Entre los 12 nuevos gobernadores de estados de Brasil y los 15 que fueron reelegidos para un nuevo mandato, hay uno que ya en los primeros días de trabajo mostró que será un protagonista clave durante los próximos cuatro años.
El ex dirigente sindical Olivio Dutra, del Partido de los Trabajadores (PT), asumió el gobierno del sereño estado de Río Grande del Sur dispuesto a transformarse en el principal opositor al gobierno federal en materia de privatizaciones y exenciones de impuestos concedidas a empresas extranjeras.
Dutra, una estrella en ascenso dentro del partido liderado por el ex obrero metalúrgico Luis Inácio Lula da Silva, es el primer político del PT que llega al poder en uno de los cinco grandes estados brasileños, marcando un cambio radical en el mapa interno de la más ideologizada de las fuerzas opositoras brasileñas.
Hasta ahora, el PT tenía sus principales bases en Sao Paulo, el motor industrial del país, pero ahora el eje estratégico se mueve hacia el sur, donde existe un histórico sentimiento opositor y regionalista, y constituye el camino obligatorio para la integración económica del país en el Mercosur.
Hijo de una familia humilde, ex empleado bancario y ex alcalde de Porto Alegre, la capital de Río Grande del Sur, Dutra cuenta a su favor los éxitos logrados en la administración municipal que desde 1988 permanece en manos de militantes del PT, un caso único de dinastía partidaria en Brasil.
El nuevo gobernador de Río Grande del Sur tomó posesión el día 1, junto con los otros 26 gobernadores estaduales en Brasil, y su primera medida fue ordenar una investigación de los trámites financieros que favorecieron la instalación en el estado de dos plantas automotrices, una de General Motors y otra de Ford.
La iniciativa podría afectar los planes de las dos transnacionales para producir automóviles y vehículos utilitarios destinados básicamente a los consumidores en los países del Mercosur.
La investigación es potencialmente explosiva porque puede afectar los planes del gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso para atraer inversionistas extranjeros a Brasil.
Hay indicios crecientes de que tanto la llegada de transnacionales automovilísticas a la región sur de Brasil como varias de las privatizaciones de empresas estatales están asociadas a conductas poco claras de importantes funcionarios de gobiernos regionales y de la administración federal.
En los estados del sur también se están instalando las empresas Volskwagen, Chrysler, BMW y Renault.
El nuevo gobernador "gaucho", como se apoda a los habitantes de Río Grande del Sur, busca minar la política aperturista del gobierno federal utilizando como arma las denuncias de corrupción. Si logra datos impactantes, el efecto político podría ser devastador.
El llamado "efecto Dutra" ya tiene un seguidor importante en el también económicamente poderoso estado de Minas Gerais, en la región central de Brasil, donde el nuevo gobernador, el ex presidente Itamar Franco, prometió no pagar deudas de su antecesor ante el gobierno federal.
La amenaza de Dutra ya fue detectada por los políticos y gobernantes en Brasilia, especialmente por el presidente Fernando Henrique Cardoso. Hay claras señales de que los principales dirigentes oficialistas sintonizan en la estrategia de aislarlo tanto a escala política nacional como dentro del PT.
Cardoso busca un acercamiento a Lula, líder histórico del PT, en un esfuerzo para reducir el espacio de Dutra dentro de la izquierda brasileña.
Lula y Cardoso se reunieron a fines de diciembre, estableciendo el primer contacto formal entre los dos principales adversarios en las elecciones presidenciales de octubre pasado.
Aún resta un largo camino para que Dutra llegue a la condición de principal piedra en el zapato de Cardoso, pero ya provoca fuertes molestias y al presidente brasileño. (FIN/IPS/cc/ag/ip/99
