El Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), con sede en Estados Unidos, afirmó que la crisis económica mundial "disciplinó" a los mercados financieros de países enteros, e instó a los gobiernos e instituciones multilaterales a incluir al sector privado en la mesa de negociaciones.
En un informe divulgado el miércoles, la IFI, una asociación mundial de 300 bancos transnacionales y empresas financieras privadas, instó al sector público a permitir que los inversores decidan el modo y la posibilidad de adherir a la ayuda internacional para los países en crisis.
"El fluctuante mercado de capitales internacionales crea condiciones para el desarrollo de las economías emergentes, pero también representa una oportunidad para un disciplinamiento duro y repentino, aunque a veces tardío y excesivo, de países que estaban cometiendo graves errores", señala el informe.
El documento subrayó la "necesidad de aumentar las consultas entre los acreedores privados internacionales y los inversores, y (entre) los inversores y las autoridades de los países deudores, y la necesidad de que esas autoridades reconozcan su responsabilidad de mantener a los inversores informados".
El documento insiste en el pedido de larga data del IFI de que el Fondo Monetario Internacional comparta con el resto de los mercados la información que tiene sobre sus países miembros.
Los gobiernos deberían incluir en su rutina el "desarrollo de un sistema de información regular con el fin de que los inversores privados sigan de cerca la situación de la economía y las políticas económicas", recomienda el IFI.
Sin embargo, "si el mercado se desequilibra, los países deudores deben pedir consejo a las firmas financieras del sector privado internacional que lo apoyan, buscar con ellas las soluciones adecuadas y prever la posible respuesta del mercado", aconseja.
A fin de que los lectores no deduzcan que el sector privado pretende vetar políticas económicas y reservarse el derecho a precipitar la crisis, el economista jefe del IFI, William Cline, aseguró en una conferencia de prensa que "la idea es reforzar la estabilidad del sistema y evitar impactos fuertes".
Los mercados emergentes dependerían menos del inestable flujo de capital de corto plazo si los gobiernos no pusieran obstáculos a los préstamos de largo plazo y a la inversión extranjera directa en proyectos de infraestructura, por ejemplo.
Las empresas financieras deberían utilizar, además, evaluaciones más avanzadas de los riesgos financieros y crediticios de los mercados emergentes.
"Desincentivar el movimiento (de capital) de corto plazo, como hizo Chile, debe ser a su vez una medida de corto plazo, ya que no es un buen sustituto de instituciones macroeconómicas y financieras sólidas", señaló Cline.
De todos modos, el problema parece inevitable, y el IFI insistió que, cuando se presente, "el sector privado debería participar en la búsqueda de soluciones para la crisis en forma voluntaria, y sólo en lo relativo al mercado".
El crédito de contingencia de 6.000 millones de dólares ofrecido por bancos privados a Argentina es uno de los mecanismos propuestos. George Soros, el financista multimillonario, propuso también que los actores privados saquen su propio seguro de inversión.
Pero otros analistas advirtieron que esas medidas compensarían pérdidas potenciales en vez de regular la inversión, advirtieron los analistas. Martin Khor, director de la Red del Tercer Mundo, de Malasia, calificó el objetivo de "especulación sustentable".
Tanto la derecha como la izquierda criticaron los planes de financiación internacional para emergencias que reunió el Fondo Monetario Internacional.
La mayoría de los críticos comparten, al menos, el temor de que los préstamos inciten a los inversores a volver a cometer los mismos errores, al liberarlos de sus responsabilidades si pierden otra vez sus apuestas arriesgadas. Sin embargo, el IFI rechazó el argumento.
"Las pérdidas que tuvo el sector privado con la crisis de los mercados emergentes fueron enormes. Según cálculos del IFI, los inversores extranjeros en Asia oriental y Rusia sufrieron pérdidas cercanas a 240.000 millones de dólares", indicó el informe.
"Las pérdidas potenciales de los bancos extranjeros fueron aproximadamente 50.000 millones de dólares, y otros inversores extranjeros podrían sufrir pérdidas cercanas a 50.000 millones de dólares", advirtió el IFI.
Casi una docena de 'mercados emergentes', sobre todo los 'tigres' asiáticos, recibieron 95 por ciento de las inversiones privadas extranjeras destinadas al mundo en desarrollo y al ex bloque soviético, entre el comienzo de la década del 90, cuando se dio la última alza del flujo de capitales, y 1997, cuando llegó a su punto culminante y se derrumbó.
El flujo neto de capitales privados hacia 29 mercados emergentes disminuirá este año a 140.000 millones de dólares. En 1998 alcanzó 150.000 millones, y en 1997 representó 260.000 millones, señaló el IFI. (FIN/IPS/tra-en/aa/kb/ceb/aq/if/99