La amenaza de un ataque de Estados Unidos contra Iraq volvió al primer plano internacional a causa del retiro de Bagdad de los inspectores de la ONU, que denunciaron la falta de cooperación iraquí con su tarea de control de la eliminación de armas de destrucción masiva.
En Washington, el presidente estadounidense Bill Clinton se reunió con sus asesores de seguridad, luego de discutir por teléfono la crisis con el primer ministro británico Tony Blair, quien declaró que Estados Unidos y Gran Bretaña tienen la "necesaria autoridad legal" si deciden atacar a Iraq.
En el lapso de unos días, se redujo considerablemente la esperanza iraquí de que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) revise el embargo impuesto hace ocho años contra Iraq, y son más creíbles las amenazas de represalia militar de Washington.
Richard Butler, presidente de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (Unscom) que realiza las inspecciones en Iraq, informó la noche del martes que Bagdad no cumplió con lo prometido a la ONU.
El 14 de noviembre, Iraq accedió a permitir sin obstáculos las inspecciones de la Unscom, en un intento de evitar el ataque militar ordenado, y luego cancelado, por Clinton.
"Iraq no brindó la plena cooperación que prometió el 14 de noviembre", concluyó Butler.
"Iraq adoptó nuevas formas de restricción de la labor de la Unscom" y la actitud del gobierno de Saddam Hussein no permitió avanzar en las áreas de "desarme" ni en la información sobre "programas de armas prohibidas", destacó el informe.
Esa evaluación prácticamente aniquiló las esperanzas de Bagdad de que el Consejo de Seguridad de la ONU analice el proceso de desarme iraquí y revise las sanciones contra el país, previsto para el próximo mes por varios miembros del organismo.
Funcionarios de Washington y Londres recordaron que si Bagdad no cumple sus promesas de cooperación con la ONU podría provocar un ataque no anunciado contra Iraq.
"Sólo puedo decir que todas las opciones están sobre la mesa, incluso la militar, en lo que concierne a Estados Unidos", declaró el portavoz del Departamento de Estado (cancillería), James Foley.
"Este no es un tema, en nuestra opinión, que exija la discusión, menos aun la resolución, del Consejo de Seguridad", precisó.
Butler dijo a la prensa este miércoles que el personal de Unscom y del Organismo Internacional de Energía Atómica abandonó Iraq por aire y tierra la noche del martes. "No pueden hacer su trabajo en forma adecuada y por eso los retiré", explicó.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, confirmó que el embajador de Washington, Peter Burleigh, anunció la partida de la zona del personal civil estadounidense y que también había "aconsejado a Butler el retiro de la Unscom".
Annan agregó que el personal humanitario de la ONU fue reagrupado, "por su propia seguridad, en un sitio de Bagdad".
Los repentinos desplazamientos en la región de Medio Oriente, donde permanece desde noviembre una gran cantidad de fuerzas estadounidenses, reforzaron la especulación de un posible ataque de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que no viajen a la región, lo que también denota la gravedad de la crisis. Pero hay otros factores que deben tomarse en cuenta, señalan los analistas políticos.
El ramadán, mes de ayuno sagrado para los musulmanes, comenzará este viernes, por lo que Washington tiene poco tiempo para atacar a Iraq sin provocar la ira de los países islámicos.
Un factor más importante es el voto de juicio político al que la Cámara de Representantes someterá a Clinton este jueves. Esta situación no le permitirá al presidente ordenar un ataque sin generar críticas por su oportunismo, tanto de la oposición republicana como del resto del mundo.
En noviembre, cuando Iraq canceló brevemente toda cooperación con la Unscom, los países árabes estaban dispuestos a apoyar un ataque estadounidense, pero ahora la situación cambió.
La posición de los líderes arabes ya no es la misma debido a la decisión del primer ministro israelí Binyamin Netanyahu de suspender el retiro previsto de tropas de los territorios palestinos, y al hecho de que Clinton no pudo convencerlo de lo contrario durante su visita a Israel esta semana.
Annan, conciente de la creciente división entre Estados Unidos y el resto del mundo sobre el caso de Iraq, exhortó esta semana a que se levantaran las sanciones contra el país si se confirmaba la cooperación iraquí.
Pero el informe de Butler aplastó esas esperanzas. "Hay claras evidencias de que Iraq tomó medidas" para eliminar las pruebas incriminantes de presuntos lugares de armamentos antes de la llegada de los inspectores.
El informe mencionó el incidente de la semana pasada cuando no se permitió a los inspectores de la Unscom ingresar a la sede del gobernante Partido Baath. Entonces, funcionarios iraquíes exigieron "una carta de solicitud formal, que indicara lo que se buscaba en el lugar".
Iraq tampoco entregó documentos pedidos sobre el uso de municiones químicas durante la guerra con Irán (1980-1988).
A pesar de la crisis, Annan destacó ciertos elementos positivos y calificó el informe de la Unscom de "panorama mixto".
Annan se refirió a una carta entregada el lunes por el director del Organismo Internacional de Energía Atómica, Mohamed El Baradei, en la que sostiene que Iraq "proporcionó el nivel necesario de cooperación" para las inspecciones nucleares.
El Consejo de Seguridad tiene tres opciones, señaló Annan al entregar el informe de Butler el martes. Puede decidir que no están dadas las bases para revisar las sanciones contra Iraq, puede otorgar tiempo adicional a Bagdad para que coopere, o puede, de todas maneras, "revisar totalmente" las sanciones.
Rusia, principal aliado iraquí en el Consejo, claramente se inclina por la tercera opción. Estados Unidos apoya la primera, así como el ataque unilateral. Gran parte de los 13 miembros restantes del organismo se encuentran en una posición intermedia, aseguró un diplomático de la ONU a IPS.
El Consejo de Seguridad se encontraba en sesión de emergencia este miércoles para discutir la crisis. Annan reiteró la semana pasada que toda acción militar requiere la aprobación del Consejo, pero observadores políticos creen que Clinton no está dispuesto a escuchar a otros países antes de decidir un ataque. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/98