RUSIA: Devastador avance de tuberculosis

La incidencia de la tuberculosis en Rusia superan casi una vez y media los niveles que la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) considera epidémicos, advirtió el responsable de la sanidad, Gennady Onishchenko.

El índice de enfermos de tuberculosis es 73 personas por 100.000, mientras una epidemia es definida como 50 por 100.000. A fines de año la proporción será de 80 por 100.000, pronosticó Onishchenko. Un programa gubernamental para bajar a 50 pacientes por 100.000 en el 2005 está teniendo escaso éxito.

La tuberculosis aumentó desde 1991 y este año se verificó un incremento del 8,5 por ciento. Según Aleksandr Khomenko, del Instituto de Tuberculosis de Moscu, 2,5 millones de personas han contraído la enfermedad.

Los niveles mas altos se registran en las repúblicas autónomas de Dagestan, en el Cáucaso septentrional, Yakutia, en el lejano oriente ruso, y Tuva, en Siberia centro-meridional, consideradas las áreas más pobres de la Federación de Rusia.

"La verdadera preocupación acerca de la tuberculosis en Rusia es que una gran proporción de casos son resistentes a todas los medicamentos usados habitualmente", explicó Nick Banatvala, de Medical Relief International (Merlin), con sede en Londres.

El tratamiento con fármacos polivalentes en los casos de la tuberculosis resistente puede costar desde algunos cientos hasta decenas de miles de dolares solamente por paciente, apuntó Balatvala.

El problema es mucho más grave en las prisiones, debido a la superpoblación y falta de medicamentos en esos recintos. La incidencia de la enfermedad es 50 veces superior en las cárceles al del resto de la comunidad.

La OMS está especialmente preocupada por esas "áreas candentes" en que la enfermedad no es tratada debidamente, dijo el experto a IPS.

"El índice en algunas cárceles llega a 7.000 por 100.000. Cuarente por ciento los casos son resistentes a los tratamientos multidroga, y entre 40 y 80 por ciento de los decesos en las prisiones se deben a la tuberculosis", agregó.

Merlin es una de las tres organizaciones occidentales que proporcionan tratamiento contra la tuberculosis en las prisiones rusas. Las otras son el Instituto de Investigación de Salud Pública (IISP), de Nueva York, y Médicos sin Fronteras de Bélgica.

Las tres organizaciones lanzaron en octubre un pedido de 100 millones de dólares en donaciones para proveer medicamentos y equipos de laboratorio destinados a combatir las formas resistentes de tuberculosis.

"Es importante prevenir la propagación al resto de la comunidad de la tuberculosis resistente", expresó Banatvala.

Añadió que, al problema de la normal liberación de presos, se suman las amnistías regulares, que dan lugar a un alto número de excarcelaciones. Esos reclusos liberados pueden ser portadores de tuberculosis resistente y "la comunidad debe estar alerta, para enfrentar la emergencia", advirtió.

En Rusia no hubo nunca vínculos entre los servicios de salud comunitarios y los de las prisiones.

Hay constantes diferencias de opinión sobre los métodos de tratamiento. Los tradicionales métodos terapéuticos pueden significar una prolongada hospitalización en centros especiales. La OMS prefiere el actual sistema, de terapia de curso rápido con obervación directa (TROD).

Eso exige curar diariamente a los pacientes con cuatro medicamentos diferentes, mientras un operador sanitario observa, para asegurar que el complejo proceso de tratamiento sea seguido correctamente.

Merlin lleva a cabo actualmente un proyecto piloto en la región siberiana de Tomsk, basado en el tratamiento estilo TROD y con un programa especialmente diseñado para las necesidades de Rusia.

Las cárceles presentan el caldo de cultivo ideal para el desarrollo de la tuberculosis resistente a los fármacos. Cuando los medicamentos están disponibles puede administrarse un producto o quizás dos, pero nunca los cuatro que recomienda la OMS.

En 1997, el IISP recibió 12 millones de dólares de la Fundación Soros para combatir la tuberculosis en Rusia. Desde entonces, trabaja en cinco regiones del país y trata a grupos de pacientes que oscilan entre 900 en Tomsk hasta 6.000 en Nijny Nogvorod. Más de 100 méedicos han sido entrenados en las técnicas del TROD.

Sin embargo, estos programas no han estado exentos de problemas, porque un descuidado empleo del TROD puede crear nuevos peligros. En cinco prisiones y sus comunidades circundantes, donde agencias occidentales establecieron programas de TROD, disninuyó la tasa de mortalidad, pero los casos de tuberculosis resistente aumentaron.

Los antibióticos eliminaron sólo la bacteria más susceptible y abrieron el camino para otras, más resistentes.

"Esta es quizás la peor situación de tuberculosis resistente a los fármacos jamás documentada en el mundo", comentó el médico Richard O'Brien, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Además, "limitarse a suministrar medicamentos no resolverá el problema. No sólo es necesario mejorar la calidad de los servicios, sino que es vital establecer un nexo entre las cárceles y la comunidad, para que los presos liberados puedan recibir tratamiento", observó Banatvala.

Apuntó que los recursos deberían concentrarse en el seguimiento de los pacientes, para asegurar que sean debidamente tratados.

No menos de 20.000 reclusos han contraido tuberculosis resistente y el año pasado se produjeron 15.000 nuevos casos entre la población civil. Cada enfermo infectará probablemente a 10 o 12 personas en un año, dijo Paul Farmer, un experto estadounidense de la Facultad de Medicina de Harvard.

Farmer visitó prisiones y centros de tuberculosis resistente en Siberia. "Habrá como minimo 3,5 millones de personas infectadas en los próximos tres años", pronosticó. (FIN/tra-en/ai/sas/ego- ff/he/98

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