Una televisora cultural acaba de nacer en Venezuela bajo el signo de la polémica, por la expedita adjudicación de señal y activos que el presidente Rafael Caldera hizo a una fundación nutrida por la televisión comercial y encabezada por el arzobispo de Caracas, Ignacio Velasco.
Velasco anunció que la nueva estación promoverá "la familia, la escuela y la Iglesia", contribuyendo a rescatar valores como "la moral, la honestidad, la fidelidad y la solidaridad como principios básicos de vida".
La nueva entidad, Vale TV (Valores Educativos Televisión) recibió del gobierno el Canal 5, con cobertura en Caracas y zonas vecinas, que durante dos décadas formó parte de la estatal Venezolana de Televisión, cuyo Canal 8 tiene un alcance más vasto, de prácticamente todo el territorio nacional.
Los programas que Vale TV transmitirá son tomados en préstamo de otras televisoras de Venezuela y del exterior, como el estadounidense Discovery Channel, en tanto prepara los propios "dirigidos al 70 por ciento del público, que es menor de 30 años", dijo el arzobispo de Caracas.
La cesión del Canal 5 se efectuó por decisión presidencial -sin discusión en el Consejo de Ministros- en la semana inmediatamente anterior a las elecciones presidenciales del 6 de este mes, las más tensas en 30 años y efectuadas bajo temores de violencia y hasta de una conspiración militar.
El no gubernamental Comité por una Radiotelevisión de Servicio Público protestó de inmediato porque la decisión "da al traste con la posibilidad de contar con un canal cultural y diferente, modelo de televisión de servicio público", según su portavoz Antonio Pasquali.
Pasquali, ex subdirectar general de la Unesco, lamentó además que el traspaso a la entidad que dirige el arzobispo de Caracas efectuase sorpresivamente y "sin consultar a los sectores que desde hace años promueven una radiotelevisión diferente", como es el caso del Comité que integra y las universidades.
En Venezuela, la televisión comercial cuenta con tres grandes canales en VHF, uno de los cuales, Venevisión, ha sido punto de apoyo para que el Grupo Cisneros lanzase su empresa de cable Directv y el proyecto satelital y televisivo Galaxy, de alcance hemisférico.
En cuanto al Canal 8, vive asediado por problemas financieros y de dotación de recursos con los cuales reponer su obsoleto parque tecnológico, mientras prolifera la competencia de canales regionales y de UHF, además de las señales que llegan por cable en un marco económico y comunicacional aperturista.
En diálogo con el Comité que representa Pasquali, uno de los responsables del Canal 8, Nelson Noguera, advirtió "la evidencia de una jugada planificada por los tres canales comerciales destinada a cortar una posible competencia".
El investigador Luis Anibal Gómez, del mismo Comité, dijo que "Caldera dio un golpe de Estado al propio Estado, con esta privatización muy particular, que responde a una trampa montada por los canales comerciales".
El ministro de Información, Fernando Egaña, dijo que Velasco hizo una solicitud desde octubre a Caldera -un católico practicante de 82 años que hizo casi toda su carrera política como democristiano- y el presidente se condujo según previsiones legales. "No era necesario el consejo de ministros", aseguró.
Sin embargo, Eleazar Díaz Rangel, ex presidente del Canal 8 y de la Federación Latinoamericana de Periodistas, observó que ni el contrato de cesión ni sus términos precisos fueron divulgados, en lo que arroja mayor oscuridad a la criticada decisión.
Detrás de la inédita solidaridad mostrada por los canales comerciales hacia el arzobispado "parece existir un intento para neutralizar a la Iglesia", afirmó.
Díaz Rangel recordó que la Iglesia Católica es el sector que con mayor fuerza e insistencia ha cuestionado en Venezuela los excesos de sexo, violencia y antivalores que transmite a diario la televisión comercial.
La comunicóloga Elizabeth Safar también opinó que con la cesión del Canal 5 "se ha casado a la Iglesia con la 'telebasura'. En Vale TV vale todo", dijo en un juego de palabras que evoca la telenovela brasileña Vale Todo, dedicada al tema de la corrupción.
En su opinión, la maniobra con el canal 5 es "el caballo de Troya" para tratar de dejar sin recursos a la televisión estatal y así impulsar su privatización.
Un sector de la Iglesia Católica, identificado con la Teología de la Liberación, cuestionó la aceptación que el arzobispo hizo para hacerse con el Canal 5, a la cabeza de una fundación con fuerte presencia de la televisión comercial.
"Hay razones para la sospecha", dijeron los religiosos agrupados en la organización humanitaria Fundalatin, "¿A quién se le cede realmente la señal del Canal 5, a la Iglesia Católica o al poderoso grupo comercial que integran Venevisión, RCTV y Televen (canales 2, 4 y 10)?".
Fundalatin consideró que "se pretende premiar a los canales comerciales en su conjunto, responsables en gran medida de la desorientación general que padecemos y del deterioro de nuestros valores morales".
La cesión vivió un capítulo álgido apenas atajado por la directiva del Canal 8 que preside Fernando Miralles, pues el Canal 5 operaba la franquicia, remunerada con dos millones de dólares, para transmitir como canal regional algunos juegos de béisbol y de baloncesto profesional.
Esa plataforma de recursos y de audiencia, que hacía frotarse las manos al Comité por la radiotelevisión de servicio público, ante esperadas mejoras cuando se la dotase de más recursos, estuvo a punto de dejar sin aliento a la televisora estatal.
Finalmente, el Canal 5 quedó como "carrier" para la jugosa franquicia ahora en manos del Canal 8, y éste obtuvo como compensación que el Consejo de Ministros le acordase recursos para adquirir un nuevo y potente transmisor, con un costo de 300.000 dólares.
Aunque reconoce méritos pedagógicos a la Iglesia Católica -y señala su fracaso en administrar algunos canales provinciales de televisión-, el Comité ha recibido la decisión de Caldera con un amargo sabor. "Se disuelve una posibilidad de en conjunto tener una televisión plural y de calidad", dicen sus integrantes.
La posibilidad de que el presidente electo, Hugo Chávez, revoque la medida cuando asuma en febrero, se considera muy remota, ya que también es católico, eludirá enemistarse con la Iglesia y, según sus declaraciones, preferirá potenciar el Canal 8 para divulgar sus propias políticas. (FIN/IPS/jz/ag/cr/98