Estados Unidos atacó hoy tres radares en el norte del territorio de Iraq, luego de expresar su pesar porque un misil estadounidense cayó el lunes en una zona poblada del sur y mató a 11 civiles en un intento por imponer zonas de exclusión aérea.
Los ataques de tres aviones estadounidenses este martes tuvieron lugar cerca de la ciudad septentrional de Mosul.
Bagdad prometió que seguirá desafiando las zonas de exclusión aérea impuestas por Estados Unidos y Gran Bretaña en el sur y el norte del país, y aseguró que la zona residencial en la ciudad meridional de Basra, con una población de un millón de personas, fue atacada en forma intencional.
"Vuestra sangre no se derramó en vano", declaró el presidente iraquí Saddam Hussein a la población de Basra en un discurso transmitido por la agencia iraquí de noticias, y prometió tomar represalias por las muertes y el daño ocasionado por el misil.
Bagdad aseguró que el misil mató a 11 civiles, y otras fuentes afirman que otros misiles cayeron en zonas pobladas.
Ahmed Ibrahim Hamash, el gobernador de Basra, declaró que dos aviones dispararon cinco misiles y que tres de ellos cayeron en zonas civiles, mientras los otros cayeron cerca del aeropuerto de la ciudad y en un yacimiento petrolero.
La agencia de noticias de Irán informó este martes que un misil cayó fuera de la ciudad iraní de Abadan, 48 kilómetros al este de Basra, aunque no habría causado daños.
Prakash Shah, enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), declaró el lunes que otro misil había caído en la zona desmilitarizada entre Iraq y Kuwait.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos sostuvo que sólo uno de sus misiles "se desvió" el lunes, y expresó su pesar por las posibles víctimas civiles, pero culpó del incidente a Saddam Hussein.
El viceprimer ministro iraquí Tariq Aziz declaró que el ataque fue una "agresión cobarde y traicionera".
Estados Unidos y Gran Bretaña imponen las zonas de exclusión aérea basándose en la resolución 688 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en 1991 para proteger a la población kurda del norte y a la chiíta del sur de la posible represión de Bagdad.
La resolución no incluye explícitamente zonas de exclusión aérea o el derecho de imponerlas, e Iraq las rechazó oficialmente.
Desde que Estados Unidos y Gran Bretaña atacaron durante cuatro días blancos iraquíes en diciembre, Washington mantuvo la presión militar sobre Iraq y se opuso a iniciativas de Francia, Rusia y países árabes para mitigar la tensión y los efectos de las sanciones económicas que la ONU adoptó en 1991 contra Bagdad.
Washington también anunció la creación de un fondo de 97 millones de dólares para ayudar a derrocar al régimen de Saddam Hussein.
Los cancilleres de la Liga Arabe, reunidos el domingo en El Cairo, expresaron su "pena" por los ataques y designaron a un comité para gestionar el levantamiento de las sanciones de la ONU.
La ONU calcula que 1,6 millones de iraquíes murieron desde 1991 como consecuencia de las sanciones, que afectan en mayor grado a los niños y los ancianos. (FIN/IPS/tra-en/ws/ak/aq/ip/99