscar acuerdos con otros países de América del Sur para configurar una zona de libre comercio", afirmó Insulza.
Por eso, Chile profundizará su participación en el grupo que conforman Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, privilegiando los ámbitos políticos y geográficos más que los aduaneros, dada la imposibilidad actual de compatibilizar el arancel externo común.
Chile se convirtió en miembro asociado del Mercosur en octubre de 1996 a través de un tratado comercial, camino que también siguió Bolivia.
Pero se excluyó de la unión aduanera, porque su estructura arancelaria, basada en una tasa única fijada este año en 10 por ciento, es diferente a la del bloque subregional, que tiene un régimen común, pero con tasas diferenciadas según los productos.
Los pasos de Chile hacia el Mercosur serán cautelosos y se buscará la forma de desarrollar los mecanismos que favorezcan la coordinación entre los países en problemas ambientales, políticos, de derechos humanos y judiciales, antes de llegar a una unión aduanera.
Por ahora, la principal dificultad para establecer un acuerdo radica en las diferencias arancelarias: el arancel externo promedio del Mercosur aumentó a 17 por ciento en 1998, y el de Chile es de 10 por ciento y pretende bajarlo a seis por ciento en cuatro años.
Insulza dijo que Chile no tiene intenciones de reorganizar la política arancelaria en función del Mercosur y se estudia la posibilidad de que se integre al bloque sin alterar su decisión de continuar con la rebaja unilateral de aranceles.
Alejandro Foxley, presidente de la comisión de Hacienda del Senado y ministro de Hacienda durante el gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), está en desacuerdo con la evolución del Mercosur.
Las sobretasas arancelarias que los países miembros aplican unilateralmente cuando sus productos son amenazados por una fuerte importación, atentan contra los acuerdos de libre comercio, afirmó Foxley.
Argentina, el segundo destino de las exportaciones chilenas al Mercosur después de Brasil, aplica una sobretasa de 35 por ciento al calzado chileno.
Según estadísticas del Banco Central, entre enero y noviembre pasados Chile exportó por valor de 1.492 millones de dólares al Mercosur -710 millones a Brasil y 674 millones a Argentina-, observándose una baja de 12 por ciento respecto de 1997.
Las importaciones que provienen del Mercosur representan 18 por ciento del total y en los 11 primeros meses de 1998 alcanzaron los 2.917 millones de dólares, disminuyendo 0,1 por ciento en comparación con el periodo anterior.
Después de la devaluación de la moneda brasileña surgieron nuevas reflexiones respecto de las condiciones en que Chile debe incorporarse al Mercosur.
La crisis brasileña "se debe utilizar para desarrollar aún más el mercado e intercambio entre ambos países", dijo al diario La Hora, de Santiago, el agregado comercial de Chile en Brasil, Rigoberto García.
"Deberíamos acelerar fuertemente la desgravación y profundizar la complementación económica lo más rápido posible", añadió.
No obstante, Foxley considera que antes de avanzar es necesario que se diluya la inestabilidad financiera de los mercados.
Entre los más reticentes al ingreso de Chile como socio pleno del Mercosur se encuentran algunas asociaciones empresariales, como la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), que teme que el país pierda la facultad de rebajar los aranceles.
Sofofa advierte también que puede disminuir la autonomía de Chile para negociar con otros bloques, como la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Una de las primeras pruebas para la posible nueva relación entre Chile y el Mercosur se planteará dentro de dos meses, cuando Santiago deba resolver sobre el régimen automotor que negocian los miembros plenos del bloque. (FIN/IPS/as/ag-ff/if/99