INDOCHINA: Guerra contra las plagas agrícolas y los pesticidas

La guerra que se libra hoy en los campos de Indochina no es política. Ahora, los defensores del manejo integrado de plagas luchan contra gigantescas empresas químicas decididas a mantener su dominio sobre la agricultura de Vietnam, Laos y Camboya.

Las multinacionales químicas convirtieron a Vietnam y Laos en un vertedero de plaguicidas tóxicos, poco después de la paz a fines de los años 70, según expertos, agencias internacionales y activistas. Camboya también está en la lista de favoritos de las empresas.

Los defensores del manejo integrado de plagas hicieron grandes progresos en Indochina en los últimos años, lo cual preocupa a las empresas, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La FAO, que tiene un programa internacional sobre manejo integrado de plagas con sede en Manila para el sur y el sudeste de Asia desde 1982, aseguró que cada vez más agricultores de Indonesia utilizan métodos alternativos contra las plagas biológicos, agrícolas y otros métodos no químicos.

Aprendieron también modos de usar mejor otras variedades de semillas y fertilizantes, constaba en un informe reciente de la FAO.

La FAO observa que el cambio es notorio en Vietnam, donde solo un puñado de agricultores practicaban estas técnicas en 1992. En la actualidad, más de 250.000 cultivadores de arroz y verduras, además de miles de jornaleros de 54 provincias, las aplican.

Algunos agricultores de Vietnam aplican sus nuevos conocimientos para otros cultivos, como los de té, algodón, maní y soja.

Los agricultores vietnamitas que aprendieron el manejo integrado de plagas dependen menos de los químicos desde que saben que los ecosistemas arroceros tienen, además de plagas, insectos depredadores, parásitos y otros organismos.

Estos seres vivos se alimentaban de las plagas. Así, controlaban las epidemias y defendían a las plantaciones. Pero el uso excesivo de químicos destruyó el equilibrio ecológico de los campos y, lo que es peor, llevó a esas plagas a desarrollar resistencia hacia esos químicos.

"Los agricultores entrenados en manejo integrado de plagas ya no creen que los plaguicidas sean parte importante del sistema de producción", según la FAO.

El entrenamiento de la FAO se está realizando otra vez en Laos, donde solo 86 agricultores y 34 técnicos aplicaban esta metodología hace dos años. Ahora, el país tiene más de 600 agricultores que la practican.

La experiencia de manejo integrado de plagas en Laos empezó con un plan piloto en la provincia de Vientiane. Desde entonces, el programa se extendió a plantaciones arroceras y huertas de Bolikhamsai, Khammuan, Savannakhet, Champassack y Saravan, declaró Max Whitten, coordinador regional del programa de la FAO.

"Los agricultores de Laos incrementaron de 20 a 30 por ciento su cosecha con el manejo integrado de plagas. También aprendieron a aprovechar más el fertilizante, aplicando el nutriente apropiado cada cierto tiempo", señaló.

El progreso del manejo integrado de plagas fue más lento en Camboya debido a su problemas políticos. De todos modos, más de 59 funcionarios del programa de FAO y más de 200 campesinos aplican estos mecanismos, y el número va en aumento.

Los observadores dicen que el manejo integrado de plagas es una contrapartida a la "revolución verde" iniciada en Asia hace tres décadas, luego de la cual se registraron cosechas de arroz nunca antes alcanzadas. Sin embargo, los agricultores pasaron a ser muy dependientes de los químicos.

Las empresas de plaguicidas no se alegraron del progreso del manejo integrado de plagas en Indochina, sobre todo desde que Vietnam empezó a prohibir la venta de los productos más tóxicos. Preocupadas por la disminución de las ventas, las multinacionales intensificaron su campaña de ventas para recuperar terreno.

Los expertos en agricultura aseguraron que las empresas siguen vendiendo productos prohibidos o restringidos hace tiempo en varios países industrializados, y que aprovechan la ambigüedad de las regulaciones, en especial en Laos y Camboya.

Vietnam prohibió en octubre de 1996 el methyl parathion y el monocrotophos, dos de los plaguicidas más peligrosos, pero el año pasado los comerciantes transfirieron sus actividades a Camboya, que no tiene leyes reguladoras del uso de plaguicidas.

Los representantes de una empresa química desviaron cargamentos prohibidos en Vietnam, y pesticidas también peligrosos de Tailandia hacia Laos.

Los expertos temen que, si bien los agricultores laosianos aún usan muy pocos agroquímicos y lo restringen a la irrigación de arroz, el mal uso y abuso de pesticidas aumentará a causa de los programas del gobierno para mejorar las cosechas del grano.

El esfuerzo, discreto pero perceptible, de la industria química para socavar el entrenamiento en manejo integrado de plagas es quizá la peor amenaza para la agricultura sustentable en Indochina.

Las empresas de pesticidas apuntaron explícitamente a los distritos y pueblos de Indochina que tuvieron centros de entrenamiento en manejo integrado de plagas, afirmaron los expertos.

También dijeron que las empresas están aprovechando la tendencia natural de los campesinos a sobreestimar a propósito el riesgo de pérdida de cosechas a causa de las plagas. Lamentablemente, las federaciones de productores no parecen estar dispuestas a disciplinar a esas empresas, indicó la FAO.

Los impulsores del manejo integrado de plagas oponen resistencia. Enseñaron principios agroecológicos de producción agrícola a los productores de la región, insistiendo en la importancia del conocimiento de los agricultores.

Los agricultores consideran los reclamos de las compañías químicos y rechazan lo que se contradiga con lo aprendido.

La FAO confía en que el manejo integrado de plagas saldrá victorioso por el modo en que se lo fue introduciendo en las comunidades agrícolas.

La FAO llamó "escuela práctica del agricultor" a esta modalidad que brinda conocimiento práctico a los productores en "escuelas sin paredes", donde la tierra es texto y maestro.

"El propósito de estas escuelas es ayudar a los agricultores a desarrollar su capacidad de análisis, pensamiento crítico y creatividad, y a aprender a tomar mejores decisiones respecto de sus tierras", explicó el coordinador del manejo integrado de plagas de la FAO, Peter Kenmore. (END/IPS/fd/cb/js/ceb/mj/dv 01/98

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