Golpeado por los devastadores efectos de las inundaciones de este año, el gobierno chino decidió revertir las prioridades ambientales y agrícolas aplicadas durante los últimos 50 años.
De acuerdo con sus proporciones geogáfricas y de población, Beijing intenta ahora llevar a cabo en 1999 el mayor programa de reforestación y recuperación de tierras en la historia del mundo, que suscita las dudas de grupos ambientalistas locales.
En público, se difunde una vez más la popular consigna propagandística de "aprender las lecciones del pasado y planificar para el futuro", pero está aún por verse de qué manera Beijing logrará reforestar la tierra y recuperar bosques.
Un cuarto de las propiedades agrícolas y cosechas de este gigantesco país, fueron devastadas por las recientes inundaciones.
El desastre evidenció los efectos de cinco décadas de industrialización acelerada, que llevo a derribar extensas superficies de bosques incluyendo áreas adyacentes al río Yangtze, para la construcción de fábricas y la producción de alimentos.
El primer ministro Zhu Rongji expresó recientemente que "los esfuerzos de plantación (de árboles) deben ser acelerados para mejorar el ambiente porque la violenta deforestación fue parcialmente responsable del desastre".
"El partido (comunista) y el gobierno central adjudican gran importancia a la reforestación y la conservación de aguas y suelos. Desafortunadamente, la puesta aplicación de políticas apropiadas ha estado lejos de ser satisfactoria", dijo Zhu.
La amplia y devastada región del Yangtze cuenta con 40 por ciento de la produccion industrial y 35 de la agricola de China.
Mas de 160 mil empresas están instaladas a lo largo del curso medio e inferior del legendario río, que también abarca Shanghai, la capital económica de China.
El ambicioso proyecto de plantación de árboles siguió a la prohibición del corte de árboles en algunas provincias, incluyendo 4,63 millones de hectáreas del bosque Chuanxi, en la provincia de Sichuan.
La medida produjo el despido de 38.000 de los 100.000 trabajadores dedicados a la tala, pero el gobierno dijo que obtendrían nuevos empleos en la administración de bosques naturales y reforestaciones.
Algunos ambientalistas dudan de que ésto se materialice rápidamente. "Si bien el plan parece bueno, no parece haber sido objeto de una investigación en profundidad", declaro Hua Yin, del grupo Amigos de la Naturaleza, con sede en Beijing.
"Cuando el gobierno programa algo debe ver todos los pro y contras de lo que se propone", agregó Yin.
"Este plan restringirá la tala de árboles, pero esto no es suficiente porque los hacheros se preguntan el motivo de esa prohibición y como van a resolver su problema de pan y manteca" .
Esta no es la primera vez que el gobierno chino afirma que resolverá los problemas ambientales. En un intento de proteger los bosques, el gobierno proyecta aumentar sus parques forestales de 874 a 2.000 hacia el año 2010.
Sin embargo, el programa parece estar dirigido en su mayor parte a reducir la tala y no a la necesidad de controlar el uso y demanda de productos madereros, según señalan los ambientalistas.
Por lo tanto, la decision de Beijing de proteger sus recursos forestales puede llevar a un aumento de la importación de madera. Al ritmo actual, la demanda de esos productos superará en 2000 los 119 millones de metros cúbicos anuales.
El gobierno se apresuró a descartar un aumento explosivo de las importaciones: "la prohibicion de talas es para los bosques naturales y no se aplica en aquellos plantados con propósitos comerciales", dijo un portavoz oficial.
Las presiones ambientalistas por el talado tambien continúan en las zonas rurales. En las aldeas, la gente depende en gran medida de los bosques para cocina y calefacción, lo que representa casi 25 por ciento del consumo total.
"El gobierno debería dar a los aldeanos y la gente pobre opciones sustitutivas de los bosques para sus necesidades diarias", opinó Li Shen, una estudiante de postgrado en ecología en la Universidad de Beijing.
Si bien este año las peores inundaciones fueron efecto de desastres naturales, los expertos estiman que también jugaron un papel los proyectos de agricultura intensiva, talado, apropiación masiva de tierras y conservación de aguas a lo largo del litoral fluvial.
Actualmente, solo ocho por ciento del curso superior del río Yangtze está cubierto de bosques, de una superficie de 50 por ciento al inicio de la República Popular China, en 1949.
Debido al talado excesivo, el volumen total de suelo erosionado supera ahora los 1.500 millones de metros cúbicos por año en el cauce superior de la proyectada represa de Tres Gargantas.
La invasión industrial y agrícola ha cambiado el paisaje. El lago Dongting, junto al Yangtze, tuvo un área de 4.000 kilómetros cuadrados, que ahora se ha reducido a 2.600.
China busca ahora cambiar las estructuras económicas, con énfasis en la protección ambiental a lo largo del Yangtze y otros ríos en el noroeste del país.
El ministerio de Agricultura anunció que toda la tierra cultivada despues de 1994 y aquella desarrollada antes de ese año con una pendiente de mas de 25 grados "será reconvertida en bosques" antes de 2000.
"Tambien las fábricas en las ciudades que provocan grave contaminación y no demuestran obtener ganancias serán clausuradas", agregó.
Hua Yin expreso que el problema obedece a que el gobierno chino formula planes sin tomar en cuenta todas las consecuencias.
"Durante los años 50, el slogan fue ganar la tierra, ahora es ganar bosques y quizás dentro de un par de años, ganar vaya a saber qué otra cosa. De este modo, la gente nunca sabe qué tipo de política vendra después", dijo.
Según Hua Yin, el gobierno debería formular un plan a largo plazo, "no a corto plazo ni programas ad-hoc. Prevenir siempre es mejor que curar…".(FIN/IPS/trad-eng/pa/js/ego/ak/98)