RUSIA: Prosperidad nuclear en medio de la crisis

La crisis de Rusia provocó un dramático descenso en los ingresos de la población y ensombrece al país con la amenaza de hambrunas, pero en esta localidad cercana a Moscú aún hay una esperanza: una próspera empresa del sector nuclear.

Elemash fue fundada en 1917 como fábrica de armas, pero desde 1947 se concentró en la producción de insumos para la industria nuclear. Y en 1953 ingresó al rubro que le permite crecer en medio de la crisis: la producción de combustible para reactores nucleares de plantas eléctricas.

Algunas fábricas de Electrostal tuvieron que cerrar, pero en el caso de Elemash, durante los últimos dos años no hubo despido de empleados ni retraso en los sueldos. Más bien contrataron 2.500 personas y ajustaron las remuneraciones al ritmo inflacionario.

"Aportamos 80 por ciento del presupuesto del pueblo", dijo el subdirector de la empresa, Stanislav Gelman.

No es un logro pequeño en un país donde la cuarta parte de la población está por debajo de la línea de pobreza, con un salario promedio de 60 dólares mensuales. La Cruz Roja advirtió que la mitad de los niños de Rusia tienen problemas de desarrollo físico y mental a causa de la desnutrición.

La organización internacional inició un programa de entrega de alimentos a 12 regiones del país para prevenir hambrunas. El Ministerio de Agricultura advirtió que habrá escasez de leche y carne. Mientras tanto, el gobierno solicitó la ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea.

Los rusos enfrentan la crisis con filosofía y muchos de ellos cultivan pequeños huertos con la finalidad de producir alimentos, en especial en zonas rurales.

"Los salarios no se pagan a tiempo, y los precios suben todos los días… por suerte este año tuvimos una buena cosecha de papas y otros productos en nuestra granja", comentó Irina, habitante de Electrostal, ubicado a 50 kilómetros al este de Moscú.

Pero la situación es completamente distinta para los trabajadores de Elemash. En el pasado, cuando era una fábrica de armas, estaban expuestos a los peligros de manipular el TNT y entrar en contacto con sustancias tóxicas. Ahora, tienen privilegios que ya no se ven en otras partes de Rusia.

Además de cobrar sus salarios, disponen de instalaciones deportivas y pueden utilizar residencias vacacionales en otras partes del país. Los trabajadores de Elemash saben que son privilegiados, y que esa condición les permite mantener a sus familiares e incluso a amigos sin la misma suerte.

La fábrica, que es una empresa mixta albergada por el Ministerio de Energía Atómica ruso, inició en 1965 la producción a gran escala de ensambladoras de combustibles para diversos tipos de reactores utilizados en la Unión Soviética y Europa del este.

Pero el colapso de la Unión Soviética abrió este mercado a la competencia de Occidente, y Elemash se vio obligada a reconsiderar su línea de trabajo a partir de 1994, cuando perdió un contrato en la República Checa que fue obtenido por la estadounidense Westinghouse.

Científicos de alto nivel experimentaron con los productos ofrecidos por Elemash. La fábrica cambió la composición del combustible nuclear y reemplazó el material de la cubierta con circonio en vez de acero.

En la actualidad, Elemash recuperó posiciones en sus mercados tradicionales, y además se proyecta hacia los de Europa Occidental, donde ya concretó un acuerdos en Alemania y Suiza.

El proyecto de reconversión fue un poco más allá del ámbito nuclear, y ahora Elemash también es fabricante de aparatos electrodomésticos, con licencias de conocidas empresas europeas y asiáticas. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/sas/lc-ml/if/98

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