VENEZUELA: Chávez acentúa radicalismo ante división de rivales

El candidato presidencial primero en las encuestas, Hugo Chávez, reiteró hoy su propuesta de cambiar las reglas del poder en Venezuela mientras se alejaba la posibilidad de que sus rivales se aliasen para detenerlo.

En Venezuela "está en marcha una revolución pacífica y democrática a través de un proceso constituyente, que nada ni nadie podrá detener", dijo Chávez ante la prensa al relanzar su campaña, en unión de los gobernadores de estados y parlamentarios elegidos el día 8 por el "Polo Patriótico" que le apoya.

En términos duros, con un lenguaje lleno de expresiones castrenses y giros propios de las llanuras venezolanas, de donde es oriundo, Chávez reivindicó la rebelión militar que le catapultó a la fama el 4 de febrero de 1992 y subrayó que no desea gobernar con el Congreso recién elegido.

"Siete años después de aquellos hechos, les digo a mis compañeros de armas: aquí estamos, a la carga, vamos a la siguiente ofensiva, porque el pueblo anda desde hace tiempo buscando caminos y queremos darle un cauce pacífico", dijo Chávez, quien fue comandante de un batallón de paracaidistas.

Tras resultar electo el 6 de diciembre y asumir a comienzos del año próximo, "el 4 de febrero de 1999 decretaré el Año Constituyente, y llamaré a referendo, para que el pueblo decida si quiere la asamblea, el 15 de febrero", anunció.

Las fechas no sólo no son casuales, sino que Chávez remarcó su intención: el 15 de febrero de 1819 Simón Bolívar instaló el constituyente Congreso de Angostura (hoy Ciudad Bolívar, a orillas del Orinoco) que dio nacimiento a la Gran Colombia que durante algunos años reunió a Venezuela, Colombia y Ecuador.

El aspirante de 44 años dijo que la constituyente se elegiría de modo uninominal, en vez del sistema de listas que predomina en la elección del congreso, y que se buscaría integrarla "no sólo candidatos de los partidos, sino de toda la sociedad".

La marca militarista de su discurso mostró que este sábado la opción del candidato consistió en endurecer su mensaje en lugar de ir en búsqueda del elector conservador, moderado, centrista o "anti-Chávez".

A una pregunta sobre si podía prometer que no sacaría sus seguidores a las calles la noche del 6 de diciembre para respaldar el triunfo que desde ya se adjudica, Chávez dijo: "No puedo prometer lo que no puedo cumplir".

Uno de los espectros que acompaña el proceso electoral en Venezuela, y quizá el más temido, es el de que inconsistencias o errores en el dispositivo electoral hagan dudar del resultado. El elogio a los votantes más repetido por la dirigencia es el de que son capaces de comportarse de modo cívico y pacífico.

Para los venezolanos fue traumática la eclosión social conocida como "Caracazo", la semana de desórdenes y saqueos en febrero de 1989 -sin conducción política alguna- en cuyo desarrollo y represión murieron centenares de personas y miles fueron heridas.

En el Distrito Federal (Caracas oeste, los dos tercios de la capital de población más abigarrada y pobre) el Polo de Chávez arrasó a sus oponentes en el comicio regional, conquistando los dos senadores de la entidad y los siete distritos para diputados.

Chávez narró que personalmente intercedió ante autoridades civiles y militares para impedir que las denuncias de fraude llevasen a la violencia en provincias muy disputadas hace una semana, "pero yo sólo no puedo contener a un pueblo, y que cada quien asuma su responsabilidad".

Destacó que el sistema electoral venezolano favorece el equilibrio de bloques y que por eso no desea al actual Congreso – hablaba delante de los senadores y diputados que le apoyan- sino un nuevo esquema de poder "surgido de una asamblea constituyente que refunde la república".

El Polo de Chávez ganó algo más de la terecera parte del nuevo parlamento. Acción Democrática (AD, socialdemócrata) cerca de un tercio, y el resto se repartió entre el Proyecto Venezuela (nueva fuerza), Copei (socialcristianos) y grupos menores.

Proyecto Venezuela tiene como candidato al empresario Henrique Salas, escolta de Chávez en las encuestas, mientras en un distante tercer lugar aparecía a comienzos de mes Luis Alfaro (AD), con Irene Sáez (Copei) en el cuarto puesto.

La semana posterior a los comicios regionales ha estado dominada por la discusión sobre si los otros aspirantes deberían declinar en favor de Salas e incluso de un "outsider", de modo de erigir un "polo democrático" frente al "patriótico".

Tanto AD como Copei echaron por tierra esa posibilidad reafirmando sus respectivas candidaturas, lo que de sostenerse facilita, en el papel, un triunfo de Chávez.

Sin embargo, la abstención de más de 40 por ciento del electorado y cerca de 15 por ciento de votos nulos dejan sin despejar incógnitas que sólo se resolverán el 6 de diciembre.

Para adversarios como el ex presidente Carlos Andrés Pérez, a quien Chávez intentó derrocar en 1992 y quien fue elegido senador por su grupo Apertura, la falta de un frente anti-Chávez muestra que "no hay verdaderos deseos de derrotar a este fascineroso".

"Soy muy pesimista sobre el futuro de Venezuela", dijo Pérez, ilustrando su opinión con el pedido de Chávez para recibir el poder el 4 de febrero "y convertir así en fiesta lo que fue una traición a la democracia".

Sin embargo, "el mayor problema es que Chávez, aunque hace creer lo contrario, no ha cambiado; es el mismo hombre", dijo Pérez, para quien la implantación de una constituyente "abre el camino a una dictadura. Lamentablemente, de esta crisis Venezuela no saldrá sin violencia".

Chávez, aunque cree que ganará el referendo que convocará para una constituyente, reiteró este sábado que si gana el "no" acatará la voluntad popular "y gobernaremos mientras seguimos luchando por el proceso constituyente".

Tampoco, en caso de perder ese referendo, dejaría la presidencia. "No, no renunciaré", manifestó. (FIN/IPS/jz/ml/ip/98

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