Erigido en presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez pidió hoy a seguidores y adversarios olvidar la campaña electoral y clamó por una "unidad nacional" para "construir un país de incluidos y no de excluidos".
En intervenciones públicas este lunes tras un discurso en plena madrugada ante miles de enfervorizados partidarios, Chávez proyectó la imagen de un constructor de país, tras una dura campaña en que ofreció "arrasar" con sus oponentes y éstos le satanizaron como "lobo con piel de oveja".
Chávez, teniente coronel retirado que en 1992 lideró una cruenta y fallida asonada, ganó con unos tres millones de votos (56 por ciento), frente a dos millones (39 por ciento) que respaldaron al empresario independiente Henrique Salas.
Los analistas concuerdan en que se trata de una revolución política, que arrinconó en menos de 10 por ciento de sufragios a los partidos tradicionales, el socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano Copei, a última hora abrazados a Salas.
Mientras miles de seguidores recorrían celebrando ruidosamente las principales ciudades de Venezuela, Chávez hizo de sus primeras palabras un canto de modestia: "Asumo esta victoria con humildad. Invito a quienes no votaron por mí a que trabajemos juntos. En mi corazón no hay ni una pizca de odio".
Sus adversarios señalaron el año largo de campaña la amenaza totalitaria y dictatorial que Chávez representaba, con base en su reciente pasado como militar golpista y su tesis de asamblea constituyente que abre caminos a un régimen unipersonal.
"No saltará de mí ningún gorila. No puede saltar porque no existe. Se ha construido un Chávez que no soy yo, y voy a demostrarlo gobernando para todos", dijo el ex comandante de paracaidistas de 44 años y ahora el más joven presidente elegido popularmente en Venezuela.
Este lunes se confesó admirador del general peruano Juan Velasco Alvarado, desde que como cadete visitó Perú en 1974, y del panameño Omar Torrijos "quien era mi ídolo", con lo que avaló el "nasserismo" o "nacionalismo de izquierda" que algunos analistas atribuyeron a su rebelión militar.
"Voy a construir un proyecto humanista, una tercera vía con hondo contenido social", reafirmó Chávez. Se trata de "una sociedad de incluidos y sin excluidos. Mi gobierno será capitalista, pero capitalista con rostro humano", insistió.
Con un toque de humor, algunos analistas dijeron que Chávez es "un Tony Blair con carne en vara", mezclando sus referencias a la terecra vía preconizada por el primer ministro laborista británico y su condición de mestizo de origen humilde de las llanuras de Venezuela, cuyo folclore exalta y practica.
En su verbo encendido y fácil comunicación con las multitudes que convoca, Chávez constantemente cita pasajes de la Biblia -es un creyente católico-, refranes de las llanuras donde nació, viejos latiguillos de la izquierda y, sobre todo, frases del libertador Simón Bolívar.
Ya los venezolanos conocen y aplauden su gusto por platos como la carne en vara -un trozo de res asado en brasas sobre un fogón rústico-, el joropo o música con arpa, cuatro (pequeña guitarra) y maracas (sonajas), la afición por la pintura ingenua, por el beisbol, y por el canto de himnos y canciones de protesta.
Su libro favorito, dijo ante cámaras empeñadas en mostrar al hombre más que al político, es "El general en su laberinto" del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, y en su mesa de cabecera suele colocar "El oráculo del guerrero" y también el "Canto de mí mismo" de Walt Whitman.
"Yo lo que en el fondo soy y seré también como presidente es un soldado de este pueblo", afirmó este lunes, después que en su primer mitín postelectoral aseguró que "este pueblo de Bolivar demostró que no es un pueblo de corruptos sino de libertadores y marcará el camino para toda la América Latina".
Descartó que espere por una constituyente para comenzar a dirigir el país "hacia profundas transformaciones políticas, económicas y sociales", y explicó que aplicará "mano dura" frente a la corrupción y el derroche de los recursos del Estado.
Talón de Aquiles de la nueva administración, concuerdan los analistas, es el déficit de recursos del Estado, estimado en siete puntos del producto interno bruto (PIB) o 7.000 millones de dólares, casi la mitad del presupuesto oficial para 1999.
Esa difícil situación se recuesta sobre un telón de fondo de demandas salariales apenas contenidas en el sector público, cinco años con elevada inflación, depreciación de la moneda, altas tasas de interés y contracción de la demanda y el crédito.
Otros indicadores muestran que 78 por ciento de venezolanos vive en algún grado de pobreza, el desempleo abierto es de 12,5 por ciento y la mitad de los 9,7 millones de personas de la población activa labora en el sector informal de la economía.
Chávez sin embargo dijo que apenas asuma en febrero elevará el salario mínimo (actualmente 170 dólares mensuales, la mitad de la canasta alimentaria) y atenderá la carencia de recursos en los sectores salud, educación y seguridad.
"En salud no sólo tienen que mejorrar los hospitales, sino también la prevención y la nutrición, para que la gente no llegue a esos centros como ahora", dijo al evocar la desnutrición que según estudios independientes afecta a uno de cada cuatro niños.
En seguridad, otro ejemplo del que echó mano, "buscaremos una policía efciiente y respetuosa de los derechos humanos, pero también combatir con más empleo la raíz de la delincuencia".
Respecto de la educación, en los días finales de la campaña impactó su afirmación de que como presidente preferirá "despachar desde una tienda de campaña si de esa manera no le faltan recursos a la universidad".
Además de cambiar la orientación de los recursos, Chávez ofreció "reducir los ministerios y acabar con el dispendio" del Estado, al tiempo que "se acabarán los gastos sin control y las tarjetas de crédito sin límite".
Una masa de recursos provendrá de "una recaudación de impuestos eficiente. No habrá nuevos tributos, pero hay que cambiar la ley para que quien no pague vaya a prisión. Y se acabará la corrupción en las aduanas".
Los gastos del grupo estatal Petróleos de Venezuela "deben recortarse y, sobre todo, plantearemos una reestructuración de la deuda externa. Vamos a pagar, pero queremos renegociar cómo".
Reiteró que sostendrá garantías a la inversión extranjera "y buscaremos la que vaya a los sectores productivos. La constituyente deberá reformar el poder judicial corrupto para tener la garantía más preciada, la seguridad jurídica".
Respecto de la situación militar, con oficiales activos y retirados que habían ofrecido declaraciones en su contra, Chávez aseguró que "en los cuarteles hay alegría con mi elección" y ofreció que impulsará reformas para que los uniformados "participen plenamente en las tareas del desarrollo".
El único nombre de su gabinete que ya anunció es el de quien será su ministro de la Defensa, el general Raúl Salazar, un oficial prestigioso que fue marginado a la agregaduria militar de Washington por el presidente Rafael Caldera.
Por último, este lunes saboreó un esperado éxito internacional, cuando el Departamento de Estado en Washington, que le negó visa para entrar a Estados Unidos por su pasado golpista, anunció su disposición a concedérsela habida cuenta de su elección mediante el voto popular. (FIN/IPS/jz/eg/la/98