El género del suspenso se impuso en el tramo final de la campaña para las elecciones presidenciales de Venezuela y la última sorpresa es la decisión de los dos partidos tradicionales de abrazarse al independiente Henrique Salas, como medida extrema para impedir el triunfo de Hugo Chávez.
En un dramático cambio de timón, la dirección nacional del partido Acción Democrática (AD) pidió la dimisión como candidato del que llaman "el caudillo", Luis Alfaro, de 77 años, quien aún se niega a renunciar, pese a que los sondeos le dan sólo seis por ciento de preferencias.
La cúpula del otro pilar del bipartidismo que concentra el agresivo rechazo de los venezolanos, el partido socialcristiano Copei, manifestó su decisión de promover la "concentración del voto en la única candidatura independiente que garantiza un cambio en libertad y paz".
Por si faltara algún ingrediente para convertir la fase final de la campaña en una telenovela donde nuevos amores y despechos se entrecruzan y no faltan ni los llantos, la todavía candidata oficial de Copei, Irene Sáez, se encontró dos veces este jueves con Chávez y un posible apoyo mutuo quedó en el ambiente.
El detonante de este giro de AD y Copei hacia el principal rival de Chávez, después de semanas en que ambos se concentraron en criticar a Salas para intentar arrancarle el segundo lugar, fueron declaraciones de Chávez en que prometió la cárcel para los opositores a su propuesta Asamblea Constituyente.
Chávez calificó el nuevo escenario en AD y Copei como "pactos de cúpulas, producto del desespero y el engaño" que en lugar de perjudicarlo lo benefician, porque dejan en claro "quien representa el polo patriótico y quien el polo corrupto".
Marina Alvarez, una oficinista de 34 años, dijo a IPS al ser consultada en una céntrica avenida que "AD y Copei dicen que nos quieren salvar a nosotros (la población), pero lo que quieren es salvarse ellos". "Ya todos sabíamos que el baile es entre Chávez y Salas, no queremos nada con AD y Copei", añadió.
El lunes, el candidato del Polo Patriótico confirmó que llamará a un plebiscito sobre la Asamblea con que pretende refundar políticamente el país, y que si el pueblo lo aprueba, los políticos que se opongan a la iniciativa se pondrán fuera de la ley y por tanto deberán ir presos.
El jefe de la campaña de Chávez, el general retirado Alberto Müller, añadió en una reunión reservada que otro elemento clave de la política de Chávez sería la paralización del proceso de descentralización, para promover después un nuevo federalismo que podría alterar la división actual del país en 23 estados.
Ese planteamiento desencadenó la movilización de los ocho gobernadores de AD que triunfaron en los comicios regionales y legislativas del día 8, al temer que la "recentralización" del país socave el creciente poder de las regiones.
Chávez, un teniente coronel de 44 años que saltó a la escena pública con un intento de golpe de Estado en 1992, es el favorito en todos los sondeos, con una intención de voto entre 44 y 47 por ciento para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.
Chávez es respaldado por un Polo Patriótico de casi toda la izquierda y antiguos golpistas, y recoge el voto antisistema de una población que culpa a los partidos y a los políticos del hundimiento de sus condiciones de vida, la corrupción, el colapso de los servicios y la concentración de la riqueza.
Lo sigue Salas, un centroderechista cercano al humanismo cristiano, que también ofrece un cambio radical, es el candidato más "quimícamente puro" de los 12 que se mantienen en liza, rechaza el respaldo formal de cualquier partido establecido y pide la libertad de voto para los militantes, sin pactos.
Salas, aspirante del Proyecto Venezuela, recoge una intención de voto que va de 32 a 43 por ciento, según las cifras informadas a IPS por las principales firmas encuestadoras del país, aunque otras de menor rango reducen ese apoyo a 26 por ciento.
Luis León, director de la encuestadora Datanálisis, indicó a IPS que "las elecciones están de nuevo vivas", por la acción de los dos partidos tradicionales. León había dicho el martes que "solo algo estremecedor" evitaría que Chávez fuese el ganador.
Uno de los más antiguos encuestadores del país, que pidió el anonímato, añadió que "el deslizamiento" hacia Salas de los militantes más duros de AD y Copei se va a producir, porque los dirigentes de esos partidos van a trabajar para ello, aunque Alfaro y Sáez mantengan sus candidaturas hasta el final.
La aún candidata de Copei, Sáez, vive desde el día 9 el mismo drama al que someten ahora los 45 miembros de la dirección de AD a Alfaro, porque la dirección de Copei ya buscó la renuncia de su postulada, que tiene tres por ciento de preferencias.
"Yo voy a seguir hasta el final", dijo con exasperación Alfaro en la ciudad oriental de Barcelona este jueves, "porque estoy convencido de que los adecos no pueden traicionar su historia y votar por una candidatura que no sea adeca".
"Cuando se cierne la amenaza cierta de una dictadura, como demuestran las últimas declaraciones de Chávez, el partido que más votos y fuerza tiene, debe poner por encima de todo los intereses del país y de preservación de la libertad", replicó desde Caracas su jefa de medios, la senadora Paulina Gamus.
"Alfaro tiene que comprender esto, Salas ha sido muy duro con AD, pero la alternativa es una dictadura absoluta y ante ello por lo menos sabemos que a Salas podremos hacerle una oposición firme. A Chávez ni eso", subrayó Gamus.
"Estamos en un momento doloroso y traumático para todos, pero Alfaro tiene que comprender la realidad en que estamos", añadió.
"Salas nos desprecia, dice todos los días que no quiere nada con AD y sería vergonzoso que pusieramos nuestro color blanco en bandeja a una candidatura" ajena, gritó Alfaro sumamente alterado, para subrayar que "morirá" con su candidatura, porque su encuesta es el más del millón de votos que sacó AD el día 8.
Donald Ramírez, secretario general de Copei, comentó que los que han gobernado parte de los 40 años de democracia "no pueden caer en la irresponsabilidad de no hacer algo para que los cambios que el país requiere se hagan en libertad".
"Si antes de que llegue al poder, Chávez ya ofrece la cárcel a todos los que discrepen de su proyecto, no estamos ya hablando de amenazas, sino de evidencias de que su triunfo es el de una dictadura", añadió Ramírez. (FIN/IPS/eg/ff/ip/98