/BOLETIN-AMBIENTE/ CHILE: Arboles para salvar los grandes ríos

La plantación de árboles podría ser la solución para los ríos más grandes de China, que tienden a secarse debido a la precaria situación ecológica de esta provincia del noroeste, donde nace la mayoría de ellos.

Los cultivos son difíciles en Qinghai, donde cada año hay apenas 70 días sin heladas y reinan la aridez, los vientos y el agudo frío del invierno. A 2.000 metros de altura, las condiciones de este "techo del mundo" tampoco son favorables para el surgimiento de bosques.

Pero los árboles ahora son la clave para ayudar a ríos como el Yangtzé y el Huang He. "Nuestra ubicación geográfica en la cabecera de estos ríos obliga a tomar medidas para impedir el avance del deterioro ecológico", dijo Bai Enpei, gobernador de Quinghai.

Bai sostiene que los árboles pueden crecer en la tercera parte del territorio de esta provincia, que a su vez abarca la octava parte de la superficie china de 9,6 millones de kilómetros cuadrados. El resto son desiertos o praderas en vías de desertización.

El deterioro de Qinghai también se nota río abajo. "Nuestra provincia aporta 48 por ciento del caudal del Huang He (el río Amarillo), y el año pasado detectamos una baja de 23 por ciento en su flujo", dijo.

En 1997 se produjo la peor sequía del río Amarillo, que sólo arrojó al mar 180 millones de metros cúbicos de agua, cuando en un año normal arroja 20.000 millones.

"Si bien el fenómeno climático de El Niño contribuyó a esta crisis, nosotros creemos que la desertización en las fuentes del río Amarillo también hizo su aporte. Ya se cortaron demasiados árboles", comentó Bai.

El encargado de la oficina de guardabosques en Quinghai, Li Wen, contó que en el pasado esta región estaba cubierta por densos bosques, aniquilados por las guerras y por mala planificación durante los últimos 60 años.

"Es mucho más difícil recuperar la ecología que destruirla", advirtió.

El encargado de la administración de bosques en la región, Wang Qian, dijo que apenas 2,6 por ciento de la superficie provincial está cubierta de árboles, la proporción más baja registrada en toda China.

"Cada año plantamos 33.000 hectáreas, es decir que demoraríamos 20 años para aumentar la cobertura en 0,1 por ciento del territorio", observó.

Bai agregó que en esta región un árbol demora 10 años en alcanzar un tamaño similar al de los que han sido plantados sólo un año antes en las provincias del sur.

Algunas de las comunidades de la zona tomaron el problema en sus manos y se preocupan por mantener las montañas tan verdes como sea posible.

En el pueblo de Xiaogaoling, llevan 40 años trabajando en un refugio para la naturaleza que contiene 400.000 árboles en 513 hectáreas de terrazas a 2.800 metros de altura. Antes no tenían nada, ahora 40 por ciento de su territorio es verde.

El jefe de este pueblo, Li Jifu, dijo que al conjurar el problema de la erosión, las cosechas de granos aumentaron cinco o seis veces. Por otra parte, la tala programada del bosque le permite a la comunidad ganar entre 6.000 y 9.000 dólares por año. Además, ahora están protegidos de tormentas y avalanchas.

"Nosotros logramos plantar 20 hectáreas por año, y a ese paso nuestra disponibilidad de madera aumenta más rápido que la capacidad de talar".

En Donggou se produjo un fenómeno similar, y las montañas reverdecieron. El director del centro de bosques de la zona, Xio Haiming, dijo que el retorno de los árboles permitió recuperar un arroyo que antes se secaba y ahora siempre está lleno. "Terminó la escasez de agua".

Pero no es tan fácil plantar árboles en esta parte del mundo. Li Wen explicó que pese a las medidas adoptadas para resguardar los almácigos y retoños, sólo 35 por ciento logran sobrevivir los tres primeros años.

"Tienes que plantar la ladera varias veces si quieres verla cubierta de árboles", dijo Li.

El trabajo de forestación es voluntario, pues no existen recursos estatales. El apoyo financiero del sector público oscila entre 12 y 22 dólares por hectárea, pero el costo real de plantarla con árboles va de los 185 a los 370 dólares.

Entre tanto, la situación de Qinghai hace que las autoridades se den cuenta de la importancia de mejorar el medio ambiente.

"A pesar que somos pobres, no podemos embarcarnos en proyectos de desarrollo acelerado si éstos destruyen los recursos de las futuras generaciones", afirmó el gobernador Bai. (FIN/IPS/tra- en/cf-xl/cb/js/lc-ml/en/98

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