CHILE: Escepticismo ante meta oficial de crecimiento del PIB

Los principales ejecutivos empresariales y la mayoría de los analistas económicos acogieron hoy con escepticismo la nueva meta de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de tres por ciento, fijada para este año por el Banco Central de Chile.

Hombres de negocios y académicos coincidieron en que el crecimiento del PIB debe ser menor, como consecuencia de la prolongación del impacto de la crisis internacional, iniciada en julio de 1997 en el sudeste asiático.

El Banco Central, que a fines de 1998 preveía para este año un crecimiento del producto de 3,8 por ciento, dio a conocer la nueva proyección el viernes, con correcciones "a la baja" de sus cálculos preliminares.

El presidente del instituto emisor, Carlos Massad, sostuvo prolongadas reuniones con el ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, jefe del equipo económico del gobierno del presidente Eduardo Frei, antes de definir la meta actual.

El Banco Central de Chile es un organismo autónomo, encargado de conducir las políticas crediticias y cambiarias, con lo cual maneja la política antinflacionaria e influye en los lineamientos del gasto público.

Las estimaciones predominantes apuntan a un incremento del producto en torno a dos y 2,5 por ciento, e incluso se habla de una expansión del PIB de sólo uno por ciento entre los más pesimistas.

Unos pocos sostienen que es posible alcanzar la meta de un aumento del PIB de tres por ciento, pero con una rebaja a seis por ciento de las tasas de interés, actualmente de 7,8 por ciento para los créditos a 90 días.

El gran interrogante es si el Banco Central se arriesgará a apostar a una baja muy sustantiva de los intereses, que pudiera poner en riesgo la meta de inflación para este año, de 4,3 por ciento.

El nuevo objetivo de un PIB de tres por ciento fijado por el Banco Central es coincidente con la proyección que hace para la economía chilena la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé en cambio para Chile un crecimiento de dos por ciento, en un marco de marcada pérdida de dinamismo de toda América Latina en el presente año.

El PIB de la región, que aumentó 2,3 por ciento en 1998 según Cepal, crecería en 1999 apenas uno por ciento, de acuerdo a las estimaciones en los organismos internacionales.

Una de las pocas voces discordantes con el escepticismo en Chile es la del senador Alejandro Foxley, quien fuera ministro de Hacienda del primer gobierno de transición democrática de Patricio Aylwin (1990-94).

Foxley sostiene que la economía chilena puede crecer este año cuatro por ciento, gracias a la alta tasa de inversión prevista, del orden de 31 por ciento del PIB, y al éxito de la política de ajuste en 1998.

El ex ministro y senador democristiano indicó que los resultados de la política monetaria al culminar el año, con una reducción sustantiva del déficit en cuenta corriente, indican que la economía está en un buen pié.

En contraste con la visión favorable de Foxley, los gerentes generales de las 100 mayores empresas del país, entregaron una serie de proyecciones con índices menores a los del Banco Central en un estudio realizado por el diario El Mercurio.

Los promedios de este sondeo indican que los empresarios esperan un incremento del PIB de 2,08 por ciento y una inflación de 4,76 por ciento, con tasas de interés de 8,2 por ciento.

Algunos analistas académicos, como Tomás Flores, de Instituto Libertad y Desarrollo, dijeron que la meta de tres por ciento de crecimiento del PIB del Banco Central apuntó a las más altas de las expectativas.

Flores indicó que el "consenso" del mercado está en una tasa de aumento del PIB de 2,1 por ciento y que el instituto emisor optó por un crecimiento mayor para no constreñir en exceso el gasto público en este año. (FIN/IPS/ggr/if/98)

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