La producción audiovisual de los países de América Latina y de la península Ibérica aumentó sustancialmente, pero la mayor parte de las imágenes que llegan a sus pantallas siguen siendo de origen estadounidense.
Diversos estudios sobre la cuestión destacan la enorme penetración que ha alcanzado desde 1995 en América Latina la televisión para abonados, lo cual ha permitido una eclosión de producciones autóctonas.
Pero en términos generales la televisión abierta sigue siendo el sector audiovisual más prolífico en el área, y sus programas son sobre todo extranjeros, en particular estadounidenses.
El año pasado, la industria audiovisual de América Latina y la península Ibérica exportó productos por valor de 253 millones de dólares e importó por más de 2.500 millones.
De ese gasto en importaciones, 86 por ciento correspondió a la compra de programas de televisión o películas estadounidenses, seis por ciento a la de programas o filmes europeos y cinco por ciento a productos iberoamericanos.
La industria audiovisual iberoamericana no alcanza a representar uno por ciento del producto interno bruto global, contra tres por ciento en Estados Unidos y 2,5 por ciento en Europa occidental.
La televisión para abonados en sus distintas modalidades (por cable, digital, por canales de aire codificados) ha aumentado notablemente su incidencia en el mercado latinoamericano. Este fenómeno no se verifica en España, donde apenas representa 15 por ciento de la industria audiovisual nacional.
Argentina, donde la televisión para abonados llega hoy a 60 por ciento de los hogares, es el país iberoamericano donde ese mercado tiene mayor desarrollo.
Un informe presentado en la Universidad Internacional de Andalucía, en España, indica que antes del 2003 cerca de 70 por ciento de las familias argentinas accederían a la televisión para abonados, el mismo porcentaje que se registra hoy en Estados Unidos y Canadá.
La necesidad de ofrecer programas diferenciados para distintos públicos que implica la televisión para abonados ha hecho que en Argentina se verifique, en los últimos años, un aumento de la producción propia, tanto en el terreno periodístico como en el de la ficción.
No obstante, la televisión abierta sigue siendo la rama más poderosa y rentable de la industria audiovisual en América Latina, España y Portugal.
Un estudio de la consultora española Media Research & Consultancy Spain (MRCS) subraya que Brasil es el país iberoamericano con mayor producción propia de programas de televisión abierta.
Cerca de 90 por ciento del presupuesto de la Red Globo, gigante de la televisión brasileña, está dedicado a producciones propias. Televisa de México registra proporciones algo inferiores.
Las telenovelas son el producto líder de la oferta de ambas cadenas, con amplia ventaja sobre los demás.
La publicidad es a su vez la mayor fuente de ingresos de los canales de televisión iberoamericanos, muy por delante de la exportación de programas.
Setenta por ciento de los ingresos por venta de publicidad de los sistemas televisivos latinoamericanos e ibéricos están concentrados en siete cadenas de Argentina, Brasil, España y México.
En 1997, la Red Globo cobró más de 2.000 millones de dólares por emitir avisos comerciales, superando las cifras que percibieron por el mismo rubro todos los canales españoles.
El estudio de la MRCS observa que el mayor producto de exportación de la industria audiovisual iberoamericana son los programas de televisión.
En primer lugar (sobre todo en el caso de los canales de América Latina), lejos, se ubican las telenovelas. España vende también, en menor proporción, programas de entretenimiento y series de ficción.
En Iberoamérica se nota también la tendencia mundial a una vinculación cada vez mayor entre los distintos sectores audiovisuales (televisión abierta y para abonados, cine, vídeo).
En Argentina, la firma TCI International, accionista del canal de cable Cablevisión, es socia de Sky Latin America, consorcio estadounidense dedicado también a la televisón por cable. En Brasil, México y Venezuela, las grandes cadenas de televisión abierta tienen también negocios en la televisión satelital.
En España es particularmente fuerte la participación de la televisión en el financiamiento de producciones cinematográficas, mientras en Argentina el mismo fenómeno es constatable desde mediados de los años 90.
Sin embargo, en México y Brasil, los dos países líderes en la industria televisiva del área, los canales están prácticamente ausentes de la producción cinematográfica.
En el cine, América Latina y España son netamente dependientes de la producción de Estados Unidos.
En promedio, se estrenan poco más de 250 películas por año en cada país iberoamericano. Setenta por ciento proceden de Estados Unidos, 14 por ciento de Europa y tres por ciento de otros países de la región.
Entre los factores que explican ese fenómeno está la inexistencia de una infraestructura comercial que permita la coordinación entre las productoras audiovisuales iberoamericanas. Por lo tanto, éstas no pueden competir con las grandes empresas estadounidenses del sector.
Según el estudio de MRCS, América Latina y la península Ibérica no disponen de un sistema de distribución internacional de sus producciones audiovisuales, ni de catálogos unificados de esos productos.
Paralelamente, las empresas estadounidenses han diversificado sus estructuras comerciales para mejorar su acceso al mercado iberoamericano.
En el sector de la televisión para abonados, cadenas de ese origen como HBO, Fox, ESPN, CNN, MTV o Discovery han lanzado ofertas específicas en español y portugués y han comenzado a producir programas localmente, desde estudios establecidos en Brasil, Venezuela, Puerto Rico y Argentina. (FIN/IPS/dg/mp/mj/cr/98