El gobierno de México pasó de las palabras a los hechos en la lucha contra la corrupción policial y sus secuelas de impunidad, y el proceso de depuración emprendido durará cerca de un año.
Cuatro meses después de anunciar una "gran cruzada" contra la delincuencia y tres años luego de prometer que derrotará la criminalidad, el gobierno triplica el presupuesto de seguridad, plantea endurecer los castigos penales e investiga a 47.000 policías y a 780 empresas de seguridad privada.
Este miércoles continuó la búsqueda y detención de policías corruptos en todo el país, luego de que el lunes se detuvo a varios en la capital, donde las autoridades reciben 40 denuncias diarias contra agentes por diversos delitos.
Desde 1995, cuando golpeó con fuerza la crisis económica estallada en diciembre de 1994, la delincuencia y la impunidad se dispararon a niveles alarmantes. De los 1,5 millones de delitos que se cometen cada año en México, apenas 85.000 terminan en la detención de los responsables.
Las autoridades aspiran a revertir la delincuencia con 870 millones de dólares de presupuesto. Para el 2000 la situación estará controlada, promete el gobierno de Ernesto Zedillo.
La depuración de los cuerpos de seguridad es un paso fundamental en el proceso, pues se está "tocando la fuente de impunidad y delincuencia", dijo el secretario de Gobernación (ministro del interior), Francisco Labastida.
Se estima que al terminar la purga al menos 20 por ciento de los policías dejen sus cargos para ingresar a la cárcel por diversos delitos o por no pasar pruebas antidopaje o de capacidad física y mental.
Hasta 1996, cualquier persona con formación escolar básica podía hacerse policía después de seguir un curso de menos de seis meses.
Los sueldos de los agentes de nivel básico no pasan de 320 dólares mensuales.
Un estudio del Instituto Politécnico Nacional, difundido en septiembre, reveló que la mayoría de policías judiciales, a quienes se considera de elite, carecen de aptitudes emocionales, no saben usar armas, son agresivos y escogen su trabajo para tener emociones "fuertes".
De ahora en adelante, cada policía tendrá un archivo especial que podrá ser consultado en cualquier estado del país. Así se evitará que al ser despedido encuentre trabajo en un lugar diferente al original, recurso común en los últimos años.
La depuración iniciada con la detención de varios policías es consecuencia de la integración de un sofisticado sistema de cómputos e información de tecnología francesa.
En ese sistema se están incluyendo miles de huellas dactilares de los policías y a futuro también se ingresará información del ADN de cada agente.
La "limpia" (limpieza) en todos los cuerpos policíacos, tanto públicos como privados, demorará hasta un año y se trata de "un cambio radical y de fondo" en el combate a la impunidad, dijo Labastida.
Casos de policías violadores, asesinos y torturadores se conocen a diario en México. También es común descubrir que los jefes de bandas de peligrosos delincuentes son ex policías.
El gobierno promete que los agentes que sean despedidos serán investigados continuamente y que la formación de policías será mucho más estricta.
En 1996 la Procuraduría General despidió a decenas de policías por casos de corrupción. Algunos de ellos son ahora criminales buscados por la policía.
La inseguridad llegó a tal punto en los últimos años que el gobierno de Zedillo entregó a los militares el control de la policía, medida que no dio resultado, mientras grupos de ciudadanos realizaron varias marchas para pedir que se frene la inseguridad.
"Estamos en guerra contra la delincuencia, pues han sitiado a la ciudad", reconoció el secretario de Seguridad Pública de la capital, Alejandro Gertz. (FIN/IPS/dc/mj/ip hd/98