Cinco grupos opositores ilegales de Cuba se unieron por primera vez en las últimas cuatro décadas en una Mesa de reflexión, se informó en un documento entregado hoy a la prensa extranjera en esta capital.
La Mesa está integrada por el Partido Liberal Democrático, la Corriente Socialista Democrática Cubana, el Proyecto Demócrata Cubano, el Consejo Unitario de Trabajadores y el Partido Solidaridad Democrática.
Para pertenecer a la Mesa, debe sostenerse un discurso político moderado, rechazar el uso de la violencia y pronuniciarse por la "gradualidad de los cambios" que requiere el país caribeño, afirma el documento entregado a la prensa extranjera.
Sus miembros declaran su alejamiento de "la provocación y el ambiente rupturista" que caracterizó a una parte significativa de la oposición cubana.
De esta forma, pretenden "contribuir a la creación de los climas de confianza adecuados y de un inédito ambiente de diálogo político" que reconozca diversas corrientes de pensamiento como procesos inaplazables en cualquier cambio democrático.
La propuesta de reconciliación nacional y transformaciones graduales que eviten situaciones sociales traumáticas coincide con el pedido de apertura hecho hace un año por el papa Juan Pablo II durante su visita a Cuba.
La Mesa sería el primer proyecto de este tipo que tiene éxito en la isla, tras la prohibición en febrero de 1996 del Concilio Cubano, que pretendía reunir a más de 100 grupos opositores.
El sistema político cubano está diseñado para impedir que se organicen fuerzas opositoras, porque "cualquier intento en esa dirección significa violar la ley", dijo a IPS Elizardo Sánchez, de la Corriente Socialista Democrática Cubana y presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación.
Cualquier intento de oposición al régimen de partido único es considerado ilegal.
Mucho más modesta que Concilio y con el reconocimiento explícito de que no se trata de "una alianza de organizaciones políticas", la Mesa de reflexión establece principios unitarios a partir del reconocimiento de la autonomía de sus miembros.
La Mesa "nace de la evolución y reflexión críticas de nuestra historia como disidencia", busca el consenso nacional y rechaza la "personalización de las alternativas políticas", señala el documento entregado a la prensa extranjera.
Entre sus objetivos se encuentran la búsqueda de una "alternativa moderada para el cambio democrático", el intercambio sistemático de información, el establecimiento de una coordinación mediante consultas no vinculantes y el desarrollo de iniciativas conjuntas.
Además de su orientación moderada, los grupos que aspiren a integrarse a la Mesa deben haber solicitado su registro como organización no gubernamental (ONG) ante el Ministerio de Justicia.
Los miembros de la Mesa de reflexión reconocieron que la oposición en Cuba ha carecido de un pensamiento político sólido y se ha limitado a la protesta contra el régimen de Fidel Castro en lugar de proponer alternativas para un cambio democrático.
Los movimientos opositores reprodujeron en sus discursos el lenguaje oficial, confundieron el escenario cubano con el del exilio y actuaron "bajo el espejismo de la caída" del gobierno de Castro, critica el documento.
"Cuando lo que se pretende es un cambio en La Habana, actuábamos como si viviéramos en Miami, Caracas o Madrid, principales enclaves del exilio cubano, dice el capítulo sobre los fundamentos políticos de la Mesa.
El documento señala que "toda una potencial clase política 'se perdió' en el empeño de empujar al Estado-gobierno-partido' por el despeñadero", como había sucedido a principios de esta década con los ex países socialistas del este de Europa.
Fuentes de la oposición cubana estiman que hay más de cien grupos opositores en toda la isla, pero cuentan con una pequeña cantidad de miembros para poder trabajar en la ilegalidad. (FIN/IPS/da/ag/ip/99