/BOLETIN-AMBIENTE/ CAMBOYA: Desechos tóxicos provocan muertes y pánico

Un embarque de desechos tóxicos procedentes de Taiwan y arribado a Camboya hace dos meses provocó desde entonces cuatro muertes y la consiguiente alarma de la población.

Mientras prosiguen las negociaciones entre los gobiernos de Phnom Penh y Taiwan sobre el retorno de las 2.779 toneladas de desechos industriales, la basura tóxica continúa en un pueblo camboyano, 60 días después de haber sido depositada allí.

Los desechos, que contienen un alto índice de mercurio, llegaron al país a bordo de un buque de carga taiwanés a fines de noviembre, y fueron transportados a un pueblo en las cercanías de Sihaoukville, en el sudeste camboyano, sobre la costa del Golfo de Tailandia.

El diario Koh Santephcap, redactado en idioma jemer, publicó un informe sobre los desechos y la secuela de enfermedades padecidas por las personas que utilizaron los sacos en que se encontraban los residuos para almacenar arroz y otros productos.

Algunos pobladores, al suponer que se trataba de escombros y desechos de materiales de construcción, trasladaron la basura tóxica a sus casas y la utilizaron como material de relleno.

Los desechos habrían provocado al menos cuatro muertes, incluso la de un hombre trabajó en la descarga del buque el 4 de diciembre.

Luego de que la información tomara estado público, cundió el pánico, y los aldeanos abandonaron sus hogares por miedo a morir envenenados.

"Envenenados en el paraíso" fue el título del periódico publicado en idioma inglés, ya que Sihanoukville es conocida por sus playas y mariscos.

"Camboya es el país más vulnerable de la región del sudeste asiático", expresó el activista ambiental Von Hernández, radicado en Manila.

"Es un país que carece de legislación que prohiba la importación de desechos tóxicos, está expuesto por su situación geográfica y, además, no es signatario de la convención de Basilea", afirmó Hernández durante una entrevista.

La Convención de Basilea sobre el Control del Transporte Transnacional de Materiales Tóxicos y sus Desechos, tipifica el embarque, la exportación y comercialización de los desechos tóxicos como una actividad ilegal.

La convención establece asimismo los procedimientos compensatorios en caso de contaminación por vertido de materiales tóxicos.

Camboya se encuentra en una situación de riesgo por ser, junto a Taiwan y Corea del Norte, naciones costeras que no adhirieron a la Convención de Basilea.

China, Filipinas, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam prohibieron el ingreso de desechos tóxicos a sus respectivos territorios.

El comercio de desechos "siguió el camino que ofrecía la menor resistencia, en un lugar donde se carece de normas aplicables", agregó Hernández.

Los informes de la prensa local denunciaron que el embarque de desechos, realizado por la compañía Formosa Plastics, de Taiwan, contiene sustancias derivadas de los viejos métodos para producir plástico, y arribaron al país con la aprobación del gobierno camboyano.

Formosa Plastics informó que los desechos, que habían permanecido en Taiwan luego de ser sellados con cemento, fueron sacados del país debido a la oposición interna.

La empresa afirmó que los desechos son lo suficientemente inofensivos como para ser depositados en vertederos comunes de basura.

Tras divulgarse en diciembre la información relativa al embarque tóxico, la indignación popular fue tal que manifestantes atacaron y saquearon las oficinas de la agencia marítima Camsab, responsable del flete.

"El escándalo se agudizó debido a que los envenenamientos de Sihaounkville se produjeron en medio de un clima de engaño a la población y acusaciones de corrupción", afirmó el periódico Phnom Penh Post.

"Todo hace pensar que Formosa Plastics ocultó deliberadamente el contenido del cargamento y conspiró con las autoridades de Camboya para poder llevar a cabo el traslado", agregó el diario.

Desde que se produjo el incidente, cientos de funcionarios fueron suspendidos, y Sam Moeurn, el importador de la compañía Muth Vuthy, fue arrestado.

La prensa camboyana denunció que detrás de la importación de sustancias tóxicas se esconden grandes sumas de dinero, a lo que se agrega una comisión de tres millones de dólares en sobornos que facilitaron la transacción.

Formosa Plastics fue multada y la agencia ambiental de Taiwan le exigió que asumiera responsabilidad sobre los desechos.

Los materiales fueron sellados por las autoridades camboyanas dentro de estuches protectores a fines de diciembre y ahora deben ser trasladados.

Activistas de la organización ecologista Greenpeace, que se reunieron con representantes de Phnom Penh, sugieren que se fije un plazo de 90 días para el retorno de los desechos a Taiwan.

El gobierno camboyano se comprometió a firmar la Convención de Basilea y a aprobar la legislación que prohiba la importación de desechos, más allá de la ley orgánica que está actualmente vigente.

Mientras tanto, no se ha determinado con exactitud la verdadera naturaleza de los desechos, y los posibles riesgos que podrían acarrear a la salud de la población.

Los análisis efectuados fueron llevados a cabo por el ejército de Tailandia, el departamento de protección ambiental de Hong Kong, y el Instituto Nacional de la Enfermedad Minamata de Japón.

Pese a que los informes coinciden en cuanto al alto nivel de mercurio que contienen los desechos, las conclusiones difieren.

El Instituto Minamata, designado por la Organización Mundial de la Salud, expresó que pese a los altos niveles de mercurio encontrados, no se advirtieron señales de que se hubiera filtrado la sustancia al ambiente.

"Es muy poco probable que las personas que se enfermaron vayan a padecer envenenamiento por mercurio", concluyó el informe.

Greenpeace y la Red de Acción de Basilea calificaron de "prematura" e "irresponsable" la actitud de descartar los potenciales riesgos a la salud en una etapa tan temprana, sin antes estudiar a fondo los resultados de análisis químicos más completos.

Mientras tanto, activistas advirtieron que a medida que los países asiáticos cierran sus fronteras a las importaciones de desechos, existe un creciente riesgo de que los países productores de desperdicios tóxicos recurran al vertimiento en el mar.

Pero para los residentes de Sihanoukville, las consecuencias del engaño del que fueron víctimas permanecerán largo tiempo.

"Al asegurarse de que los habitantes del lugar desconocían el peligro al que se exponían, Formosa Plastics y las autoridades locales provocaron una contaminación de alcance desconocido, y cuyos efectos no pueden ser revertidos", concluyó el Phnom Penh Post.(FIN/IPS/tra-en/js/mvf/aq/en/99

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