Las empresas privadas de seguridad militar que operan en Africa, en auge a comienzos de los 90, están sumidas en la crisis y deberán cambiar de táctica si pretenden sobrevivir, según analistas reunidos en esta ciudad de Sudáfrica.
"La vida de las compañías militares privadas como Executive Outcomes y Sandline International es limitada", señaló Alex Vines, investigador de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Estados Unidos.
"A largo plazo, el mercado para ellas podría desaparecer y en este período argumentos favorablea a la eliminación de los mercenarios podría llevar a compradores y vendedores a la clandestinidad", dijo Vines esta semana en la Conferencia sobre Privatización de la Seguridad en Africa.
Executive Outcomes, quizás la compañía militar privada más conocida del mundo, acaba de anunciar que cierra su negocio pero no explicó los motivos. La iniciativa es anterior a una nueva ley antimercenaria sudafricana cuya aprobación se prevé para el año próximo.
En Africa existen tres tipos de organizaciones privadas de seguridad: los clásicos grupos mercenarios, las compañías militares privadas y las firmas privadas de seguridad.
El sector experimentó un significativo crecimiento debido a la perceptible inseguridad y el temor al terrorismo, los secuestros extorsivos, el aumento de la criminalidad y la debilidad de los estados.
"Una de las más claras señales del fracaso de la seguridad pública es la cantidad de refugiados, que revela a Africa como el continente peor gobernado", dijo Christopher Clapham, del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Lancaster, en Gran Bretaña.
"La globalización, esa palabra de moda en los años 90, ha hecho mucho más difícil para cualquier estado mantener el nivel de control sobre su población, como los sistemas estatales de seguridad lo requieren", expres'opo.
El mercado de seguridad privada tuvo en todo el mundo ingresos estimados en 56.600 millones de dólares en 1990, y se espera que aumente a 202.000 millones en el 2010.
No obstante, los ejércitos militares privados en Africa parecen encaminarse hacia una vía muerta debido en gran parte a que no son confiables, tienen una notoria ineficacia, los costos para reclutarlos son muy altos y, a menudo, tienen vínculos con pequeñas firmas mineras.
Si siguen funcionando, su actividad, probablemente, se verá restringida a estados con recursos valiosos como petróleo, diamantes, oro y uranio. Angola, Congo, Nigeria y Sierra Leona encajan en esa categoría.
La compañía petrolera Gulf Oil emplea a la compañía estadounidense Airscan para proteger sus yacimientos en Cabinda, Angola.
"Uno de los más dramáticos hechos recientes en Africa ha sido la aparición de Executive Outcomes y otros ejércitos privados con capacidad de combate o que pueden asesorar a equipos militares para que luchen", apunto Jeff Herbst, de la Universidad de Princeton, Estados Unidos.
Herbst dijo que "la realidad fundamental de las fuerzas privadas de seguridad es que hacer negocios en estados africanos en bancarrota es muy problemático".
El experto explicó que una de las razones por la cual Executive Outcomes puede operar en Angola y Sierra Leona "es que sus contratos fueron respaldados con diamantes".
Executive Outcomes comenzó a actuar en 1989 como instructora de las Fuerzas de Defensa Sudafricanas. Ha trabajado con los gobiernos de Angola y Sierra Leona, pero se resite a que la califiquen de grupo mercenario. La compañía afirma que no tiene equipos militares ni infraestructuras bélicas.
La firma aseguró que sus ingresos en los últimos cuatro años fueron de 55 millones de dólares y que rehusó trabajar para los regímenes de Sudán, Nigeria y para el extinto dictador del disuelto Zaire (hoy República Democrática de Congo) Mobutu Sese Seko.
Ultimamente no obtuvo grandes contratos y sufrió infructuosas experiencias en Uganda y Papúa-Nueva Guinea.
Sandline International tambien tiene trayectoria en el continente, especialmente en Sierra Leona. Fue invitada a lanzar un contragolpe de Estado por el gobierno derrocado en junio del año pasado.
Otro factor que conspira contra los ejércitos privados en Africa es que no gozan de buena imagen en el continente.
"Debido a su potencial ambigüedad y el oprobio moral de que sus contratos implican matar a cambio de dinero sangriento, los mercenarios y el mercenarismo han sido vistos con suspicacia", declaró Garth Abraham, catedrático de Derecho en la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica.
Abraham indicó que las resoluciones de las Naciones Unidas prohibiendo el reclutamiento, uso y entrenamiento de mercenarios no impuso una abolición total de sus actividades.
"Una cosa es clara: el fracaso de la legislación internacional para enfrontar el problema, y esto tiene que ver con la dificultad para definir la naturaleza del mercenarismo", explicó.
Hasta hace poco, el mundo parecía deseoso de aceptar el empleo de tropas de la Legión Extranjera Francesa en terceros países, si bien se resistía a conceder el mismo nivel a otros grupos.
En 1972, la Convención de la Organización de la Unidad Africana (OUA) para la eliminación de mercenarios en Africa no puso trabas a su empleo pero prohibió usarlos para derrocar gobiernos o desgastar movimientos de liberación. (FIN/IPS/trad- eng/gm/mn/ego/mj/hd ip/98