El reconocimiento en la práctica de la cultura y el derecho de la población indígena a su identidad propia empieza a salir del papel en Brasil, casi 500 años después de su primer contacto con los europeos.
El Ministerio de Educación está distribuyendo la primera propuesta de parámetros curriculares nacionales, con asignaturas y orientaciones, para la enseñanza indígena. El próximo paso es lograr su adopción en las escuelas a las que asiste a la población autóctona.
El desarrollo de una enseñanza distinta, adecuada, para los niños indígenas es un anhelo antiguo, explicó Susana de Castro Tolio, coordinadora de Educación Indígena del estado de Río Grande del Sur, en el extremo meridional de Brasil.
Según el censo hecho en 1995 por la Fundación Nacional del Indio (Funai, órgano oficial de asistencia), viven en todo el territorio brasileño 325.652 indígenas.
"Como son más de 200 pueblos, era necesario obtener una unidad en la enseñanza. Ahora cada etnia adaptará el documento a su realidad", señaló la educadora. La orientación se envió a las escuelas para que los indígenas manifiesten sus opiniones.
Hace mucho los educadores se dieron cuenta de que hace falta ajustar el lenguaje y la forma de enseñar a las características de los nativos de este país. Los indígenas reclaman el derecho de no ser personajes caricaturescos en los libros de Historia.
En la elaboración del curriculum de referencia participaron técnicos y representantes de varias comunidades interesadas.
Una de las preocupaciones de los maestros indígenas era incorporar a las asignaturas los temas considerados transversales, como la tierra y la conservación de la biodiversidad, derechos y luchas, ética, pluralidad cultural, salud y educación.
El documento básico orienta también sobre la necesidad de la enseanza bilingue, en portugus y en la lengua del grupo étnico. En Río Grande del Sur, los maestros definieron que los alumnos serán alfabetizados primero en el idioma usado en el hogar y luego, gradualmente, en el otro.
Antes era tenido como un problema el niño que sólo hablaba caingangue o guaraní, lenguas indígenas. Los antropólogos ayudan a modificar esa visión.
La Matemática toma en cuenta las distintas maneras indígenas de contar y medir. La Historia valoriza la memoria de cada pueblo, su artesanía e instrumentos de uso en las aldeas. La Geografía los ubica en su propio espacio, con maquetas, mapas hechos con semillas, grabados, leyendas, ritos y medicamentos.
"Queremos mostrar que el indígena hace todo lo que hace el blanco, pero de modo distinto", explicó Valmir Cipriano, quien hace dos años enseña en la reserva indígena de Inhacor, en el municipio de Santo Augusto, donde viven cerca de 600 caingangues.
Cipriano, él mismo un caingangue de 28 años, participó en la comisión que se reunió en Brasilia para definir el modelo nacional de referencia curricular.
Valorar el cuerpo y la belleza indígenas "es importante para eliminar el prejuicio, principalmente de los blancos que viven cerca de las reservas, fuera de las cuales los indígenas son mirados como exóticos", observó Iara Martins Alvarez, responsable de Educación en la Funai.
En Río Grande del Sur la población indígena alcanza cerca de 10.000 personas, divididas entre los grupos guaraní y caingangue. Para sus niños hay 37 escuelas, donde enseñan 70 profesores indígenas y 136 de otras etnias.
En todo Brasil, el Ministerio de Educación registró 1.591 escuelas de enseñanza básica con 62.000 alumnos indígenas.
Los parámetros curriculares son un avance, pero falta mucho para que esa minoría tenga sus derechos a la enseñanza efectivamente respetados. Faltan maestros capacitados. Los de origen local tienen la preferencia, pero son pocos los que poseen formación pedagógica.
Otra dificultad es la falta de libros en la lengua de cada grupo. Solo recientemente se publicaron cuatro en caingangue. Además, muchas escuelas no son reconocidas por las autoridades educacionales.
"De nada sirve una Constitución como la de 1988, que asegura el derecho de los indígenas a una enseñanza bilingüe, si no hay un curriculum específico, con un calendario especial y una evaluación adecuada", sostuvo Iara Martins Alvarez.
Paralelamente al esfuerzo para adaptar la enseñanza a la realidad y cultura de las tribus, la Secretaría de Educación de Río Grande del Sur promueve una campaña contra los prejuicios.
Todas las escuelas del estado recibirán en 1999 un video de 15 minutos sobre la enseñanza y la vida cotidiana de los indígenas. "Buscamos evitar la discriminación por parte de otros niños y elevar el autoestima de los indígenas", explicó Alvarez.
"Ya somos capaces de evaluar las pérdidas y avances obtenidos. Antes las escuelas se destinaban solo a integrar el indígena a la sociedad. Ahora queremos hacerlo, pero sin perder nuestra cultura", afirmó el profesor Cipriano.
Es posible, por lo tanto, que los 500 años del primer encuentro con los blancos portugueses sean celebrados también desde una perspectiva indígena. (FIN/IPS/cg-mo/mj/hd ed pr/98