El paso del devastador huracán Mitch por América Central dejó a los países del istmo una lección sobre protección del ambiente, al arrasar con gran parte de sus zonas de cultivo y la pérdida de tierras productivas que reducirá el crecimiento económico en 1999.
La región obtendrá unos 11.367 millones de dólares por concepto de exportaciones el año próximo, frente a los 12.665 millones previstos antes del paso del huracán Mitch, que tuvo en el deterioro ambiental que sufre el istmo uno de sus principales aliados.
La producción de café y banano, los principales rubros económicos en los países centroamericanos, fueron seriamente dañadas.
Cientos de miles de hectáreas de cultivos fueron arrasadas por Mitch en América Central, y en Honduras y Nicaragua, los países más afectados, más del 50 por ciento de su infraestructura vial fue destruida o dañada seriamente.
Mitch atacó con fuerza El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras. Los dos últimos sufrieron las mayores pérdidas económicas y en vidas humanas, obligándolos a retroceder varias décadas en sus metas de desarrollo y crecimiento.
El huracán convirtió a Honduras, el país más afectado, en un gran archipiélago con varios islotes incomunicados entre sí, con pérdidas del 50 por ciento en su red vial y del 70 por ciento en su aparato productivo, al arrasar con extensas plantaciones de banano y cítricos, y cultivos de granos básicos.
El presidente de Honduras, Carlos Flores, estimó las pérdidas en casi 3.000 millones de dólares, lo que se suma a una deuda externa de 4.300 millones.
Los daños provocados por el fenómeno meteorológico pudieron prevenirse si los países hubieran aplicado a tiempo planes de protección y conservación ecológica efectivos y concretos, opinaron especialistas consultados por IPS.
Miguel López, oficial de proyectos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sostuvo que el fenómeno "encontró en la deforestación de bosques y el deterioro de las cuencas hidrográficas, dos aliados naturales altamente destructivos".
En el caso de Honduras, las tierras son irrecuperables. En el sur, donde el cauce del río Choluteca era de 200 metros antes de Mitch, ahora tiene dos kilómetros. El río "se cobró la tierra que le habían quitado y hay que repensar nuevamente los esquemas de desarrollo con sostenibilidad", dijo el experto del PNUD.
Si a esa pérdida de tierras productivas, "le sumamos los daños provocados en los bosques, estamos hablando de dos fuertes impactos dejados por Mitch en materia ambiental, pues se estiman que existen miles de árboles caídos a lo largo de la región", añadió.
Mitch fue ayudado en su carrera destructiva por las costumbres propias de la explotación y uso de la tierra, que no han sido las más idóneas, según López.
El viceministro del Ambiente de Honduras, Jorge Yllescas Oliva, dijo a IPS que la presencia de Mitch sólo vino a confirmar las denuncias de los grupos ecologistas en cuanto a la falta de un proyecto integral de desarrollo sustentable.
"Esta es la oportunidad que tenemos los hondureños y los centroamericanos de elaborar un plan de desarrollo sostenible a largo plazo, no a cuatro sino a unos 50 años, donde podamos conservar nuestro hábitat y sobre todo, fomentar la puesta en marcha de un proyecto de reordenamiento territorial", afirmó.
El desastre provocado por Mitch en Tegucigalpa se debió a la falta de una ley de reordenamiento territorial. "Al arrasar la cubierta vegetal que protegía la ciudad, los cerros no pudieron aguantar las fuertes caídas de agua y los derrumbes no se hicieron esperar", aseguró.
Estudios de las Naciones Unidas indican que Honduras retrocedió en materia del índice de desarrollo humano unos 20 años, y en materia ecológica son necesarias acciones efectivas orientadas al planeamiento urbano, ordenamiento territorial y manejo sostenido de las cuencas hidrográficas y el bosque.
En este sentido, el gobierno hondureño, con asesoría del PNUD, comenzó a conformar mesas sectoriales orientadas al diseño de un plan ambiental y de seguridad alimentaria congruentes con el desarrollo sostenible.
En cuanto a la región centroamericana, López indicó que tiene una franja muy densa de bosques como parte del corredor biológico mesoamericano y ello "puede ser una buena opción para que se consigan recursos orientados a la reconstrucción del istmo, mediante la venta de oxígeno".
Por ahora, el itsmo cuenta con una realidad palpable tras el paso de Mitch: 6.535 millones de dólares en pérdidas, casi tres millones de damnificados, unas 250.000 viviendas destruidas y cerca de 9.000 personas muertas.
Estudios elaborados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indican que el sector productivo de Honduras fue el más afectado, seguido de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, con pérdidas por el orden de los 2.192,8 millones de dólares.
La caída de la producción será más dramática en 1999, pues la economía del istmo crecerá sólo 2,9 por ciento, en lugar del proyectado 5,2 por ciento. Este año, el crecimiento de la región será de 4,2 por ciento y no del 5,1 por ciento previsto.
En el caso de Honduras, economistas independientes, sostienen que el año próximo un crecimiento económico de 1,5 por ciento, frente al 4,5 por ciento previsto antes de la llegada del huracán. Por eso, los voceros del gobierno hablan de "dos Honduras": antes y después de Mitch.
La ventaja, según los técnicos del PNUD, es que la devastación causada por el huracán permitió poner sobre el tapete la cuestión ambiental, hasta ahora relegada a un segundo plano y vista sólo como un requisito formal para alcanzar la consigna de la "sostenibilidad". (FIN/IPS/tm/ag/en-dv/98