Estados Unidos lanzó hoy una lluvia de misiles sobre Bagdad y puso en alerta en el Golfo Pérsico (Arábigo) 201 aviones, 22 buques de guerra y a 24.000 soldados, en preparación de nuevos ataques.
El presidente Bill Clinton ordenó "una serie fuerte y sostenida de ataques aéreos" contra Iraq en respuesta al persistente "desafío" del gobierno de Saddam Hussein a la inspección de armas de destrucción masiva que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intentaba realizar en su territorio.
Clinton, que pronunció un discurso a la nación desde la Oficina Oval de la Casa Blanca, aseguró haber actuado "en nombre del interés" de Estados Unidos y de los países vecinos de Iraq en Medio Oriente.
"No debe admitirse" que Saddam Hussein "amenace a sus vecinos con armas nucleares, gases venenosos o armamento biológico", advirtió el presidente.
Agregó que fuerzas británicas se unieron a Estados Unidos en la operación contra Iraq, que fue denominada "Zorro del desierto", según informó este miércoles el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, quien también emitió un mensaje por televisión.
La determinación de Saddam Hussein de negarse a colaborar con los inspectores de la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) que intentaban supervisar el desarme iraquí representa "un riesgo claro para la estabilidad del Golfo Pérsico y para la seguridad de la población de todas partes" del mundo, aseguró Clinton.
"Iraq obstruyó con insistencia el esfuerzo de la UNSCOM por fotografiar bombas relacionadas con su programa de armas químicas. Intentó impedir que un equipo de la UNSCOM filmara un sitio y fotografiara documentos", explicó.
Esas medidas estuvieron orientadas a malograr el esfuerzo de inspección de armas y, de no lanzarse la operación militar, Saddam Hussein podía concluido que "la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, había perdido su determinación", agregó.
El presidente iraquí "podía (entonces) deducir que estaba en libertad de recomponer su arsenal de armas de destrucción masiva para usarlo nuevamente algún día, como ya lo hizo en el pasado", arguyó Clinton.
"El hecho indudable es que mientras permanezca en el poder, Saddam será una amenaza para el bienestar de los iraquíes, la paz de su región y la seguridad del mundo", advirtió.
"La mejor forma de poner fin a esa amenaza es, de una vez por todas, la instalación de un nuevo gobierno en Iraq, un gobierno dispuesto a vivir en paz con sus vecinos y que respete los derechos de su pueblo", dijo el presidente.
"Los cambios en Bagdad exigirán tiempo y esfuerzo. Aumentaremos nuestro compromiso con todas las fuerzas de oposición iraquíes y trabajaremos de acuerdo con ellas, de forma efectiva y prudente", puntualizó.
Portavoces de las Fuerzas Armadas estadounidenses informaron que la ofensiva aérea contra Iraq comenzó con el lanzamiento de misiles crucero de largo alcance y podría prolongarse durante cuatro días.
Clinton destacó en su intervención por televisión que el viernes comenzará el Ramadán, el mes sagrado del Islam. Estados Unidos optó por comenzar su ataque días antes del Ramadán para no ofender a "sus amigos del mundo árabe", explicó.
"Pretendemos debilitar la capacidad de Saddam Hussein para fabricar y emplear armas de destrucción masiva. Queremos reducir sus posibilidades de atacar a sus vecinos y demostrarle las consecuencias de burlarse de sus obligaciones internacionales", declaró este miércoles el secretario de Defensa, William Cohen. (FIN/IPS/tra-en/kb/mk/ff/ip/98