El susto se limitó al jueves, aparentemente, ya que las bolsas tuvieron hoy alivio, pero fue suficiente para poner otra vez a Brasil en el centro de las preocupaciones financieras internacionales.
La Bolsa de Sao Paulo, que dicta la tendencia sudamericana y cuyos problemas han repercutido incluso en Nueva York, cerró este viernes con una baja de 1,3 por ciento. En Río de Janeiro la caída fué de 1,1 por ciento.
Las oscilaciones durante la jornada y el reducido volumen de negocios evidenciaron que la opinión está dividida en el mercado ante las posibilidades del gobierno brasileño en cumplir las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), después de la derrota parlamentaria del miércoles.
La Cámara de Diputados rechazó por 205 votos a 187 una propuesta del Poder Ejecutivo de aumentar la contribución de los funcionarios públicos para reducir el déficit de la seguridad social en el sector estatal, estimado en 28.600 millones de dólares anuales.
Por lo menos 108 votos en contra fueron aportados por representantes de partidos de la coalición oficialista. Ese hecho demostró las dificultades del gobierno para mantener su base parlamentaria y puso en duda otras medidas necesarias para el control de las cuentas públicas.
La desconfianza en el éxito del Programa de Estabilidad Fiscal brasileño contribuyó el jueves a la caída de 2,04 por ciento de la Bolsa de Nueva York y agitó a otros mercados financieros, en todos los continentes.
El temor consiste, según explicó el ex presidente del Banco Central Alfonso Celso Pastore, es que Brasil no logre implementar la medidas fiscales prometidas. Esa eventualidad privaría al país de los nuevos desembolsos de la ayuda acordada con el FMI y provocaría una nueva ola de pánico en el mundo.
El acuerdo abrió a Brasil el acceso a 41.500 millones de dólares en créditos del Fondo, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y de 20 gobiernos del Norte industrial. Cerca de 9.000 millones ya están disponibles y se ha previsto para 1999 la entrega de otros 28.000 millones.
El gobierno brasileño intenta restar dramaticidad a su tropiezo en la Cámara de Diputados. No es una derrota muy grave, porque 70 por ciento del ajuste fiscal ya tiene sus medidas aprobadas, dijo Pedro Parente, secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda.
Además, el presidente Fernando Henrique Cardoso declaró que descuenta la aprobación del aporte de funcionarios públicos a la seguridad social en febrero, cuando volverá a presentar el proyecto en el Congreso. El impacto mundial que tuvo el rechazo será uno de los argumentos para convencer a los diputados.
Pero hasta que se tenga una nueva demostración de factibilidad del ajuste habrá incertidumbres adicionales, ya que se ha disipado el clima de gradual regreso a la normalidad creado por el acuerdo con el FMI y por el anuncio del programa de austeridad..
La bolsa de Sao Paulo tuvo en la semana una pérdida de 16,13 por ciento, y la de Río de Janeiro, de 16,58 por ciento. Ese retroceso anuló buena parte de la recuperación registrada en noviembre, que fue de 22,48 por ciento en Sao Paulo.
Es un resultado desalentador, aunque las pérdidas se debieron en buena medida a la realización de ganancias del mes anterior entre el lunes y el miércoles.
Los efectos negativos se sintieron también en las expectativas sobre las tasas de interés y la política cambiaria.
Uno de los datos que el FMI divulgó como parte del acuerdo con Brasil, aumentó la preocupación del mercado respecto del tipo de cambio. Es que para 1999 se prevé un superávit comercial de 2.800 millones de dólares.
Algunos economistas, como Delfim Netto, ex ministro de Hacienda y de Planificación, consideran imposible ese resultado sin una fuerte devaluación de la moneda. Brasil tendrá este año un déficit comercial de casi 6.000 millones de dólares.
Tan brusca recuperación de la balanza comercial exigirá un incremento de ocho por ciento de las exportaciones y una reducción equivalente de las importaciones.
La cifra mencionada no indica una meta ni un compromiso del país, sino una simple previsión, explicó Parente. En el cálculo se consideró una depreciación del dólar ante monedas europeas y el yen japonés, la maduración de nuevas inversiones en Brasil y bajas importaciones, aclaró el funcionario. (FIN/IPS/mo/ff/if/98