VATICANO: Líder kurdo acusa al gobierno turco de atentado al Papa

El líder independentista kurdo Abdullah Ocalan acusó en Roma al gobierno de Turquía, que ha solicitado su extradición, de complicidad en el atentado perpetrado contra el papa Juan Pablo II por el turco Ali Agca en 1981.

Ocalan, en libertad vigilada en Roma, sostuvo en una carta a Juan Pablo II que el atentado de 1981 no fue un acto individual de Agca, quien se encuentra en una cárcel italiana, condenado a cadena perpetua, la máxima pena admitida en Italia.

El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro, expresó que la carta del jefe del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), organización separatista kurda de Turquía, no había sido recibida todavía en la mañana de este lunes por su destinatario.

Sin embargo, fuentes del Vaticano aclararon que la carta de Ocalan, acusado de terrorismo por la justicia alemana y por el gobierno turco, llegó después de que Navarro formulara su declaración. Una síntesis de esa nota fue publicada por el diario italiano La Repubblica.

El Vaticano "conoce la situación y las aspiraciones del pueblo kurdo, que vive disperso en numerosos países", dijo Navarro.

El PKK, la principal organización guerrillera kurda, lucha desde hace 15 años por la independencia de Kurdistán turco, una región sudoriental en que viven cerca de 12 millones de personas. Los combates y la represión turca han costado la vida a 30.000 personas.

El pueblo kurdo, cuyo origen se remonta al año 400 después de Cristo, está formado en su totalidad por unos 25 millones de personas que habitan las zonas fronterizas entre Turquía, Irán, Iraq, Siria y Armenia.

"Se conoce también la posición de la Iglesia (Católica), que invita a los pueblos a resolver sus eventuales conflictos a través del diálogo y el derecho", dijo Navarro.

El Vaticano "ha condenado siempre los recursos a toda forma de violencia para resolver los problemas", agregó.

El semanario cristiano Familia Cristiana, que con cinco millones de ejemplares es el más difundido de Italia, decidió publicar íntegra esta semana la carta de Ocalan, que fue detenido el día 12 en Roma y el 20 obtuvo la libertad vigilada.

Además de pedir apoyo para su pueblo, el líder kurdo señaló al Papa una nueva tesis sobre el atentado de Agca. El "odioso atentado" de 1981 "no se puede considerar un gesto individual", señaló Ocalan.

"El señor Ali Agca no ha dicho la verdad. Quien lo liberó de la cárcel fue Nurettin Ersin, uno de los generales del golpe de estado del 12 de septiembre de 1980", aseguró.

Agca fue acusado en Turquía, antes del atentado contra el Papa, del asesinato del director del diario Milliyet, Abbi Ipeckci, pero no permaneció mucho tiempo en prisión. Cierto día desapareció misteriosamente, a pesar de que la cárcel estaba vigilada las 24 horas por militares y protegida por tanques.

Un domingo, su celda fue encontrada vacía. Reapareció el 13 de mayo de 1981, cuando disparó contra el Papa en la plaza San Pedro, en el Vaticano.

Los Lobos Grises, la organización de extrema derecha a la que pertenecía Agca, y el PPK, de Ocalan, son los extremos de la lucha, política e incluso armada, en Turquía.

La Corte de Apelaciones de Roma condenó a cadena perpetua a Agca el 22 de julio de 1981, aunque la investigación judicial de complicidades en la tentativa de matar al Papa aún prosigue.

El atentado "no fue obra de un maníaco, sino que fue preparado por una organización subversiva que ha permanecido en la sombra", conmsignó la Corte de Apelaciones.

La defensa de Agca sostuvo, por el contrario, que el atentado fue producto de una "mente enferma", la de Agca, "que lo hacía desear ser un héroe del mundo musulmán".

Agca cambió de versión en mayo de 1982 para indicar a los jueces la pista de los servicios búlgaros, que incluía también a la mafia turca y los Lobos Grises.

Posteriormente, aseguró que los servicios de inteligencia de Estados Unidos le pidieron que involucrara a países del Este europeo como organizadores del atentado.

Más tarde, en una carta dirigida al anterior secretario de Estado del Vaticano, cardenal Agostino Casaroli, dijo ser "un pobre 'cristo' exaltado y solidario", que utilizó sin embargo "una red de amistades" para cometer el hecho.

"Agca no actuó solo", dijo Casaroli, quien fue secretario de Estado hasta 1991. (FIN/IPS/jp/ff/ip/98

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