AMERICA LATINA: Teología de la Liberación aún agita el debate

La Teología de la Liberación y la Indígena, dos corrientes de un sólo río en la Iglesia de América Latina, están vivas, proclamó un sector del catolicismo, luego de la visita del papa Juan Pablo II a México, mientras otros afirman que están enterradas para siempre.

Los dos sectores, interpretaciones divergentes de un mismo mensaje religioso, se expresaron en la voz del obispo del estado mexicano de Chiapas, Samuel Ruiz, el llamado "obispo de los indios", y de portavoces de grupos conservadares como el antiabortista Pro Vida.

La controversia en la Iglesia Católica latinoamericana, que ha enfrentado a varios obispos y dejado una estela de renuncias al clero, como la del brasileño Leonardo Boff, impulsor de la Teología de la Liberación, se manifestó otra vez este martes, cuando el Papa finalizó su visita de cinco días a México.

Juan Pablo II presentó en México el documento "Exhortación Apostólica", producto de un Sínodo de Obispos de América realizado a fines de 1997 en Roma y que que guiará a la Iglesia Católica del continente en el próximo siglo.

El documento identifica "pecados sociales", aboga por los excluidos y los indígenas y critica el "neoliberalismo" y la globalización, términos y conceptos usados por los seguidores de la Teología de la Liberación.

El Papa confirmó en México el papel de los indígenas y pobres en la integración política y social y no condenó la Teología de la Liberación ni la Indígena, señaló el obispo Ruiz, tras advertir que quienes sostienen lo contrario malinterpretan las palabras del pontífice.

En el avión que lo trajo a México, el Papa declaró que "ahora se piensa en sustituir la Teología de la Liberación con esa Teología Indígena, que sería la traducción, la inspiración del marxismo, y ante esto la Iglesia obviamente no está de acuerdo y propone otro camino, que es el de la solidaridad y el diálogo".

Para Jorge Serrano, portavoz de Pro Vida, grupo católico conservador con presencia en varios países de América Latina, el contenido social del discurso de la Iglesia no debe confundirse con "izquierdismo".

La Teología de la Liberación fue enterrada hace mucho tiempo por el Papa, pues parte del materialismo y la lucha de clases, dijo Serrano, en sintonía con lo que portavoces del ala conservadora de la Iglesia han dicho en el pasado.

Juan Pablo II dijo en 1996, al visitar América Central, que con la caída del comunismo en el mundo "terminó la época de la Teología de la Liberación".

A pesar de esas palabras, algunos de seguidores de la corriente siguen trabajando activamente en la Iglesia de América Latina, región donde surgió la Teología de la Liberación a partir de las reflexiones sociales del Concilio Vaticano II, en los años 60, y tuvo especial auge en las décadas del 70 y del 80.

Sacerdotas afiliados a la Teología de la Liberación lucharon en Nicaragua contra la dictadura de la familia Somoza y luego ocuparon cargos públicos en el gobierno sandinista, lo que les costó una severa reprimenda del Papa y la suspensión de sus votos religiosos.

También se recuerda el papel del obispo Oscar Romero en favor de los pobres de El Salvador, causa de su asesinato en 1980 por escuadrones de la muerte, y el trabajo en Ecuador del también obispo Leonidas Proaño, quien fue apresado y peseguido en los años 70 por militares debido a su apoyo a los indígenas.

Los teólogos de la Liberación abogan por la liberación de los pueblos de la pobreza y se oponen a que la religión dirija su doctrina exlusivamente al fuero interno e individual de los creyentes.

Entre los partidarios de esa tendencia se cuenta el obispo Ruiz, de Chiapas, a quien el Vaticano ha llamado la atención varias veces por sus presuntas "desviaciones", el brasileño Pedro Casaldáliga y uno de los dos viceprecidentes del Consejo Episcolpal Latinoamericano, el también brasileño Luciano Méndez de Almeida.

"El análisis de la Teología de la Liberación debe ampliarse, porque es una realidad y porque los oprimidos no tienen posibilidad de autopromoverse", declaró en 1995 Méndez de Almeida a la revista católica 30 Giorni.

El obispo mexicano Javier Lozano sostiene que, dado el fracaso del marxismo, "sería el colmo de la tontera, de la ignorancia o de la malicia de algunos líderes religiosos seguir sostiendo la Teología de la Liberación".

La polémica seguirá, mientras exista pobreza y marginación en América Latina y la Iglesia Católica sea una institución viva y contradictoria, sostienen los analistas. (FIN/IPS/dc/ff/cr/99

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