/BOLETIN-DD HH/ SINGAPUR: Oposición explora los límites del disenso

Chee Soon Juan, secretario general del opositor Partido Democrático de Singapur (PDS), no es un disidente político famoso, pero se convirtió en una gran molestia para el gobierno.

Chee será sometido a juicio este lunes por violar la ley de espectáculos públicos, que impone la tramitación de un permiso policial para celebrar reuniones políticas callejeras.

El acusado hizo uso de la palabra en actos públicos en la plaza Raffles Place, el 29 de diciembre y el día 5, desafiando las advertencias de la policía, para protestar contra la falta de libertad de expresión en el país.

El jueves 21, la policía impidió que Chee hablara ante los estudiantes de la Universidad Nacional de Singapur, donde fue profesor.

El secretario general del PDS dijo a los periodistas extranjeros que el gobierno estaba transformando esa institución en el "jardín de infantes del país".

Con sus alocuciones públicas no autorizadas, Chee intentó explorar los límites de la libertad de expresión en un país cuyo gobierno mantiene bajo estrecha vigilancia las manifestaciones de disidencia política.

Su campaña provocó una gama de reacciones que abarcaron "desde el apoyo hasta la curiosidad, y desde la indiferencia al repudio", observó el diario Straits Times.

Algunos sostienen que es hora de que las autoridades distiendan sus controles políticos, pero hay quienes miran con recelo las protestas de Chee, realizadas en medio de una difícil coyuntura económica.

De continuar con la campaña a favor de la libertad de expresión, Chee podría ser arrestado en cumplimiento de la ley de seguridad interna, que permite detener a las personas sin que medie proceso judicial.

Esta ley, como su equivalente en Malasia, es una herencia del dominio colonial británico. Otros disidentes fueron encarcelados en el pasado por realizar campañas similares. "Confucio dijo que hasta los viajes más largos requieren un primer paso, y yo voy a darlo", afirmó Chee.

El político alega que no violó ninguna ley porque la Constitución garantiza la libertad de expresión. Chee, neuropsicólogo de profesión, ya conoce los peligros que amenazan a la oposición política en Singapur.

En 1992, tres meses después de afiliarse al PDS, Chee fue obligado a renunciar a su cargo en la universidad, y enfrentó cargos por difamación cuando reclamó por su destitución. Para costear los costos del proceso, se vio obligado a vender su casa.

Las acciones legales entabladas contra Chee por la policía podrían descalificarlo como candidato al parlamento.

"El sistema del cual quiero formar parte debe ser justo, una democracia que garantice las libertades de expresión, de reunión y de asociación. Quiero trabajar por esos objetivos", declaró el acusado.

"Pero va a ser difícil hablar de elecciones hasta tanto no se garanticen esas libertades. La prohibición de mi candidatura demostrará la manipulación que existe en el sistema", agregó.

Para el gobierno, sin embargo, Chee debe ser juzgado. "Desafió la ley y habló en público sin solicitar el permiso requerido", sostuvo el profesor Ho Peng Kee, ministro de Leyes y Asuntos Internos, en declaraciones a la radio australiana Australian Broadcasting Corporation (ABC).

"La oposición tendría que ser capaz de hacer algo por sí misma. El gobierno trata de que la oposición crezca, pero el hecho es que los ciudadanos no desean que exista una oposición", agregó Ho.

Chee mostró su desacuerdo con el ministro. "Durante mucho tiempo las autoridades lograron mantener la fachada de que ésta es una sociedad moderna, refinada y progresista, pero en realidad es represiva y ejerce un control gubernamental sobre casi todos los aspectos de nuestras vidas", afirmó.

En una columna publicada por el Straits Times, el periodista Cherian George y el parlamentario Zulfilki Baharudin afirmaron que, si bien los antecedentes de Chee no son los mejores, ello no invalida sus argumentos.

"Con respecto a la pregunta de si las leyes existentes en materia de expresión y asociación son apropiadas, nosotros pensamos que las restricciones son demasiado tajantes", escribieron.

"La sociedad de Singapur se desarrolló a pasos agigantados desde que fueron escritas las viejas leyes. Los ciudadanos disfrutan actualmente de una mejor educación que en el pasado, y tienen más que perder por los comportamientos antisociales", agregaron.

George y Baharudin escribían en representación de Roundtable, un grupo para "la discusión de políticas y educación cívica" que tiene prohibido organizar foros públicos.

El gobierno se siente incómodo ante los desafíos públicos, fenómeno que los observadores atribuyen al estilo paternalista de la política local.

Interrogado acerca de la ausencia de oposición, el primer ministro Goh Chok Tong afirmó que el gobierno trata de obtener el apoyo del mayor número posible de personas pertenecientes al "sector neutral", lo que limita y margina a la oposición.

Las personas como Chia Thye Poh, que arremetió contra el sistema dominado por Lee Kuan Yew hace 32 años, son perfectamente conscientes del poco espacio que existe para el disenso.

Chia fue elegido en 1966 como candidato del Frente Socialista, grupo político que tras acusar al Partido de Acción Popular de Lee de perseguir a los líderes socialistas, realizó un boicot al parlamento.

Poco después de ello, Chia fue arrestado y detenido por la ley de seguridad interna.

En 1989 fue enviado a Sentosa, actualmente un complejo de veraneo en una isla al sur de Singapur, donde permaneció confinado en una pequeña casa.

En 1991 se le permitió reunirse con su familia y hoy tiene prohibido hacer cualquier declaración pública. No puede integrar ninguna organización, ni siquiera un club de ajedrez.

El gobierno sostiene que existe la libertad, aunque regulada. "Deberían hablar con otros ciudadanos. No es cierto que no exista libertad de prensa en este país", comentó Ho a la radio ABC.

"Lo que se olvida aquí, o quizás lo que se desconoce, es que este lugar es la ciudad del miedo. Tal vez eso no se perciba cuando uno camina por las calles, pero la gente vive con miedo", señaló el abogado Joshua Jeyaratnam.

"De apartarse de los lineamientos trazados, todos temen las represalias que el gobierno pueda tomar", concluyó. (FIN/IPS/tra- en/si-aa-js/js/mvf/mp/nc/aq/hd-ip/99

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