Joseph Momoh, ex presidente de Sierra Leona, comenzó a cumplir esta semana una sentencia de prisión de 15 años por haber respaldado al último régimen militar.
"Soy una víctima de las circunstancias. Como autor y signatario de la Constitución de 1991, no es posible que yo haya conspirado para usurpar poderes del Ejecutivo", declaró Momoh el jueves al recibir la sentencia del juez Sydney Warne, de la Alta Corte.
Momoh estuvo detenido durante nueve meses en la prisión de máxima seguridad de la capital, Freetown.
El antiguo jefe de Estado, que gobernó Sierra Leona entre 1985 y 1992, fue uno de los 21 civiles juzgados por apoyar al Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas, la junta militar que gobernó al país de Africa occidental entre mayo de 1997 y febrero de 1998.
Quince civiles, incluido el fiscal general de la junta, Ajibola Manley-Spaine, fueron hallados culpables el jueves y sentenciados a muerte por traición. Tienen 21 días para apelar la sentencia, y si su apelación es rechazada, todos serán colgados.
Sólo fue liberado el capitán Gibril Massaquoi, portavoz del rebelde Frente Revolucionario Unido (FRU), que se unió en mayo de 1997 a oficiales renegados para derrocar al gobierno de Ahmed Tejan Kabbah.
Massaquoi fue hallado inocente por el jurado de 12 miembros, y por lo tanto fue absuelto y liberado.
Su absolución enfureció a la población civil de Freetown, que pide su cabeza. "Massaquoi es un asesino, un terrorista y un demonio. ¿Cómo lo pudieron dejar libre?", preguntó Aminata Rogers, de 39 años, cuyos miembros fueron cortados con machete por los insurgentes.
Pero Massaquoi, principal estratega de la lucha rebelde, se encontraba en Abidján, capital de Costa de Marfil, cuando tuvo lugar el golpe militar de 1997, y por lo tanto el tribunal concluyó que no jugó un papel importante en él.
"Creo que Massaquoi debería ser juzgado por crímenes contra la humanidad. El fue el cerebro de la carnicería que cometió el FRU en el interior", opinó Mustapha Sillah, un comerciante de Freetown.
Los diarios nacionales también criticaron la liberación. "Si Gibril Massaquoi puede ser liberado, por qué no Foday Sankoh (el líder del FRU que fue sentenciado a muerte). No es extraño que mucha gente prefiera la justicia popular", publicó el diario independiente Vision en su editorial de este viernes.
Hasta ahora, más de 40 civiles fueron sentenciados a muerte por su participación en el golpe de Estado de 1997.
En octubre, 24 oficiales militares fueron fusilados públicamente tras ser hallados culpables de traición por un tribunal militar, pese a los pedidos de clemencia de la comunidad internacional.
"El uso de la pena de muerte no contribuirá al proceso de reconciliación en Sierra Leona", advirtió la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, poco antes de la ejecución.
Gran Bretaña también solicitó al presidente Kabbah que conmutara la pena de muerte por la de prisión perpetua.
Durante el gobierno militar, Kabbah se exilió en la vecina Guinea con su gabinete y retornó a Sierra Leona luego del derrocamiento de la junta militar por Ecomog, la fuerza regional de Africa occidental liderada por Nigeria, el pasado febrero.
Tras su derrocamiento, muchos militares huyeron al interior, donde libran una guerra de guerrillas contra el gobierno.
El presidente Kabbah ofreció una amnistía para los rebeldes que depongan sus armas. Está en curso un programa de desmovilización, desarme y reintegración de ex combatientes financiado por el Banco Mundial, Estados Unidos y Gran Bretaña. (FIN/IPS/tra- en/lf/mn/ml/ip/98