La larga historia de amor y odio entre los defensores de la televisión como medio de aprendizaje y los que la consideran un elemento perturbador del buen conocimiento, vivió otro episodio en una reunión de expertos celebrada en la capital de Colombia.
La divulgación este mes de las conclusiones del "Primer encuentro iberoamericano sobre políticas estatales televisivas y su incidencia en la educación", realizado en diciembre, evidencia el distanciamiento que existe en la región entre la escuela y los medios de comunicación.
Cecilia Roa y Fabián Bonnett, coordinadores del encuentro, dijeron a IPS que la nitidez de las conclusiones sobre la relación televisión-educación, no reflejó la polarización persistente. "La distancia entre las concepciones en ambos contextos sigue no sólo vigente sino exacerbada", expresaron.
La reunión, en la que participaron de académicos, productores, críticos, funcionarios y defensores del televidente, partió de una reflexión recogida en un documento preliminar.
"En América Latina, la escuela se ha ido aislando peligrosamente del resto de la vida social, permaneciendo relativamente estática frente al dinamismo de los cambios introducidos en los medios de comunicación y las tecnologías de la información en las culturas nacionales", dice.
La cita, convocada por la Comisión Nacional de Televisión y la Fundación Antonio Restrepo Barco, de Colombia, la embajada de Chile en Bogotá y el Convenio Andrés Bello, se proponía indagar cómo la tecnología transformó las relaciones sociales, desterritorializando divulgación y adquisición del conocimiento.
Además, se proponía buscar una tercera vía al "desinterés del sistema educativo por vincular los medios de comunicación a sus estrategias pedagógicas" y la actitud de quienes ven en la televisión "la panacea para la solución de los problemas culturales y educativos".
Las deliberaciones se dividieron en torno a cuatro temas en los que estaba presente la relación medio-educación: Control y vigilancia del servicio de televisión, Evaluación de los contenidos de los programas, Derechos de la audiencia y Educación para televisión.
El semiólogo Jesús Martín Barbero dijo que la televisión ha provocado una ruptura en el proceso de aprendizaje, pues en ella los niños ven a sus padres con todas las complejidades del ser humano. De ahí el temor de los adultos por la televisión.
El medio es subversivo porque desvela el mundo real de los adultos, lo expone masivamente, añadió.
María Teresa Herrán, autora de estudios sobre el impacto social de los medios, dijo que la televisión se ha convertido en una suerte de niñera, que cumple una etapa preescolar de la que no escapa prácticamente ningún niño contemporáneo.
En el encuentro se expuso una reciente investigación del Ministerio de Educación de Colombia en la que se encontró una relación entre la actividad de ver televisión y los logros de los alumnos de primaria básica.
El hecho de que los niños que ven más televisión también son los que obtienen mejores resultados en áreas como matemáticas y lenguaje hará pensar a más de un padre de los que reprende a sus hijos por ver televisión y no estudiar.
El estudio señaló que predominan maestros con "una vieja manera de aprender y de enseñar», por lo que se estigmatiza la televisión como perjudicial para el proceso de aprendizaje.
El saber ya no está sólo en bibliotecas, libros y escuelas o laboratorios a donde es necesario desplazarse en su búsqueda, indicó el estudio, que subrayó también que la televisión está encontrando en América Latina "su tierra de promisión en unas culturas atravesadas por fuertes matrices audiovisuales".
No debe haber discusión entre el nivel de audiencia y el contenido, como valoración de un espacio, "es necesario que el contenido se mantenga como el rey", dijo María Cortes, gerente de proyectos y programación de la emisora privada Cempro Televisión.
La ejecutiva de Cempro, una emisora que ha innovado en el tratamiento de temas sociales logrando gran audiencia para series sobre la cotidianidad familiar y las relaciones de pareja afirmó que la contextualización de los temas y las tramas es un elemento clave en la definición del contenido y del proceso creativo.
No debe haber temas vedados ni vetados, "violencia, sexo, drogas y alcohol hacen parte de nuestro diario vivir y por prohibirlos en el medio televisivo no estamos combatiendo el tema de raíz", aseguró Cortes, quien subrayó que antes que cerrar hay que abrir espacios que propicien la discusión.
Los participantes recomendaron a los estados "optimizar los recursos monetarios y educativos existentes", mayor inversión para conectar redes de intercambio de información e investigación, para relacionar la academia y la práctica de televisión con el uso del producto televisivo.
También reclamaron la conexión de las entidades que fijan las políticas en cada país y el intercambio de producciones televisivas para ser evaluadas con "criterios de calidad internacional validados por la experiencia".
Por último, se pronunciaron por fomentar la televisión como "elemento de autoconocimiento, autoestima, solidaridad, capacidad de negociar conflictos y construcción de sentido colectivo". (FIN/IPS/mig/ag/cr-ed/99