Dinamarca canceló casi 635 millones de dólares de la deuda bilateral de los países más pobres del mundo.
Entre los países beneficiados se encuentran Angola, Bolivia, Camerún, Egipto, Ghana, Nicaragua, Senegal, Sierra Leona y Zimbabwe.
Para que el gobierno cancele la deuda de un país, este debe integrar el grupo de Países de Menor Desarrollo (PMD), considerado entre los más pobres de los pobres, o el de los Países Pobres Fuertemente Endeudados (PPFE).
De los 48 PMD, 32 se encuentran en Africa subsahariana, incluso Benín, Burundi, Chad, Guinea Ecuatorial, Níger, Ruanda y Zambia. Entre los 41 PPFE se incluyen Bolivia, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guyana, Mozambique y Uganda.
Las dos categorías de países, como los definen la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Banco Mundial, toman en cuenta la densidad demográfica, el producto interno bruto, la deuda externa y el ingreso por habitante.
Hasta el momento, Dinamarca canceló 42 por ciento de todos los préstamos que concedió a los países en desarrollo, informó el ministro danés de Cooperación para el Desarrollo, Poul Nielson. "Seguiremos aplicando estos criterios para cancelar la deuda en el futuro", declaró a IPS.
En la actualidad, Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia son los únicos países que superan la meta que fijó la ONU para destinar al menos 0,7 por ciento del producto interno bruto a la ayuda para el desarrollo.
De acuerdo con su población, Dinamarca es el mayor donante de ayuda para el desarrollo entre los países industriales. En noviembre, el país otorgó a Nicaragua, asolada por el huracán Mitch, una ayuda de 11 millones de dólares para que Managua cancele su deuda con el Banco Interamericano de Desarrollo.
Como Nicaragua no le debía dinero al estado danés, este decidió ayudarla a cancelar la deuda con un tercero.
Nielson explicó que la decisión de ayudar a Nicaragua se tomó incluso antes de que el huracán golpeara al país centroamericano hace dos meses. Pero como resultado de la devastación provocada por el fenómeno, Copenhague decidió aumentar la financiación, de los nueve millones de dólares iniciales a 11 millones.
Esta semana, tanto el papa Juan Pablo II como el Consejo Mundial de Iglesias, integrado por iglesias protestantes y ortodoxas, solicitaron que se cancele la deuda externa del Sur en desarrollo.
"Las necesidades humanas y los derechos básicos de los individuos y las comunidades y la protección del ambiente deben tener prioridad sobre el pago de la deuda", concluyó el martes el Consejo Mundial de Iglesias al cierre de una conferencia en Zimbabwe.
La conferencia, asistida por más de 4.500 delegados, pidió el "fin de la carga asfixiante de la deuda sobre los pueblos empobrecidos".
El Papa destacó "el atemorizante problema de la deuda internacional de los países más pobres", al enviar un mensaje el miércoles a jefes de Estado y organizaciones internacionales en ocasión del Día Mundial de la Paz.
"Se necesita un esfuerzo inmediato y vigoroso, a medida que nos acercamos al año 2000, para asegurar que el mayor número posible de países pueda librarse de lo que ya es una situación intolerable", exhortó el mensaje del Papa.
La organización no gubernamental británica Coalición Jubileo 2000 encabeza una iniciativa para cancelar la deuda externa de los países pobres. Pero instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se oponen a esa medida.
Gamani Corea, ex secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, no acepta el argumento del Banco Mundial contra el perdón de la deuda.
"El Banco se niega a aceptarlo por la razón de que cualquier cancelación de deudas afectará su imagen en los mercados de capital y su capacidad para conseguir dinero", indicó.
Este no es un argumento convincente porque la capacidad de un banco para conseguir dinero no depende de la solvencia de sus prestatarios, sostuvo Corea.
La fortaleza financiera de los dos organismos multilaterales depende de las naciones industriales que son sus garantes, agregó. "La cancelación de la deuda mejorará sus números, no lo contrario", afirmó.
Corea, que presidió un grupo de trabajo del Movimiento de Países No Alineados, dijo que mientras parte de las deudas privadas y bilaterales fueron reducidas, reprogramadas o perdonadas, las deudas con los organismos multilaterales siguen sin cambios.
Un informe de la ONU señaló en octubre que la deuda externa de los países en desarrollo, entre ellos los de menor desarrollo, ascendía a fines de 1997 a 2,2 billones de dólares.
La cifra representó un aumento de 76.000 millones de dólares frente a 1996. El drástico incremento, que también incluyó la deuda de los países de Europa oriental, fue resultado de la crisis económica en el sudeste de Asia y de sus consecuencias en Rusia, Africa y América Latina.
La deuda de América Latina y Asia oriental representó 62 por ciento del total, la de Africa fue de 16 por ciento, y la de Europa central y Asia central de 18 por ciento. Pero el estudio señaló que los problemas que se deben resolver son la deudas "insustentables" del grupo de PPFE.
La deuda externa de los PPFE ascendió a 245.000 millones de dólares a fines de 1996.(FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq/dv/98